Exclusivo: las defensas de los imputados en el Consejo de Guerra alegarán que el ARA San Juan se hundió por un posible error humano

Mañana continúan las audiencias que tiene al ex jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, como a uno de los principales imputado. ¿Cuáles son los dictámenes técnicos que alientan la posibilidad de una válvula mal cerrada? ¿Cómo fueron los últimos minutos de vida de sus 44 tripulantes?

Compartir
Compartir articulo
Télam, 17/11/2017 Buenos Aires: El submarino ARA -San Juan- (Foto) que perdió contacto con la Armada Argentina hace dos días, es un buque de ataque construído en Alemania que está al servicio del país desde 1985, cuando comenzó con pruebas de mar para abocarse luego a operaciones navales en aguas del Caribe, Atlántico Norte y ejercicios desde su apostadero en la Base Naval de Mar del Plata. 
Foto: Armada Argentina/Juan Sebastián Lobos
Télam, 17/11/2017 Buenos Aires: El submarino ARA -San Juan- (Foto) que perdió contacto con la Armada Argentina hace dos días, es un buque de ataque construído en Alemania que está al servicio del país desde 1985, cuando comenzó con pruebas de mar para abocarse luego a operaciones navales en aguas del Caribe, Atlántico Norte y ejercicios desde su apostadero en la Base Naval de Mar del Plata. Foto: Armada Argentina/Juan Sebastián Lobos

¿El ARA San Juan se hundió con sus 44 tripulantes el 15 de noviembre de 2017 por “una inobservancia del reglamento o un error humano que terminó siendo el desencadenante de los episodios que culminaron en el naufragio”?

Palabras más, palabras menos, esa pregunta, esa propuesta para explorar, será una de las principales líneas argumentales que alguna de las defensas de los imputados por el mayor siniestro de la Armada Argentina en tiempo de paz, esgrimirán desde mañana 14 de diciembre en el reinicio del Consejo de Guerra que se sigue contra los supuestos responsables del hundimiento.

Se basan en al menos tres informes técnicos, y declaraciones testimoniales, incluidos en la causa que investiga la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yañez, pero que al menos allí no tuvieron el peso o los fundamentos necesarios para torcer el rumbo de los procesamientos contra los contraalmirantes Luis Enrique López Mazzeo, ex comandante de Adiestramiento y Alistamiento; Eduardo Luis Malchiodi, ex jefe de Mantenimiento y Arsenales; el capitán de navío Claudio Javier Villamide, ex comandante de la Fuerza de Submarinos; el capitán de navío Héctor Aníbal Alonso, ex jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Submarinos; el capitán de fragata, Hugo Correa, ex jefe de Operaciones; y el capitán de corbeta, Jorge Sullia ex jefe de Logística.

Uno de los informes técnicos que habilita la posibilidad del error humano en la tragedia del ARA San Juan. Sin embargo, el mismo documento, asevera que el legajo del comandante del Comandante es intachable.
Uno de los informes técnicos que habilita la posibilidad del error humano en la tragedia del ARA San Juan. Sin embargo, el mismo documento, asevera que el legajo del comandante del Comandante es intachable.

Además de estos militares, el Consejo de Guerra, el de mayor envergadura después de la Guerra de Malvinas, también juzgará al ex jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur y al capitán de navío Carlos Ferraro, el ex jefe del Proyecto Submarinos.

En la causa penal, la magistrada los encontró “autores penalmente responsables del delito de Incumplimiento de los Deberes de Funcionario Público, Omisión de Deberes del Oficio y Estrago Culposo agravado por el resultado de muerte, en concurso ideal”.

La decisión fue apelada por las defensas y la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, quien confirmó los procesamientos de todos, menos de Malchiodi y Sulia sobre quienes dictaron una “una falta de mérito”.

