
El código “http” que en ocasiones se encuentra presente al inicio de una URL no es uno cualquiera, sino que es una de las bases sobre las que se sustenta la conexión a una web.
Este conjunto de letras es la abreviación de “Protrocolo de Transferencia de Hiper Textos” y en pocas palabras es el responsable de que un computador pueda comunicarse con el servidor que contiene la información que se quiere ver.
El código “http” delante de una dirección de página web era (porque ya no se utiliza) la versión para la web de la palabra “por favor”, una petición de acceso a datos que luego daban forma a una página entera junto a todos sus comandos particulares. Este proceso se mejoró con el tiempo desde la creación de World Wide Web (www).
Por su parte, los servidores que contenían los datos podían acceder a la petición y empezaban a transmitirlos en orden para que la persona pueda entenderlos. Texto, fotos y videos eran transmitidos hasta la pantalla desde donde operaba el usuario.

Cuál es la diferencia con el código HTTPS
Actualmente, la gran mayoría de páginas web trabaja con el comando “HTTPS” (Protocolo Seguro de Transferencia de Hiper Texto) una ligera variación del código original pero que está más centrado en garantizar que la seguridad de los datos sea la mejor posible para prevenir robos de información o hackeos.
Esto no implica que el código original sea inseguro, pero sí puede ser más vulnerable a estas situaciones no deseadas pues, a diferencia de su versión anterior, la “S” adicional significa que se aplican procesos de encriptado que pueden aumentar el grado de protección que tiene una página web y el resultado de una navegación puede ser más confiable.
Más allá de esa diferencia, que no es nada menos si se evalúan los potenciales riesgos contra los que protege al usuario, no hay muchas más diferencias entre un tipo de comando y otro.
Por eso para asegurarse que un sitio web es completamente seguro es preferible que el usuario verifique que ha sido dirigido a una página web.
Solo tendrá que hacer clic sobre la dirección URL del sitio y observar si las letras HTTPS aparecen en la parte inicial de la dirección.
Cómo verificar si una página web es segura
Además de identificar el código “HTTPS” en la URL, los usuarios pueden tomar precauciones adicionales.
Por ejemplo, si son redirigidos a una página web por medio de un enlace enviado por correo electrónico es necesario que se verifique si es un sitio web legítimo y no una falsificación.

En el caso de que esta dirección web haya sido enviada por una persona, ya sea amigo o familiar de confianza, es preferible consultar el por qué enviaron esa URL. En algunos casos esto puede ser parte de una campaña de phishing o de recolección de datos por medio de concursos falsos que solicitan compartir un enlace como requisito para “ganar un premio”.
Algunos navegadores como Chrome puede incluir protecciones propias para sitios web maliciosos y no admiten su ingreso. Sin embargo, para estas seguros se pueden utilizar herramientas como Norton Safe Web, que analizan una URL y verifican si es segura o no sin necesidad de acceder a ella.
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