Aude Maio-Coliche: “Un día vamos a tener una vacuna para el COVID-19, pero no tendremos una para el cambio climático”

En una entrevista con Infobae, la embajadora de la Unión Europea en nuestro país contó todas las medidas que se están llevando a cabo en esa región frente a la pandemia y recalcó la importancia de ponerle un freno al calentamiento global. “El gran aporte que la UE quiere realizar al gran desafío del cambio climático es, fundamentalmente, lograr ser el primer continente climáticamente neutro del mundo para 2050”, aseguró

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Aude Maio-Coliche embajadora de la Unión Europea en nuestro país, en una entrevista con Infobae
Aude Maio-Coliche embajadora de la Unión Europea en nuestro país, en una entrevista con Infobae

En un momento en que los países europeos parecen haber encontrado un respiro tras la dura batalla que dieron frente a la pandemia de COVID-19, Infobae entrevistó a la embajadora de la Unión Europea en nuestro país, Aude Maio-Coliche, quien hizo un repaso por todas las medidas que se tomaron para enfrentar al coronavirus y contó cuáles son las iniciativas que se están llevando a cabo a través del “Green Deal”, para detener las graves consecuencias del cambio climático.

-¿Qué hizo la Unión Europea cuando se disparó la crisis de los contagios por el COVID-19 en Europa en febrero pasado?

La reacción europea empezó antes, cuando se disparó el COVID-19 en China, ya que en enero la Unión Europea envió 56 mil toneladas de ayuda humanitaria a ese país. Sin embargo, cuando el número de casos se disparó a finales de febrero, todos nos quedamos sorprendidos. Hubo un momento de estupefacción en Europa.

En la Unión Europea como tal, no hay una competencia comunitaria en materia de salud: hay esquemas de intercambio de información, de establecimiento de algunos estándares, etc. pero no hay una política de salud común a nivel europeo. Entonces, la primera etapa estuvo en manos de los Estados miembros, pero lo que se hizo rápidamente a nivel de la Unión Europea fue intentar centralizar la demanda y la oferta respecto a los materiales sanitarios, necesidades de médicos, etc.

Se pudieron centralizar, poco a poco, las peticiones y lo que se les podía ofrecer los países que lo necesitaban. De esta manera, a partir de finales de marzo, se pudieron mandar pacientes franceses e italianos a Alemania para su curación, médicos de Rumania que fueron a Italia para colaborar, material de salud e insumos de protección que fueron mandados de Austria y Francia a Italia, etc. El programa europeo “Rescue” ayuda a hacer esa centralización y apoya financieramente esos intercambios.

En un primer momento, la Unión Europea fue consciente de que la crisis del COVID-19 es una crisis global y que se necesitaba ayudar a las organizaciones globales que podían ayudar a luchar contra este virus. Principalmente, a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a quien rápidamente se le dedicó unos 157 mil millones de euros para que pudiera trabajar.

Por otro lado, se coordinaron las repatriaciones de unos 600 mil europeos que se encontraban varados en el mundo. Ocuparse de eso es competencia de los Estados miembros y se han coordinado entre sí, para que todos puedan regresar a sus lugares de origen, incluso en los casos de aquellas personas cuyos países que no tienen un aerolínea que los lleve devuelta.

En materia económica, se puso en marcha un programa que apoya a los países europeos que tienen planes para el desempleo parcial y así poder financiar los salarios de la gente que no puede ir a trabajar por la cuarentena.

Es decir, que tuvimos mucha labor interna, y también nos ocupamos de la reorganización de la cooperación internacional para que respondan a las necesidades que surgen del COVID-19.

-¿Qué está haciendo ahora la Unión Europea en el contexto del desconfinamiento?

En el desconfinamiento, cada país evalúa sus propias medidas y las toma con sus decisiones soberanas. La Unión Europea propuso un camino con criterios comunes, para ayudar a que los países tomen sus decisiones sobre la base de criterios compartidos. Por ejemplo, el criterio epidemiológico, la capacidad del sistema de salud, la capacidad de monitoreo de la evolución del contagio, etc.

Asimismo, se propusieron medidas de acompañamiento, para estar seguros de que podemos conectar datos lo suficientemente robustos para seguir la pandemia, o para establecer un marco para seguir a todos los contactos de las personas contagiadas. Por ejemplo, a través de aplicaciones móviles pero respetando la privacidad, ya que para utilizarlas hay que establecer un marco legal.