Entre sus argumentos Yañez destacó que: “La unidad submarina ARA San Juan no cumplía con los planes de mantenimiento programados y que presentaba novedades que comprometían la seguridad de la navegación, con acreditadas condiciones en cuanto a su estado de alistamiento y mantenimiento que eran conocidas por las personas que tenían poder de mando sobre la misma”.

La jueza calificó el estado del submarino de “calamitoso”.

El tribunal de alzada también resolvió que Yañez “continúe la instrucción y sean practicadas varias pericias, entre ellas una “pericia integrada por un cuerpo de técnicos en la especialidad submarinista o ingenieros navales, los que serán designados de oficio por el Tribunal, por el Ministerio de Defensa, la Armada Argentina y por cada una de las partes (defensas y querellantes)”, para establecer, a través de las miles de fotos e imágenes de vídeo tomadas por la empresa Ocean Infinity cuando hallaron el submarino, para determinar las razones del siniestro que aún se desconocen.

El otro dictamen técnico, firmado por el padre del segundo comandante del ARA San Juan, y una de las 44 víctimas, describió como podrían haber sido los minutos finales de vida de los militares.
El otro dictamen técnico, firmado por el padre del segundo comandante del ARA San Juan, y una de las 44 víctimas, describió como podrían haber sido los minutos finales de vida de los militares.

¿Error humano?

Los tres estudios técnicos incorporados a la causa y al Consejo de Guerra, y que serán utilizados por las defensas de los imputados, son amplios y abren un abanico de varias posibilidades para explicar el siniestro, entre ellos un error humano involuntario al dejar abierta o mal cerrada una válvula, la ya famosa e19, a través de la cual ya nadie duda que ingresó agua de mar cuando el buque estaba en superficie por el despiadado oleaje, que cayó “al tanque de baterías número 3”, que esto produjo un cortocircuito y un principio de incendio; que esto “generó gases, como hidrógeno en una concentración superior al 2%, oxígeno y cloro gaseoso por electrólisis del agua de mar, incrementando el riesgo de explosión”, por ejemplo, si se intentó “reconectar el circuito de baterías”.

¿Pero esto fue así?

Es probable, pero no está probado.

El submarino tiene dos sistemas que detectan el exceso de concentración de hidrogeno. Son alarmas sonoras y lumínicas.

¿Podrían haber fallado las dos y por eso la tripulación maniobró en el tanque de baterías, se produjo otro cortocircuito, un chispazo, y por eso implosionó?

Ante la falta de peritajes, esto no se puede saber.

Por otro lado, en el último reporte realizado por Fernández antes de zarpar de Mar del Plata y de Ushuaia, no consta ninguna anomalía.

El ex jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, le explica al ministro de Defensa, Oscar Aguad, y al entonces presidente, Mauricio Macri, el área dónde podría haber desaparecido el submarino. La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia le pidió a la jueza Marta Yañez, que investigue a los tres. Por ahora ninguno de ellos está imputado. Srur enfrenta a un Consejo de Guerra.
El ex jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, le explica al ministro de Defensa, Oscar Aguad, y al entonces presidente, Mauricio Macri, el área dónde podría haber desaparecido el submarino. La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia le pidió a la jueza Marta Yañez, que investigue a los tres. Por ahora ninguno de ellos está imputado. Srur enfrenta a un Consejo de Guerra.

Todos los peritos coinciden en que el agua de mar debió ingresar por la válvula e19, una especie de flap. Si no la dejaron abierta para tener una mayor circulación de aire, como Fernández informo que lo hizo en la navegación, tarea que realizó estando en inmersión, no en superficie; ni nadie por error la dejó mal cerrada ¿Podría haber estado rota? ¿Podría haber tenido problemas de estanqueidad?

Los informes aclaran que una vería semejante no consta en ningún reporte de Fernández. Es más, la válvula había sido reemplazada en la reparación de media vida y en la documentación figura como “nueva”, tal como se observa en la documentación publicada por Infobae.

La e19 recién debería ser cambiada en 2021.

