El CEO de Anthropic advierte sobre los riesgos financieros de la inversión masiva en inteligencia artificial

La advertencia de Dario Amodei expone la tensión entre la innovación acelerada en IA y la sostenibilidad económica de las empresas tecnológicas en un entorno de alta incertidumbre

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Dario Amodei señala que la
Dario Amodei señala que la velocidad y escala de la inversión en IA generan dudas sobre la sostenibilidad del modelo de negocio tecnológico (Captura video)

El gasto masivo en inteligencia artificial (IA) podría convertirse en un problema para algunas empresas tecnológicas, advirtió Dario Amodei, director ejecutivo y cofundador de Anthropic, en una entrevista con The New York Times. Amodei, considerado una de las voces más influyentes en el desarrollo de IA, señaló que la magnitud de las inversiones actuales y la incertidumbre sobre el retorno económico plantean riesgos financieros y estratégicos para el sector.

Auge de la inversión y señales de burbuja

Amodei reconoció a The New York Times que el crecimiento de la IA ha superado muchas expectativas, tanto en impacto económico como en su centralidad para la economía y la seguridad nacional. “No me sorprende el valor que está creando la tecnología”, afirmó. Sin embargo, admitió que la velocidad y la escala de la inversión han generado dudas sobre la sostenibilidad del modelo. “Estamos viendo curvas de ingresos que crecen 1 veces al año, pero no creo que eso pueda mantenerse indefinidamente”, explicó.

El directivo subrayó que, aunque la tecnología avanza de manera sólida, el entorno económico es mucho más incierto. “Incluso si la tecnología cumple todas sus promesas, hay jugadores en el ecosistema que, si cometen un error de cálculo en el momento, podrían enfrentar consecuencias negativas”, advirtió Amodei en el evento.

Riesgos financieros y el “cono de incertidumbre”

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Amodei defiende la regulación de la IA para equilibrar innovación y protección social, y propone políticas públicas para mitigar el impacto laboral (Imagen Ilustrativa Infobae)

Al analizar los riesgos financieros, Amodei describió un “cono de incertidumbre” en las proyecciones de ingresos y gastos. “No sé si dentro de un año los ingresos serán de USD 20.000 millones o de USD 50.000 millones; es muy incierto”, señaló. Esta falta de certeza obliga a las empresas a tomar decisiones de inversión en infraestructura con años de anticipación, lo que puede llevar tanto a la sobrecompra de capacidad como a la insuficiencia para atender la demanda.

“Si compro demasiada capacidad de cómputo y los ingresos no alcanzan para cubrirla, existe el riesgo extremo de quiebra”, explicó Amodei. Añadió que la amplitud de ese margen de error depende de los márgenes de ganancia de cada empresa. “Si los márgenes son altos, hay más espacio para equivocarse, pero la competencia y la presión por no quedarse atrás aumentan el riesgo de sobreextensión”, dijo a The New York Times.

Modelos de negocio: consumidores versus empresas

Amodei diferenció entre los modelos de negocio enfocados en consumidores y aquellos orientados a clientes corporativos. “Nosotros, al centrarnos en el sector empresarial, tenemos mejores márgenes y un modelo más sostenible”, aseguró. En contraste, advirtió que las empresas que dependen del mercado de consumo enfrentan mayor incertidumbre y pueden verse tentadas a asumir riesgos excesivos. “Hay quienes simplemente quieren apostar fuerte y eso puede llevar a problemas”, sostuvo.

El directivo también destacó que la especialización de los modelos de IA para empresas genera barreras de salida para los clientes. “Las compañías tienen dificultades para cambiar de modelo porque sus procesos y usuarios ya están adaptados a uno específico”, explicó Amodei a The New York Times.

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Amodei diferencia los modelos de negocio de IA para empresas y consumidores, destacando la mayor sostenibilidad del enfoque corporativo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Acuerdos circulares y financiamiento en la industria de chips

Sobre la práctica de los acuerdos circulares, conocidos como “vendor financing”, Amodei detalló que grandes fabricantes de chips, como NVIDIA, invierten en empresas de IA que luego utilizan esos fondos para comprar sus propios productos. “Hemos participado en algunos de estos acuerdos, aunque no a la escala de otros actores”, reconoció.

