Guerra de sicarios en la Villa 1-11-14: la oscura trama en la pelea por el control del barrio

La PFA detuvo a un joven de 18 años, acusado de matar a un narco. Ese crimen desató un cambio de poder en el Bajo Flores. “Los Antiguos”, serían los nuevos jefes; pactos entre “Marcos” y “Dumbo”. Una historia que se repite

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Tras el crimen del venderos "Pícnic", volvieron "Los Antiguos"
Tras el crimen del venderos "Pícnic", volvieron "Los Antiguos"

En el Bajo Flores, el nombre de “Marcos” todavía vive. Su paso, y sus modos, quedaron impresos para siempre en la lógica narco que aún hoy se articula en la Villa 1-11-14 y en muchos asentamientos porteños. Todos los personajes que después de él fueron Jefes, pertenecieron a su organización o trabajaron directamente junto a él para después convertirse en sus enemigos: Alionzo Rutillo “Ruti” Mariños, Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo”, aún prófugo, o Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”.

Hoy, Estrada González está preso en la cárcel de Marcos Paz. Tras 20 años desde su llegada al poder, los territorios que controló continúan en disputa por miembros que nacieron en su propia banda. Luego de una nueva detención a un capo narco ocurrida pocos días atrás, la historia repite. Ahora, los detectives llaman a los nuevos jefes, “Los Antiguos”, todos viejos conocidos de “Marcos”.

"Marcos" Estrada González
"Marcos" Estrada González

El primer golpe de “Los Antiguos” se conoció el 7 de octubre pasado, cuando Enrique Elezar Espinoza Cordova, alias “Picnic”, 39 años, de nacionalidad peruana, salió de cubrir su turno en el kiosco de drogas ubicado en el cruce de Oceanía y calle 2, en la zona conocida como “La Quema” de la Villa 1-11-14. “Picnic” caminó unos pocos metros cuando un grupo de hombres armados lo interceptaron y dispararon una ráfaga de tiros hasta que cayó muerto.

Las balas fueron tantas que alcanzaron a dos chicas de 14 años que no estaban relacionados con el submundo narco de la villa. Tan solo caminaban por ahí en el momento del ataque: terminaron internadas en el Hospital Piñero y se encuentran fuera de peligro, según indicaron fuentes del caso. Tras la balacera, los sicarios se escabulleron por el llamado pasaje Bolívar, conocido como pasaje de “Tito”, y escaparon a toda velocidad en un auto que los esperaba sobre la avenida Coronel Esteban Bonorino.

Así trasladaron a los heridos de bala tras el ataque narco en la villa 1-11-14

En las últimas horas, la División Operaciones Área Metropolitana Sur de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA, con la ayuda de la PROCUNAR, el ala de la Procuración bajo el fiscal Diego Iglesias que investiga delitos de narcotráfico, atrapó al presunto autor material de aquel ataque narco: Cristian Ezequiel Avedaño, de 18 años, reside en el Bajo Flores. Lo capturaron en el barrio porteño de Pompeya cuando bajaba de un colectivo. El joven tenía encima 27 bolsas de naylon con cocaína listas para la venta y una de marihuana.

En el Bajo Flores, la muerte de “Pícnic” fue paradigmática. El crimen sicario se explica de forma simple: fue una jugada para la toma de poder. “Picnic” era un hombre de Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”, señalado como el nuevo capo de la villa, que fue arrestado pocos días atrás tras varios allanamientos dentro de la 1-11-14.

En esos arrestos, además de “Pantro”, también un ex discípulo y jugador de “Marcos” Estrada González, el capo supremo de la historia del Bajo Flores -hoy preso en Marcos Paz, condenado a 24 años de cárcel- cayó todo su séquito de los llamados Chalecos, la primera línea de seguridad, encargados de palpar y chequear a los compradores de droga.

Cristian Ezequiel Avedaño, de 18 años
Cristian Ezequiel Avedaño, de 18 años

Así, los dos puntos centrales de venta que manejaban quedaron al descubierto, debilitados y listos para que otra organización con más estructura les robara el negocio.

Y esa organización apareció. Pocas horas después del crimen de “Pícnic”, los movimientos en el Bajo Flores se iniciaron de forma rápida y viejos conocidos comenzaron a agruparse, como si todo ya estuviera guionado.

De acuerdo a la información que recabó este medio, cuando “Pantro” cayó, ex miembros de la banda del todavía prófugo Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo”, el capo narco de Villa Lugano también nacido de la banda de “Marcos” que operaba en el barrio Padre Mugica, y antiguos hombres que respondían a Estrada González y a su hermano y socio en el negocio, Fernando, alias “Piti”, que actualmente está en Perú, comenzaron a reunirse en distintos puntos de la villa.

Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”
Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”

Sobre esos movimientos, los detectives manejan distintas hipótesis, pero la más fuerte por estas horas, aseguran, es que en la superestructura de la banda hubo un nuevo pacto: “Marcos”, “Piti” y “Dumbo”, sellaron un acuerdo para retomar al poder dentro del barrio: “Los Antiguos”.

Tanto es así que algunos investigadores que caminan la el barrio dicen que personajes como Óscar Lalopu Tuñoque, alias “Kevin”, mano derecha en su momento de “Marcos”, que había caído preso en Perú en 2008 tras escapar de la Gendarmería Nacional, volvieron al Bajo Flores y se muestran caminando por los pasillos para que todos sepan que ahora ellos son los nuevos jefes.

 Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo”
Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo”

Incluso como parte de “Los Antiguos”, detectives indicaron que otro viejo conocido habría regresado a la Villa: Jean Paul Revilla Estrada, de 44 años, sobrino de “Marcos”, quien había sido deportado del país en 2017 tras ser condenado por la venta de drogas en el Bajo Flores y en marzo de 2021, violó la prohibición de reingreso y volvió a ser expulsado.

Otro de los interrogantes que manejan los investigadores es que ese pacto no existió y simplemente las facciones de ambas bandas se reunieron sin la autorización de sus jefes ahora venidos en desgracia: presos, prófugos y afuera del país, y tomaron el control sin tributarle las ganancias.

De esta manera, “Los Antiguos” se organizaron y aprovecharon la oportunidad. Planearon el ataque a “Picnic” y después fueron por los puntos de venta para quedarse con el gran negocio de la droga en el Bajo Flores.

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