Uno de los dictámenes técnicos está firmado por el Capitán de Navío Arturo Guillermo Marfort, y el motivo asignado fue el de “investigar y, en su caso, determinar las responsabilidades emergentes vinculadas a la pérdida de contacto con el submarino ARA San Juan”.

Son 56 fojas cargadas de información y detalles sobre el hundimiento de la nave de guerra. Allí consta por ejemplo, que e capitán de navío Villamide, habló personalmente por última vez con el comandante del submarino, capitán de fragata Pedro Fernández, a las 00.50 del 15 de noviembre de 2017.

De manera sintética, como son las comunicaciones entre los submarinos y el comando en tierra, le explicó a su superior que:

-”Se encontraba navegando en superficie”.

-”Que ello se debía a que había tenido un cortocircuito en la batería de proa , con principio de incendio, presumiblemente por ingreso de agua de mar”.

De inmediato Villamide le ordena “Cancelar la patrulla y poner rumbo a Mar del Plata”.

Fernández le comunicó que “en cuanto fueran a inmersión iban a ingresar al tanque de baterías para evaluar el cortocircuito, desconectar y puentear lo que fuera necesario para reconectar el circuito de proa”, para darle mayor velocidad y prestaciones al buque con ambos circuitos.

¿Fue por esa maniobra, no aconsejada por otras fuerzas de submarinos, como la de los Estados Unidos, que implosionó el ARA San Juan?

Por ahora, al menos en la causa, no existe respuesta.

¿Debería Villamide, un oficial de alta calificación y experiencia haberle prohibido realizar esa maniobra al capitán del navío?

El entonces comandante de la Fuerza de Submarinos, lo explicó así: “Tratándose en definitiva de una cuestión de criterio, y siendo él el que estaba en el mar y al comando de la nave, era de su competencia tomar la mejor decisión, de acuerdo a las circunstancias del momento”.

La última comunicación registrada con el ARA San Juan fue a las 10.51 de ese día.

En el trabajo, el perito expresa claramente que “No existe forma de acreditar que el Comandante del ARA San Juan o alguno de sus subordinados, con o sin consentimiento del Comandante, haya modificado el rol de ventilación en inmersión, procediendo a abrir el flap e19 y colocar el flap e25 en posición distinta a la de inmersión como corresponde por el rol”.

Dicho esto, en el punto 2.2.7 del informe, se aventura que Fernández podría no haber informado a sus superiores en las comunicaciones que mantuvo, sobre las razones del ingreso de agua, para ocultar “la operación indebida del flap e19”.

NO USAR
NO USAR

Si esto fuese así, sostiene el perito “sería casi inevitable concluir que el ingreso de agua de mar al sistema de ventilación es consecuencia directa y exclusiva de la negligencia e imprudencia del Comandante del ARA San Juan y que este omitió, deliberadamente incluir en el informe de actividades del 14 de agosto de 2017 la causa real del ingreso de agua al ventilador de baterías de proa registrado el 6 de julio”, tal como el mismo Fernández advirtió y dejó por escrito entre las “novedades” y que ya publicó Infobae.

A párrafo seguido, el mismo perito aclara: “Es preciso resaltar que esta deducción se sustenta en una serie de supuestos incomprobables en los hechos y describe una conducta del personal que no cuadra con la información que obra en los legajos personales de los causantes”.

El documento aportado a la causa que indica que la válvula e19, por dónde habría ingresado el agua de mar que produjo el cortocircuito en el tanque de baterías número 3, era "nueva".
El documento aportado a la causa que indica que la válvula e19, por dónde habría ingresado el agua de mar que produjo el cortocircuito en el tanque de baterías número 3, era "nueva".

Habla el abogado de Villamide

La defensa de Villamide, responsable directo de la Fuerza de Submarinos, es Juan Pablo Vigliero, un abogado de renombre y amplia experiencia en materia penal, por ejemplo, encabezó el grupo de abogados que demostró, que Carlos Carrascosa es inocente de haber asesinado de cinco balazos en la cabeza a su mujer, María Marta García Belsunse, tal como había sido condenado.