Según Amodei, este tipo de financiamiento puede ser razonable si se ajusta al crecimiento real de los ingresos. “Si una empresa necesita USD 50.000 millones para infraestructura y no los tiene, un proveedor puede invertir una parte y permitir que el resto se pague a medida que crecen los ingresos”, explicó. No obstante, advirtió que si estos acuerdos se multiplican y las expectativas de ingresos se inflan demasiado, el riesgo de sobreendeudamiento aumenta considerablemente.

Vida útil y depreciación de los chips

El debate sobre la depreciación de los chips es otro factor clave en la economía de la IA. Amodei indicó que la cuestión no es tanto la vida útil física de los chips, sino la rapidez con la que se vuelven obsoletos frente a nuevas generaciones más rápidas y eficientes. “Los chips siguen funcionando, pero su valor cae cuando aparecen modelos más avanzados, a veces apenas un año después de la compra”, explicó. Por ello, Anthropic adopta supuestos conservadores sobre la depreciación y la eficiencia de los chips para evitar sobrevalorar sus activos.

El directivo de Anthropic describe
El directivo de Anthropic describe un 'cono de incertidumbre' en las proyecciones de ingresos y gastos de las empresas de inteligencia artificial (REUTERS/Dado) Ruvic/Illustration/File Photo

Competencia entre gigantes tecnológicos

La competencia entre los principales actores del sector —Anthropic, OpenAI, Google y NVIDIA— se ha intensificado, especialmente en el desarrollo de modelos de IA para consumidores. Amodei destacó que Anthropic ha optado por un camino diferente, priorizando el mercado empresarial. “Mientras otros luchan por el consumidor, nosotros optimizamos nuestros modelos para las necesidades de las empresas, como la codificación, las finanzas y la biomedicina”, afirmó a The New York Times.

El directivo sostuvo que esta estrategia les permite crecer de manera más estable y evitar la presión de las “alertas rojas” que afectan a sus competidores. “No necesitamos entrar en pánico ni reaccionar a cada movimiento del mercado de consumo”, dijo.

Implicancias para el empleo y políticas públicas

Amodei abordó el impacto de la IA en el empleo y la necesidad de políticas públicas para mitigar los efectos negativos. “No advierto sobre estos riesgos para ser un profeta del desastre, sino porque anticiparlos es el primer paso para resolverlos”, afirmó. Señaló que la automatización de tareas como el procesamiento de reclamos de seguros o la verificación de clientes reducirá la necesidad de mano de obra, pero también puede crear nuevas oportunidades si las empresas aprovechan la eficiencia para generar más valor.

El directivo propuso una respuesta en tres niveles: primero, incentivar a las empresas a crear más valor y empleos; segundo, la intervención gubernamental a través de programas de recualificación y políticas fiscales; y tercero, una transformación social a largo plazo en la que el trabajo pierda centralidad y las personas encuentren significado en otras actividades.

Regulación y el papel del gobierno

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Amodei defiende la regulación de la IA para equilibrar innovación y protección social, y propone políticas públicas para mitigar el impacto laboral (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sobre la regulación, Amodei defendió la necesidad de un marco normativo que equilibre la innovación con la protección social. “La tecnología es tan poderosa que no regularla durante diez años sería como conducir un auto y quitar el volante porque creemos que no necesitaremos girar”, ilustró. Rechazó las acusaciones de que Anthropic busca capturar la regulación para su propio beneficio y subrayó que las leyes que han apoyado incluyen exenciones para startups y pequeños actores.

Amodei insistió en que el debate debe centrarse en las políticas y no en disputas personales o partidistas. “Debemos asegurarnos de que la tecnología se gobierne de manera que permita la participación y garantice derechos básicos”, afirmó en el evento.

El futuro de la IA y la sociedad

Al reflexionar sobre el futuro, Amodei se mostró optimista respecto al potencial de la IA para transformar la economía y la vida humana, pero reiteró la importancia de anticipar y gestionar los riesgos. “Advertir sobre los peligros no es pesimismo, es la única forma de evitar que nos exploten en la cara”, concluyó en la entrevista con The New York Times.