Ceferino Reato habla de la masacre en el comedor de la policía: “En los ‘70 hubo demasiadas víctimas y muy pocos héroes”

El periodista y escritor es autor de “Masacre en el comedor”, un libro que cuenta el atentado de Montoneros sobre la Superintendencia de Seguridad Federal que mató a 23 personas. El 2 de julio se realizará un acto para conmemorar a las víctimas y él acompañará a los familiares, 46 años después del hecho y un mes después de que la Cámara Federal le ordenara a la jueza Servini reabrir la investigación

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Ciento diez heridos y veintitrés muertos, el saldo total del peor atentado guerrillero durante la sangrienta década de los 70, el más devastador ataque contra una sede policial en todo el mundo
Ciento diez heridos y veintitrés muertos, el saldo total del peor atentado guerrillero durante la sangrienta década de los 70, el más devastador ataque contra una sede policial en todo el mundo

Josefina Melucci de Cepeda tenía 42 años. Una bomba la mató. Estaba almorzando con una amiga, María Olga Pérez de Bravo, porque le había pedido que le hiciera una gestión por el documento del hijo de una vecina. Comían, sentadas y despreocupadas, el mediodía del viernes 2 de julio de 1976. No sabían que una bomba vietnamita explotaría a las 13:20 en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, ubicada en la calle Moreno 1417 de la Ciudad de Buenos Aires. Josefina murió esa tarde: fue la única víctima civil “del peor atentado guerrillero durante la sangrienta década de los ‘70, el más devastador ataque contra una sede policial en todo el mundo y el más cruento en la violenta historia de Argentina hasta el atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) el 18 de julio de 1994″. Así describe el hecho Ceferino Reato, periodista y escritor.

En 2022, el 2 de julio cae sábado. En la Superintendencia de Seguridad Federal, ubicada en la calle Moreno 1417 de la Ciudad de Buenos Aires, estarán las hijas de Josefina Melucci de Cepeda y los familiares de las otras 22 víctimas fatales. A las doce del mediodía se celebrará un acto en las puertas de la sede policial después de haber recorrido doce cuadras desde la estación de subte de la línea E “Rodolfo Walsh”, en el cruce de las avenidas Entre Ríos y San Juan. Partirán, en una declaración de principios, desde el sitio que honra la memoria del hombre señalado como ideólogo del ataque al lugar del atentado. La convocatoria recibe el lema “El ideólogo y la masacre: a 46 años del atentado más sangriento de los ‘70″.

La marcha la organizan la Asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas del Terrorismo y la Comisión de Homenaje a Policías y Ciudadanos Muertos por la Violencia y se adhieren la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia y la Asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas del Terrorismo en la Argentina, entre otras entidades. En un comunicado, sostienen: “La explosión de un artefacto conocido como ‘bomba vietnamita’, dispuesta por la conducción de Montoneros, a cargo de Mario Firmenich, y la participación en el hecho de jefes de la inteligencia ‘militar’ del grupo subversivo comandado por Rodolfo Walsh, produjo lo que fue el hecho más sangriento de tal naturaleza en el país hasta el atentado de la AMIA”.

La convocatoria es el sábado 2 de julio por los 46 años del atentado en el comedor de la Superintendencia de la Policía Federal
La convocatoria es el sábado 2 de julio por los 46 años del atentado en el comedor de la Superintendencia de la Policía Federal

El último jueves 9 de junio la Cámara Federal ordenó reabrir una investigación para que se analicen las responsabilidades de la agrupación Montoneros en el atentado a una repartición de la Policía Federal. Los jueces Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia decidieron anular la resolución de la jueza federal María Servini que en 2006 rechazó una denuncia contra los presuntos autores del atentado por entender que no era un crimen de lesa humanidad. La Corte Suprema ratificó ese criterio. Pero algo pasó.

A finales del año pasado, un grupo de organizaciones civiles y 400 abogados se presentaron en el juzgado para pedir la reapertura de la causa y solicitar que sea declarado imprescriptible. En febrero de 2022, Ceferino Reato publicó Masacre en el comedor, cuyo subtítulo es sentencia pura: “La bomba de Montoneros en la Policía Federal. El atentado más sangriento de los ‘70″. Ambas situaciones concibieron un nuevo semblante para que pocos meses después, la Sala I de la Cámara Federal anulara el fallo de una jueza que había ordenado el cierre de la denuncia por prescripción.

En ese contexto auspicioso, familiares de las víctimas conducirán un acto en homenaje a los 23 fallecidos. Ceferino Reato acudirá. Aceptó ir luego de constatar que el sentido del acontecimiento se reducirá a honrar la memoria de los que ya no están. Cree que debería volver a colocarse en Moreno 1417 una placa en recuerdo de las víctimas del atentado y que tendría que convivir con la otra placa que allí se luce y dice “aquí funcionó el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio” acompañado por la tríada en letras mayúsculas verticales memoria, verdad y justicia.

El libro de Ceferino Reato sobre el brutal ataque de Montoneros al comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal en 1976
El libro de Ceferino Reato sobre el brutal ataque de Montoneros al comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal en 1976

Procuró que se respetara la naturaleza de ese cartel para acompañar la reivindicación de incorporar otra placa en alusión a las víctimas. Para argumentar su valoración, ensaya un contexto: “Uno de los jefes del ejército Montonero, Horacio Mendizábal, en una conferencia de prensa a corresponsales extranjeros en la clandestinidad 22 días después del atentado, explicó el sentido del ataque. Dijo que la bomba en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal era para frenar la represión ilegal. Lo cierto es que la aceleró y de alguna manera era un resultado previsto por Montoneros. En los pisos altos, piso cuarto y quinto, había celdas y se torturaba. Pero se torturaba desde el comienzo de la dictadura y desde el comienzo de la Policía Federal, que nace como tal el primero de enero del ‘45 en reemplazo de la policía de la capital. Ahí ya se torturaba y se siguió torturando”.

“Pero en los setenta hubo un gran cambio de toda la Policía Federal para adaptarse a la lucha contra las guerrillas: copiaron un modelo más norteamericano y crearon las superintendencias. Después del atentado, algo que está bien explicado en el Nunca Más, cambiaron la calidad de las torturas: antes eran presos que estaban en el aire, personas desaparecidas, a quienes primero torturaban y después los blanqueaban o los dejaban en libertad. A partir del atentado, torturaron, mataron, asesinaron y además hicieron desaparecer gente. Fue la vendetta, la venganza de la policía y de la dictadura en relación a la masacre”, define.

La verdadera historia de los setenta es la historia de todas las víctimas -dice Ceferino Reato-. Es importante que ahí coexistan dos carteles: uno que indique que hubo un centro de detención en los pisos de arriba y otro que diga que en el comedor de la planta baja hubo un atentado que mató a 23 personas e hirió a 110 que estaban comiendo y que no todos eran policías, muchas eran personas que ni siquiera tenían armas. En el punto de vista técnico fue un acto de terrorismo explícito”.

"Me invitaron a hablar en el acto pero les dije que no. El sentido del acto es recordar a las víctimas. Los familiares tienen un mensaje mucho mas importante que el que podría dar yo", dice Ceferino Reato
"Me invitaron a hablar en el acto pero les dije que no. El sentido del acto es recordar a las víctimas. Los familiares tienen un mensaje mucho mas importante que el que podría dar yo", dice Ceferino Reato

José María Salgado, alias Pepe, un agente de policía de 21 años que también estudiaba Ingeniería Electrónica en la Universidad de Buenos Aires, fue el autor material de la masacre. Era uno de los recursos principales del servicio de Inteligencia e Informaciones de Montoneros, donde el hombre clave era el periodista y escritor Rodolfo Walsh. Llegaba todos los días al comedor de la Superintendencia diez minutos antes de las trece del mediodía con un maletín marca Primicia de color negro. Los guardias ya se habían acostumbrado a su plácida presencia.

El 24 de julio de 1976 Mendizábal explicó, según relata Ceferino en su libro, que el artefacto “fue introducido en el edificio por un compañero que estaba infiltrado y que había entrado durante una semana con un paquete similar, pero inofensivo, como prueba. Cuando vimos que todo andaba bien, se largó la operación, que también sirvió para demostrar la alta moral y serenidad de nuestros combatientes porque el compañero que accionó el explosivo, estuvo almorzando allí y se retiró siete minutos antes del lugar”.

Esa habría sido una de las razones del atentado. El autor de Masacre en el comedor asegura que los motivos fueron varios: “Tenían el problema de que había censura de prensa y necesitaban una serie de hechos que no pudieran ser obviados. Habían dispuesto a partir del golpe de Estado, que dicho sea de paso recibieron con entusiasmo, la cuarta ofensiva táctica que consistía en golpear a la policía en los principales centros urbanos porque consideraban que era la cara visible de la represión de la dictadura. Hicieron varios atentados en la ciudad y la provincia de Buenos Aires y en Rosario. También creo que siempre apostaron a ‘fascistizar’ la represión del Estado: hacerla más extrema, sin jefes legalistas, e impulsaban desnudar lo que para ellos era la naturaleza fascista del régimen. Estaban convencidos de que la dictadura les iba a allanar el camino a la revolución socialista. Era una lógica de cuanto peor mejor. Irónicamente lo lograron, pero no fue bueno para ellos porque ya en octubre Roberto Perdía reconoció que habían cometido un error importante: tras el atentado los empezaron a cazar”.

Jose María "Pepe" Salgado fue el autor material del atentado de Montoneros a la Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal del 2 de julio de 1976
Jose María "Pepe" Salgado fue el autor material del atentado de Montoneros a la Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal del 2 de julio de 1976

Para Ceferino Reato, los hechos mandan. Su libro también incluye acontecimientos derivados del atentado en la sede policial. La masacre de los curas palotinos ocurrió dos días después: tres pastores y dos seminaristas fueron asesinados, según admitiera la junta militar en una reunión con el cardenal Juan Carlos Aramburu y el nuncio apostólico Pío Laghi, por “grupos de tareas fuera de control”. “Hay víctimas que fueron borradas de la historia. Y para mí las víctimas son importantes, todas las víctimas -dice el autor-. Me hubiera gustado escribir sobre la dictadura. Pero ese tema está todo cubierto al derecho y al revés. A mí me gusta hacer periodismo sobre hechos no contados. Fue un libro difícil para mí porque se trataba de un atentado de Montoneros en dictadura en un lugar que había sido preparado para ser el núcleo duro de la lucha de la policía federal contra las guerrillas”.

“El periodismo tiene que estar en los hechos. Los hechos mandan”, precisa. No quiere mezclarse en la discusión de quienes pretenden cancelar a Rodolfo Walsh y modificar el nombre de la estación de subte que lleva su nombre. Tampoco pretende militar la causa judicial. Dice que su trabajo ya está hecho. No niega la satisfacción de que su libro haya penetrado en la sociedad para inducir en el fallo judicial que ordena la reapertura de una causa prescripta. “Es una vanidad que procuro que se me pase rápido”, dice y afirma que tampoco escribe para revocar sentencias. Lo hace para contar algo que no fue contado. “En los ‘70 hubo demasiadas víctimas y muy pocos héroes”, define.

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