En diálogo exclusivo con Infobae, y a horas que se retomen las audiencias del Consejo de Guerra esbozó la estrategia que propondrá para defender al alto oficial de la Armada. Lo hace con palabras sencillas, claras y relevadas de tecnicismo, algo que abunda en el expediente.

“Cuestionar que el ARA San Juan no estaba en condiciones de navegar es cuestionar a toda la Armada. Un submarino no es un auto que sale a la ruta después del service, cuando quiere. La decisión de salir al mar se gesta en toda una cadena de mando y logística, donde la propia tripulación supervisa, prueba y acondiciona el buque, contando con el apoyo de varias dependencias en tierra; hay pruebas obligatorias 48 horas. Antes de zarpar, hay calificaciones periódicas de su material, se cumplen reglamentaciones generales y regulaciones específicas, y todo es realizado por personal altamente calificado, que tuvo que atravesar años de formación y competencia con otros pares para llegar a sus puestos, en un sistema de meritocracia que no es común en Argentina”, sostiene y agrega:Se habla de los héroes del ARA San Juan; no olvidemos a los demás héroes anónimos, esos hombres y mujeres que, en medio de restricciones presupuestarias, con profunda vocación más allá de sus magros salarios, y del recelo de la sociedad sobre el rol de las Fuerzas Armadas que sucesivos gobiernos han alimentado, son quienes mantienen a la Armada funcionando día a día”.

Capitán de Navío Claudio Javier VILLAMIDE en su presentacion ante la Bicameral
Capitán de Navío Claudio Javier VILLAMIDE en su presentacion ante la Bicameral

-En las audiencias de apelación, en la Comisión Bicameral, en el juzgado de Marta Yañez, a las defensas se las llegó a calificar de “miserables” por hablar de un posible “error humano” en el hundimiento del submarino.

-Se nos ha criticado por introducir el factor del error humano como causa del naufragio. Típico de quienes huyen de un debate racional: ¿puede reprocharse error humano a quienes estaban en tierra, pero no a quienes estaban a bordo? Hay una válvula que puede haber fallado, pero también puede haber estado mal cerrada. Hay que discutirlo. El caso no necesita culpables a cualquier precio, sino la verdad para honrar a sus muertos.

-La jueza federal de caleta Olivia, procesó a su defendido, entre otros, y parece no haber tenido en cuenta los dictámenes técnicos que abren otras hipótesis por la tragedia ¿Cree que ahora, ante un Tribunal Militar, que los puede llegar a destituir, será distinto?

-Al Consejo de Guerra le espera una tarea difícil. Para destituir a un Oficial Superior como Villamide, altamente especializado, con una foja intachable, que ha sido Comandante de submarinos y de la Fuerza de Submarinos, y que seguramente sea quien más entienda del tema en la Sala de audiencias, van a necesitar algo más que suposiciones. Van a necesitar certezas y éstas no están: al día de hoy nadie sabe con seguridad qué provocó al hundimiento del ARA San Juan.

Según pudo saber Infobae, los imputados no están conformes con la conformación del tribunal militar ya que ninguno de ellos es marino, y mucho menos submarinista.

Lo integran: su presidente -en este caso un civil- el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Sergio Rossi -primo del ministro de Defensa, Agustín Rossi-, dos vocales, el general de brigada Juan Martín Paleo (jefe del Estado Mayor Conjunto) y el brigadier Pedro Girardi; un secretario, el comodoro Ángel Rojo y un auditor, el general de Justicia, Juan Stanchina.

El otro informe que los oficiales procesados entienden que los puede favorecer, pero que Yañez no tuvo en cuenta es el realizado por la Comisión Asesora del Ministerio de Defensa, cuando el titular de la cartera era Oscar Aguad, y estaba integrada por los peritos marinos contraalmirante Alejandro Kenny; el contraalmirante Gustavo Adolfo Trama y el Capitán de navío Jorge Rolando Bergallo, este último padre del capitán de corbeta Juan Ignacio Bergallo, segundo comandante del ARA San Juan y uno de los 44 tripulantes fallecidos.

