Cómo evitar la mezcla involuntaria de cultivos y reducir pérdidas en la cosecha

En la cosecha, no todo se define por rindes o volúmenes. La presencia involuntaria de granos distintos en una misma carga puede transformar una buena producción en un problema comercial

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En la cosecha, no todo
En la cosecha, no todo se define por rindes o volúmenes. La presencia involuntaria de granos distintos en una misma carga puede transformar una buena producción en un problema comercial. REUTERS/Cesar Olmedo/Archivo

La mezcla involuntaria de cultivos durante la cosecha, el transporte o el almacenamiento se convirtió en un tema sensible para la producción agrícola.

Aunque no siempre se detecta a simple vista, la presencia de trazas de distintos granos puede generar conflictos sanitarios y comerciales, especialmente en un contexto de mercados cada vez más exigentes. ¿Cómo anticiparse a un problema que muchas veces aparece cuando la carga ya está lista para salir?

Un problema que aparece sin avisar

Este fenómeno, conocido como commingling, ocurre cuando granos de diferentes cultivos se combinan de manera no intencional en alguna etapa del proceso productivo. Puede suceder en el lote, durante el traslado o en el acopio, y adquiere mayor relevancia cuando involucra cultivos con potencial alergénico, como maní, soja o trigo, donde incluso cantidades mínimas pueden generar consecuencias significativas.

Este fenómeno, conocido como commingling,
Este fenómeno, conocido como commingling, ocurre cuando granos de diferentes cultivos se combinan de manera no intencional en alguna etapa del proceso productivo

Desde el INTA advierten que se trata de un riesgo propio de la producción primaria. “Incluso una cantidad mínima de un alérgeno puede desencadenar una reacción severa en una persona sensible”, explicó Gustavo Polenta, referente en gestión de alérgenos alimentarios del Instituto de Tecnología de Alimentos. Por eso, el foco no está en una eliminación total —difícil de lograr— sino en una gestión adecuada del riesgo.

Planificar para reducir cruces

Una de las principales recomendaciones apunta a la planificación. La rotación ordenada de cultivos y la segregación de lotes permiten disminuir la probabilidad de contaminación entre campañas consecutivas.

También se sugiere prestar atención a los campos linderos, donde pueden producirse cruces no previstos entre producciones diferentes.

La limpieza de equipos, un punto clave

La maquinaria concentra buena parte del riesgo. Cosechadoras, tolvas, camiones y silos suelen retener restos de granos que, si no se eliminan correctamente, pasan de un cultivo a otro. Por eso, la limpieza exhaustiva de equipos antes de cada cambio de uso resulta una práctica central para minimizar mezclas involuntarias.

En el transporte y el almacenamiento, los especialistas recomiendan aplicar protocolos de segregación estrictos que eviten el cruce de granos en silos y contenedores.

A esto se suma la capacitación de todos los actores de la cadena —productores, transportistas y operadores logísticos— para reconocer los puntos críticos y reducir errores operativos. “La mezcla de cultivos no es un accidente aislado, sino una característica inherente de la producción primaria”, sostuvo Polenta.

Impacto comercial y criterios comunes

El commingling no solo afecta lo productivo. En el comercio exterior, la detección de trazas no declaradas puede derivar en rechazos de cargas exportadas y pérdidas económicas. Por eso, el INTA trabaja junto con organismos internacionales en la definición de umbrales de referencia y métodos analíticos que aporten criterios objetivos al comercio, basados en ciencia, trazabilidad y capacitación.

Fuente: Inta