El norte de la provincia de Salta, a la altura de la ciudad de Aguas Blancas, se ha convertido desde hace años en una zona caliente por el contrabando de mercadería y el tráfico de drogas. De hecho, estas son dos de las principales actividades económicas del departamento de Orán.
Fue justamente en las aguas del Río Bermejo, que marca el límite con Bolivia, donde hoy se hundió un gomón que llevaba a 20 personas. Hasta el momento, todavía hay seis desaparecidos. El resto fue rescatado.
Ese tipo de gomones son utilizados por los “bagayeros” para cruzar por los pasos clandestinos cuando las aguas del río están crecidas. Las personas que se dedican a esta actividad se encargan de ingresar al país mercadería ilegal, principalmente desde la ciudad boliviana de Bermejo. Luego, los productos son vendidos en distintas ferias.
La jornada laboral de los bagayeros comienza a las 4 de la mañana, momento en que cruzan a Bolivia donde los esperan lo que ellos llaman “patrones” quienes les entregan los bultos con ropa, zapatillas, juguetes, u otros productos. No obstante, es habitual que las bandas narco también utilicen esta modalidad irregular para ingresar droga a la Argentina.
Según estimaciones oficiales, en Aguas Blancas hay poco más de 2.000 “bagayeros” argentinos, que se suman a otros 500 bolivianos que también operan en ambos cruces. Para un pueblo de cerca de 5.000 habitantes, la actividad supone la principal fuente de ingresos.
En 2019, la por entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intentó implementar junto con el ex gobernador Juan Manuel Urtubey un régimen para “blanquear” la actividad de los bagayeros. El convenio denominaba “micro importadores” a los hombre que pasan mercadería por la frontera e imponía un tope de 500 dólares por bulto. La intención de fondo es ir contra las redes de contrabando que utilizan a los pobladores del área fronteriza. La medida no fue bien recibida por los trabajadores locales y nunca fue implementada a fondo.
En Aguas Blancas hay dos cruces, uno legal y otro clandestino -paradójicamente llamado “Los Gomones”- donde los “paseros” cruzan a pie o en embarcaciones improvisadas, según el nivel del río.
A su vez, el narcotráfico es otro de los flagelos que afecta la zona. De hecho, los secuestros de grandes cantidades de estupefacientes y los enfrentamientos con la Gendarmería que custodia los pasos fronterizos son moneda corriente.
Luis Antonio Scozzina, nombrado obispo de Orán en 2018 por el propio Papa Francisco -de quien es amigo- reconoció con tristeza a Infobae hace dos años que “las mejores ofertas económicas y financieras a los jóvenes las hace el narcotráfico”.
En 2019 hasta fue condenado a 13 años de prisión el ex juez federal de Orán, Raúl Reynoso, por favorecer con resoluciones judiciales a narcotraficantes que operaban en la zona a cambio de sobornos.
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