De manera descarnada, el trabajo revela que “es altamente probable que la explosión de hidrógeno haya ocurrido dentro del compartimento de baterías de proa, tanto con el tanque de baterías número 3 cerrado, como al intentar abrirlo, lo cual, dada la ubicación, del alojamiento del personal, comedor y del compartimento de comando por sobre el tanque, de baterías afectado, determinaría que la mayoría de la dotación, haya sido alcanzada de manera directa por los efectos de la explosión”.

”Sección B, cono de popa, timón vertical, planos de popa, hélice y eje. Una sola hélice tiene el submarino, siete palas, aparentemente habría dos enterradas en el fondo, y las cinco restantes visibles”
”Sección B, cono de popa, timón vertical, planos de popa, hélice y eje. Una sola hélice tiene el submarino, siete palas, aparentemente habría dos enterradas en el fondo, y las cinco restantes visibles”

En el punto siguiente, el dramatismo de los últimos segundos de vida de los tripulantes es descrita así: “La explosión interna debió haber producido al menos, la inhibición de los seguramente agotados hombres apostados de guardia, que no pudieron evitar que el San Juan descendiera, poniéndose cada vez más pesado, por los efectos de la compresión del casco, y de las condiciones de temperatura del agua del mar existente y por la falta total del control del buque que se evidenció en la ausencia de restos del submarino, que denotaran cualquier acción de emergencia, por parte de los tripulantes. Máxime si se tiene en cuenta que si alguien hubiera estado en condiciones de hacerlo habría tenido entre 9,4 minutos y 23,3 minutos para soplar tanques, de lastre, accionar bombas de achique (para que suba), o realizar maniobras tales como la eyección de las balsas de salvavidas o lanzamiento de la radiobaliza trasmisora”.

Por último, el padre de una de las víctimas de la tragedia, suscribió: “Considerando que un submarino navegando en inmersión debe estar preparado en todo momento para salir a superficie, el escenario explicado descarta la posibilidad de que algún miembro de la dotación, hubiese estado en capacidad de sacar al submarino ARA San Juan a superficie en emergencia”.

De las constancias en la causa quedó acreditado que el comandante Fernández nunca declaró al navío en emergencia, al menos las veces en las que hablo con sus superiores en tierra.

infobae

Los informes técnicos revelan el tiempo exacto en que hasta ahora no se sabe que ocurrió dentro del submarino.

Desde el mensaje que comunicó el principio de incendio hasta el evento hidroacústico que demostraría la implosión de la nave, pasaron doce horas.

Desde ese momento todas las comunicaciones del submarino indicaron un progresivo control y mejoramiento de la situación navegando con rumbo a Mar del Plata en inmersión. En ningún momento el Capitán solicita ayuda ni declara emergencia como está previsto en la Reglamentación en caso de que ésta fuere previsible o que se produzca, respectivamente.

Desde la última comunicación que reporta el control de la situación y la falta de daños al personal hasta el evento hidroacústico pasaron aproximadamente 3 horas y 20 minutos.

Nadie, a ciencia cierta, sabe que ocurrió en ese lapso. Tampoco como ocurrieron esos eventos y la adopción de decisiones dentro del submarino que navegaba, en inmersión, hacia la Base Naval de Mar del Plata. Tampoco se puede asegurar si alguna de esas acciones constituyó la causa del naufragio.

Quizás si se realizara una pericia sobre los restos del submarino, y de las fotos y vídeos tomadas por la empresa que encontró al ARA San Juan a 900 metros de profundidad, la verdad podría estar más cerca, pero hasta ahora la Justicia no lo autorizo, la pregunta es ¿por qué?

Seguí leyendo: