Escuelas baleadas en Rosario: advirtieron que en algunos casos los atacantes “son exalumnos”

Desde el Ministerio de Educación, recordaron que “antes el guardapolvo era un salvoconducto” y las escuelas “intocables”. Ahora, en un solo día dos instituciones fueron amenazadas

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Ya son 8 las escuelas baleadas en lo que va del año
Ya son 8 las escuelas baleadas en lo que va del año

Desde hace meses, la inseguridad asola a Rosario y las escuelas se convirtieron en el principal blanco de los narcotraficantes como herramienta para enviar sus mensajes mafiosos y generar temor entre la sociedad. En ese sentido, desde el Ministerio de Educación recordaron que “antes el guardapolvo era un salvoconducto” y advirtieron que en algunos casos los atacantes “son exalumnos”.

En lo que va del año, unas 40 escuelas del territorio rosarino sufrieron vandalizaciones, 8 fueron baleadas y 25 cuentan con un servicio policial adicional nocturno. De hecho, el viernes pasado dos escuelas de Villa Gobernador Gálvez tuvieron que suspender sus clases debido a que recibieron mensajes intimidantes.

En ese sentido, en la secundaria N°516 dejaron una nota que contenía cuatro balas pegadas con cinta y firmaba: “Att. La Mafia, están avisados”. El mensaje sería de parte de un recluso del penal de Piñero y estaría dedicado a los “soldaditos del Godo Danny”.

La otra escuela de Villa Gobernador Gálvez que fue víctima de las amenazas mafiosas fue la secundaria N°364, donde por la mañana las autoridades se encontraron con un cartón que exigía la suspensión de las clases, bajo la amenaza de que si no lo hacían la institución sería atacada. “Suspendan las clases porque hay plomo o bomba”, advertía el mensaje firmado por “La Banda de Los Millones”.

Ambos centros educativos se vieron obligados a suspender las clases el viernes, de acuerdo con la información del medio local El Ciudadano Web.

La carta amenazante que recibió una de las escuelas en Villa Gobernador Gálvez. (Foto: El Ciudadano Web)
La carta amenazante que recibió una de las escuelas en Villa Gobernador Gálvez. (Foto: El Ciudadano Web)

En este contexto, el delegado del Ministerio de Educación de Santa Fe en la ciudad de Rosario, Osvaldo Biagiotti, explicó a Télam que esta situación se acrecentó en el último tiempo, algo que “da cuenta de la degradación del tejido social en muchos aspectos”, según sus declaraciones.

De esta manera, Biagiotti recordó que antes las instituciones educativas tenían un valor simbólico muy importante para el barrio que las llevaba a convertirse en “objetos intocables” para las organizaciones narcocriminales.

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“Nos los dicen los docentes y los directivos. Escuché varias veces las mismas palabras: el guardapolvo antes era un salvoconducto, un pasaporte, porque aun los referentes de la criminalidad del barrio tenían un respeto reverencial por la seño, por la directora”, mencionó.

Sin embargo, el funcionario aseguró que en la actualidad esta situación cambió rotundamente. “La escuela como un lugar intocable hoy pasó a ser un lugar más que se saquea, o aún sin poder llevarse nada se han vandalizado”, analizó.

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En línea con las declaraciones de Biagiotti, el avance del narcotráfico en Rosario es tal que “en algunos casos se ha comprobado que son exalumnos, y es muy tremenda la frustración de los directivos que los propios pibes que tuvieron de alumnos, que les daban un abrazo y les regalaban una sonrisa, terminan en eso”.

Los reiterados ataques a las instituciones educativas impulsaron constantes marchas por parte de los docentes y la comunidad en general para exigir seguridad en todos los espacios, puesto que en lo que va del año un niño falleció en medio de una balacera y otro resultó herido.

En marzo de este año, Máximo Jérez, un menor de 12 años, quedó en medio de un tiroteo narco cuando salió de su casa para ir a comprar algo en el kiosco. De repente, comenzaron los disparos desde un vehículo con vidrios polarizados. El chico murió luego de ser alcanzado por una de las balas. Ese mismo día la escuela a la que asistía también fue atacada.

Meses después, otro menor volvió a quedar en medio de una balacera. El niño de 6 años salía de la escuela con su papá cuando los tiradores comenzaron a disparar, un proyectil lo hirió en el tobillo, pero afortunadamente no hubo que lamentar otra víctima fatal.

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