A Carola Ochoa el rugby siempre le había parecido un deporte elitista que nada tenía que ver con ella. Esta sanjuanina de 35 años, empleada de limpieza, militante social y de Derechos Humanos, habitante de Villa Hipódromo -uno de los barrios más carenciados de la órbita de la capital provincial-, desde chica empezó a practicar atletismo, uno de los dos deportes que hacen furor entre sus comprovincianos. El otro, el hockey sobre patines, siempre estuvo fuera de su alcance.
-Yo venía del ámbito del atletismo acá en San Juan, que es el deporte provincial, junto con el hockey sobre patines, que necesita mucho más dinero. Para el atletismo sólo se necesitan unas zapatillas y eso sí me lo podía comprar, con esfuerzo pero podía. Lo del rugby me llegó casi por casualidad.
“Lo del rugby” no significa que lo practique sino que, mediante una investigación que ya lleva siete años y muchos viajes con una mochila en sus espaldas, Carola ha elaborado el listado más completo de rugbiers que en la década de los ’70 fueron víctimas del terrorismo de Estado. También, recogiendo testimonios de sus familiares, compañeros, amigos, reconstruyó sus vidas, una por una.
-Hasta ahora son 157 –precisa.
La recopilación de esas historias empezó en 2013 y fue creciendo a la vez que sumaba ayudas y voluntades. En el trayecto, la tarea dio lugar a los homenajes y, desde 2016, con la colaboración de Eliseo Branca – un segunda línea que jugó en Curupaytí y el CASI, integrante de Los Pumas en los ’70 y figura emblemática del deporte – organiza el Torneo Nacional Homenaje a los Rugbiers Desaparecidos, que ya lleva cinco ediciones.
Una búsqueda por azar
-Empezó casi por casualidad –insiste Carola.
La casualidad fue que, como atleta federada, la invitaran a participar de una edición de la Carrera de Miguel –una prueba atlética en homenaje al deportista Miguel Sánchez, desaparecido por la dictadura- organizada por HIJOS en Puerto Madryn.
-Ahí fue cuando escuché por primera vez la historia de los rugbiers desaparecidos. Me contaron del equipo de seven de La Plata Rugby Club, que fue diezmado, no sólo por la dictadura sino antes del golpe por la CNU y la Triple A. Ese fue el puntapié inicial. Porque yo siempre había tenido un cierto prejuicio por el rugby, a mí me daba que era un deporte tan elitista, que no era congeniable con nada que significara con lo que a mí me interesaba, que era hacer labor social. Cuando empecé a buscar datos y a investigar me di cuenta de que esa visión que tenía era equivocada –cuenta.
Carola se propuso reconstruir y contar las historias de los rugbiers desde adentro, no como un aporte más a la estadística de los deportistas víctimas del terrorismo de Estado sino a través de crónicas que recogieran los testimonios de quienes los habían conocido y los devolvieran en carne y hueso, con sus vidas cotidianas, sus pensamientos, sus militancias y sus emociones.
El país con una mochila
Eso no podía hacerlo desde su casa de San Juan. Tenía que viajar y lo hizo. Como podía.
-Lo hice todo viajando. Hay gente a la que le cuesta entender que yo me haya largado así, con la mochila, pero es algo que no lo puedo explicar, es un sentimiento, una pasión y las pasiones cuesta explicarlas - dice.
Cuenta que viaja siempre sola, aunque nunca se siente sola porque sabe que la están esperando, que los familiares y amigos de los rugbiers desaparecidos conocen su trabajo y quieren contar sus historias.
-Antes de viajar establezco contacto por las redes, eso es primordial. En todo este tiempo conocí a muchos familiares que me dieron una mano tremenda con esto de la comida, el hospedaje, algunos pasaron a ser como unos hermanos, muchos de los familiares de los 157. Siempre hay gente que sabe que necesito ayuda y se ofrece a alojarme en sus casas o en los clubes para que pueda seguir con mi investigación. En realidad, para hacer lo que hago n se necesita ni un peso, sino la solidaridad de muchos. Porque nunca tuve un peso en el bolsillo, llevo solamente paquetes con comida y el mate, yerba, nada más. Esa solidaridad me llenó de fuerza para seguir - explica.
“Nunca me pasó nada”
-¿No te da miedo viajar siempre sola, aunque sepas que te están esperando? – le preguntan los cronistas.
