“1770-1820 En este Solar nació y murió el General Manuel Belgrano”, era el mensaje que se podía leer en la placa histórica de más de 102 años que fue robada en la madrugada de este viernes. Así lo denunciaron hoy ante las autoridades no sólo los administradores del Edificio Calmer —ubicado en el barrio porteño de Monserrat y en el que se encontraba ubicada—, también historiadores y el propio chozno del prócer creador de la bandera.
“En la mañana nos desayunamos con la noticia de que faltaba la placa, se la habían robado. Estamos haciendo las denuncias y comunicándonos con la empresa de seguridad, que tiene varias cámaras en la entrada del edificio. Lo curioso es que esto ya pasó con otras placas en la entrada, pero por ahora no nos pasaron los video ni nos dieron explicación”, le detalló a Infobae uno de los administradores del edificio.
Manuel Belgrano, chozno del General, también dialogó con este medio y buscó transmitir el valor histórico del objeto, para comprender su valor. “Soy presidente del Instituto Nacional Belgraniano, que depende del Ministerio de Cultura de la Nación. Es un espacio de investigación y divulgación histórica, para guardar los valores del General y también ocuparnos de la preservación de los lugares históricos que conmemoran su figura, como es este caso el edificio Calmer en la Avenida Belgrano 430, donde se robaron la placa conmemorativa del año 1920″, detalló.
“Es una placa de altísimo valor por el significado que tiene: es la única que tiene dibujada cómo era su casa por aquel entonces. Allí, en su casa familiar, fue donde nació y murió. Era un objeto de altísimo valor documental”, insistió Manuel Belgrano e detalló: “Estaba puesta en el lugar exacto dónde hace más de 200 años murió y donde hace más de 250 años nació. Es el solar histórico”.
El chozno del creador de la bandera nacional también se ocupó de explicar su parentesco. “Soy descendiente directo del General Belgrano. Soy quinta generación, cuarto nieto —chozno— en forma directa por parte de su hija Manuela Mónica. Viniendo la descendencia vía una mujer, el apellido se recupera cuando la nieta del General se casó con Juan Carlos Belgrano, un primo de ella. Desde ahí, se recupera. Entonces, soy descendiente directo de Manuel Belgrano y también de uno de sus hermanos”, describió.
Roberto Colimodio, quien junto a Alejandro Maddoni publicó el libro “Manuel Belgrano, la verdadera historia de la casa familiar en Buenos Aires”, también denunció públicamente el robo de la placa. “Estoy muy enojado, porque justamente nosotros en el libro decíamos que a estas placas había que resguardarlas”, aclaró el historiador.
Colimodio, a su vez, contó la historia del terreno y de la placa que fue robada en la madrugada de hoy. “En 1764 sus padres habían comprado el terreno y luego construyeron la casa. Ahí nació, vivió y murió Manuel y fue demolida en la década de 1870. Sabemos que existía hasta 1873, pero desde 1880 tenemos la información de que en el lugar ya había otro edificio. Allí fue donde se colocó la placa en 1920″, detalló el historiador.
“Entonces, casi 50 años después de demolida la casa original —continuó Colimodio en su relato—, se colocó la placa en el edificio que la reemplazó. Luego, en el año 1937, se demolió ese edificio porque se hizo el ensanche de la Avenida Belgrano: esa misma placa se rescató y se colocó en la fachada del Edificio Calmer, que se inauguró en 1940 en el mismo lugar. Así estuvo hasta hoy a la mañana”.
Según el historiador, la placa tenía una dimensión importante. “Calculamos que tenía alrededor de 80 centímetros de largo por 50 de alto. Sabemos que era pesada, pero no tenemos el dato específico. Tampoco hay precisión sobre si era de bronce o hierro forjado. Es que no se le hicieron estudios recientemente y las crónicas tampoco dicen de qué era. Muchos suponen que era de bronce, pero no se puede asegurar”, indicó el historiador.
En su reflexión, Colimodio también recordó otros robos que sufrió el General: cuando dos ministros se robaron sus dientes y también cuando robaron la única pertenencia de valor que tuvo el prócer al morir. “Lamentablemente sigue pagando con sus propios bienes y le siguen robando. Ya le robaron los dientes en su momento y también su reloj. Este no es un bien personal, pero duele”, comentó.
Finalmente, el historiador —al igual que lo hizo en redes sociales— buscó transmitir un último mensaje con esperanza de obtener resultados positivos: “Rogamos difundir por todos los medios posibles en la utópica esperanza que la placa aparezca y no sea fundida”.
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