Un cura condenado a prisión por violar a un menor se esconde de la policía: "Estoy en algún lugar"

El sacerdote correntino Domingo Pacheco fue condenado a trece años de prisión por "abuso sexual con acceso carnal continuado" a un menor dentro de una parroquia. Las fuerzas de seguridad no logran detenerlo. Infobae lo contactó

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La policía correntina no encuentra al sacerdote Jesús Domingo Pacheco, a pesar de que hace pocos días se confirmó su condena de 13 años de prisión por haber abusado sexualmente de un joven de 15 años. La causa se inició hace ya siete años y transitó por agotadoras idas y vueltas judiciales. Tantos años después, la víctima de la localidad de Esquina, Osvaldo Ramírez, sigue sin encontrar paz a raíz de una pesadilla que comenzó en su adolescencia. Mientras permanece escondido de la Justicia, el ex cura condenado habló con Infobae.

Pacheco fue condenado a 13 años de cárcel por el delito de "abuso sexual con acceso carnal en la modalidad de delito continuado" hacia el joven que en 2006 tenía 15 años y concurría habitualmente a una parroquia de la ciudad de Esquina, en donde conoció a un sacerdote que le arruinó la vida.  Luego de un dramático derrotero judicial, a principios de octubre el Tribunal Oral Penal de Goya ordenó la inmediata detención del ex cura. 

Pero esa inmediatez no se concretó. Casi un mes después, las fuerzas policiales correntinas no logran ubicar y detener a Pacheco. En su desesperación por poner un punto final a su traumática historia, Osvaldo Ramírez comenzó a hacer circular desde las redes un pedido de ayuda para lograr encontrar a su agresor.

El mensaje que el joven Osvaldo Ramírez difundió en las redes para que los correntinos colaboren con información sobre el paradero del cura Pacheco
El mensaje que el joven Osvaldo Ramírez difundió en las redes para que los correntinos colaboren con información sobre el paradero del cura Pacheco

En diálogo con Infobae, Osvaldo hizo un repaso de una vivencia que le generó ataques de pánico y una tristeza que lo lleva al llanto todavía hoy, 12 años después: "Yo trabajaba en un proyecto de digitalización de la Biblia y me ofreció trabajar en una pieza de la parroquia, en el piso de arriba, porque decía que ahí había una computadora más rápida. En ese lugar, trabó la puerta, apagó la luz, me agarró por detrás y pasó todo lo que pasó, así muchas veces".

Con 15 años, Osvaldo guardó silencio bajo amenazas: "Me decía que a mí nadie me iba a creer porque soy un loquito y que si hablaba iba a ser peor". Ahora, a sus 27, el joven también recuerda incómodas situaciones con su familia: "En ese tiempo mis padres eran muy a la antigua, confiaban mucho en la iglesia, y en ese sacerdote. Él se hizo amigo de mis papás, comía en mi casa, yo no lo quería saludar y mis papás me retaban. Pero claro, ellos no se imaginaban que él me estaba arruinando la vida".

La iglesia en ningún momento se acercó a dar apoyo, ni espiritual ni psicológico

Osvaldo resaltó que fueron años de lucha en soledad. Contó que la iglesia se mostró indiferente y "en ningún momento se acercó a dar apoyo, ni espiritual ni psicológico."  "Todos mis tratamientos por mis secuelas fueron por parte de mi familia. Desde el Estado tampoco recibí ayuda", dijo.

Luego llegaría la condena de la Justicia: "Fue un alivio después de años de pelearla, porque en un primer juicio lo absolvieron pero en el segundo fue condenado".

Pero definitivamente nada en esta causa deja descansar a Osvaldo, que durante su relato comienza a transitar desde la angustia hacia la bronca: "Él ya debería estar cumpliendo su condena, pero se esconde porque es un cobarde. Estoy muy indignado y dolido porque no lo encuentran, pero sé que muy pronto la policía lo va a hallar".

Osvaldo Ramírez (27), denunció por abuso sexual a un sacerdote que fue condenado a 13 años de prisión
Osvaldo Ramírez (27), denunció por abuso sexual a un sacerdote que fue condenado a 13 años de prisión
El próximo paso es declararlo prófugo y esperar las órdenes de captura nacional e internacional

Verónica Vergés, abogada del joven, explicó que hasta ahora la policía no tuvo éxito en los operativos para detenerlo: "La orden de detención está librada desde el mes de septiembre por lo cual la policía debía ir a su casa y detenerlo. Ese procedimiento se hizo pero no estaba, por lo que luego se libró una orden de allanamiento y tampoco se lo encontró en el domicilio declarado, razón por la cual nosotros pedimos que se declare la rebeldía de Pacheco. El próximo paso es declararlo prófugo y esperar las órdenes de captura nacional e internacional".

El chico atemorizado por el qué dirán en su pueblo tras hacer público su drama con un cura quedó atrás, y hoy a Osvaldo se lo escucha firme a pesar de que no logra poner un punto final a su historia: "Yo fui hombre al animarme a denunciarlo, me expuse ante mi gente, el país y el mundo para que ningún niño sufra como yo. Ahora que él sea hombre y se entregue a la Justicia. Tuvo huevos para cagarme la vida, ahora que los tenga para hacerse cargo".

Tal como ocurrió en el inicio de la cobertura de esta historia, Infobae contactó a Domingo Pachecho, quién accedió a contestar por mail desde la clandestinidad. 

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En su mensaje, el ex cura insistió con su inocencia: "Nadie tiene la obligación cívica y moral de obedecer una sentencia claramente nula, tampoco los jueces ni la Policía. Soy inocente del crimen que me adjudican", escribió.

Además, en su respuesta involucró a su denunciante: "Es mentira que estoy prófugo. Es Ramírez quien publicó eso por Facebook, porque está desesperado por verme encerrado".

Finalmente, indicó que su abogado "ya presentó, al día siguiente de salir la orden de detención, los papeles correspondientes, y el pedido de suspensión de la detención, pero los jueces duermen, y no resuelven, desde hace casi un mes".

Este medio le ofreció una comunicación telefónica a Pacheco para brindar un contacto igualitario al denunciante y al condenado escondido, pero al momento no obtuvo más respuestas.

Días atrás, el ex cura sí dialogó con la radio LT7 de Corrientes Capital. En esa oportunidad también negó estar prófugo, por lo que la repregunta fue la esperada. La respuesta, definitivamente, no:

– "¿Y entonces usted dónde está, Pacheco?".

– "Ah… en algún lugar, jaja".

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