-Si me hubiera pasado algo malo en los viajes, porque hay muchas cosas que les pasan a las mujeres por ser mujeres, tal vez… pero a mí nunca me pasó viajando sola, en las terminales noches enteras y nunca me pasó nada. Yo no sé por qué, pero como no me pasó, no sé... Y yo soy de las que piensan que por ser mujeres no tenemos que renunciar a la libertad, porque es tan lindo sentirse libre - responde.
Dice también que no siempre las cosas son tan fáciles, que encuentra resistencias. Que hay familias que no quieren hablar (“Por suerte son pocas”, aclara y que hay clubes que le cierran sus puertas porque las historias de sus jugadores desaparecidos son casi un tabú, hechos que preferirían borrar.
Siente que esas pocas frustraciones las compensa con la alegría de saber que, a veces, logra volver a conectar a las familias de las víctimas con los clubes a los que pertenecían, un lazo que muchas veces se había roto cuando los jugadores fueron asesinados o desaparecidos.
Los torneos
Desde 2016, con la colaboración de Eliseo Branca, Carola viene organizando los Torneos Nacionales Homenaje a los Rugbiers Desaparecidos. El primero se realizó ese año en Ensenada y luego siguieron en La Plata en 2017, en Rosario en 2018, en Bariloche en 2019, y en San Juan el año pasado, aunque este último por zoom debido a la pandemia.
-Este año pensamos hacerlo en Mar del Plata. Presencial si se dan las condiciones sanitarias, y si no por zoom, como el último, pero no vamos a dejar de hacerlo – dice.
Los torneos duran dos días y se realizan siempre el primer fin de semana de noviembre. Durante el sábado y el domingo se realizan los partidos con los equipos que participan, disertan los familiares de los rugbiers desaparecidos, se cuentan las actividades de la FUAR (Fundación de la Unión Argentina de Rugby que asiste a los jugadores que han quedado paralíticos o parapléjicos en accidentes del juego).
-Los torneos han ayudado muchísimo a difundir las historias de los rugbiers desaparecidos. Son torneos homenaje, sin fines de lucro. Nunca hubo un peso ni va a haber un peso, ni se va a lucrar con esto – dice Carola.
Sin banderas partidarias
Los torneos fueron creciendo en participación y en difusión año tras año. En el último que pudo hacerse de manera presencial –Bariloche 2019– tuvo un récord de asistencia y además contó con una fuerte colaboración del municipio, que lo declaró de interés.
-Pudieron viajar muchísimos familiares. Nosotros habíamos gestionado con la municipalidad el uso de la cancha, pero hicieron mucho más. Pagaron alojamientos, viajes y cenas a los familiares. Fueron unos días muy intensos – cuenta Carola.
Dice también que en algunos casos hubo resistencias a los torneos por parte de algunos clubes, que no quisieron participar argumentando que era una actividad que se iba a usar partidariamente.
-Cuesta entenderlo porque es el único homenaje donde no se permiten entrar con insignias partidarias. Esa fue una idea de Eliseo (Branca), que pensó que era lo mejor, que todo fuera apartidario. Eso a veces resiente también a los organismos de derechos humanos, que pueden venir con pañuelos pero sin banderas, tampoco hay militancia gritando, eso no. Lo que se hace antes de cada partido es leer la lista de los rugbiers desaparecidos y se grita “presente”. Es muy emocionante. He visto llorar a muchos jugadores y familiares - explica.
Un libro para el 24 de marzo
Por estos días, Carola está volcando todas las historias recogidas en un libro que, si los tiempos lo permiten, piensa presentar el próximo 24 de marzo. Los derechos de autor serán en beneficio del Equipo Argentino de Antropología Forense y de la Fundación UAR.
-Estamos pensando también en Los Huaylas XV, que son equipos de chicos con discapacidades que practican rugby y que formaron parte de las delegaciones que viajaron a Bariloche. Como dice Eliseo, hagámoslo de corazón y veamos cómo hacemos, pero no queda un peso en nuestras manos – dice.
El título ya está definido, será “Rugby y Memoria”.
Rugby y violencia
La charla con Carola termina con un tema que en el último año estuvo en todos los medios, primero a raíz del asesinato de Fernando Báez Sosa cometido por un grupo de jóvenes rugbiers en Villa Gesell el 16 de enero del año pasado, y luego por la difusión de los tuits discriminatorios de algunos integrantes de Los Pumas.
-Me parece que son casos aislados – dice -. Yo solamente puedo hablar del rugby en los Torneos Homenaje y de toda la gente que he conocido en estos años. Y no he notado violencia en ellos, para nada. Creo que es el momento de desmitificar al rugby, su raíz social, porque lo que yo veo es gente comprometida socialmente, que piensa en los demás.
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