Otro tema fue extender la capacidad de testeo y armonizar sus metodologías. Para el levantamiento de las medidas, la Unión Europea propuso hacerlo por fases y, según el lugar, es lo que ya se está haciendo.

Finalmente, respecto a las fronteras, durante el pico de la pandemia se restablecieron los controles, mientras que ahora se propone levantarlos progresivamente y de manera coordinada. La Comisión Europea propone que se reabren las fronteras internas de la Unión Europea el 15 de junio.

-¿Cuáles cree que serán las bases centrales sobre las que podrán apoyarse los países miembros de la Unión Europea, para recuperarse de la crisis producida por el coronavirus?

Primeramente, y antes de acciones específicas, la Unión Europea puede contar con fundamentos económicos bastante sólidos, gracias a la disciplina fiscal y monetaria que se hace desde hace años. La estabilidad del euro también es muy importante, tenemos un Banco Central independiente y en todos los países integrantes hay un tejido de seguridad social bastante desarrollado.

Además, a nivel de la Unión Europea, tenemos fondos de redistribución entre las regiones más ricas y más pobres. Esos fondos se pueden utilizar en este contexto para los sectores que más lo necesitan. Diría que son las bases que tenemos y que son útiles en momentos de crisis.

El cambio climático es una de las principales preocupaciones de la Unión Europea - Foto: REUTERS
El cambio climático es una de las principales preocupaciones de la Unión Europea - Foto: REUTERS

-¿Podría explicar la reciente propuesta de la Comisión Europea para ayudar a los países más afectados por la crisis?

Como el pico de la pandemia parece haber quedado atrás, estamos levantando el confinamiento y hay un foco puesto en el relanzamiento de la economía. En esto, la Comisión Europea elaboró un gran plan apoyándose en ideas de varios Estados Miembros y, más recientemente, la propuesta de Alemania y Francia, que originalmente propusieron un fondo de 500 millones de euros. En tal sentido, la Comisión Europea, fue un poco más allá y propuso un fondo de 750 millones de euros.

Este fondo se llama Next Generation EU y es una nueva modalidad de financiamiento muy significativa ya que, cuando esté aprobado por los países miembros, hará que la Unión Europea pueda endeudarse, lo que nunca se ha hecho hasta ahora.

Con ese fondo, se ayudaría a los países que más lo necesitan, no solamente para reforzar sus sistemas sanitarios, sino también para su re-arranque económico. Los países deben decidir cuáles son los que necesitan apoyo, también con inversiones directas en las empresas si es necesario, pero siempre -y esto es muy importante resaltar- con un enfoque a las prioridades de desarrollo de la Unión Europea, que son la Revolución Verde y la digitalización.

-¿Qué medidas evalúa tomar la Unión Europea para volver a los ritmos de crecimiento económico y productivo anteriores al coronavirus?

La meta es el crecimiento verde y estamos completamente convencidos que el crecimiento será a través de eso. La economía tiene que hacer su revolución verde, y a través de eso, queremos volver a crecer.

Esto es lo que llamamos Green Deal, el famoso pacto verde europeo, que contiene todo lo relacionado con la economía circular, las energías renovables más clásicas como la solar y eólica, pero también, todo lo que es el desarrollo de la economía del hidrógeno. También, queremos desarrollar la logística de transporte limpia y la transición verde de las compañías, que serán apoyadas en todo esto.

El gran aporte que la UE quiere realizar al gran desafío del cambio climático es, fundamentalmente, lograr para el 2050 ser el primer continente climáticamente neutro del mundo. Esto es el faro del Pacto Verde Europeo, que pretende lograr ese horizonte ambiental y climático en la UE, empezando por cumplir en 2030 con 32% de energías renovables, 32,5% en eficiencia energética y reducir un 50% de las emisiones para 2030.

Respecto al tema digital, se brindará apoyo para crear un mercado común digital, con reglas comunes en diferentes aspectos. Hemos desarrollado una reglamentación muy fuerte en protección de datos en Europa, pero hay mucho más que hacer en el tema digital. Por ejemplo, invertir en la conectividad y en el desarrollo del 5G, o desarrollar una presencia industrial y tecnológica más fuerte en inteligencia artificial y en ciberseguridad. Lo llamamos la “resiliencia cibernética”.

La Unión Europea quiere reforzar su autonomía estratégica, en cuanto a las inversiones extranjeras en el territorio europeo, y analizar cómo dependemos de otras partes del mundo en sectores estratégicos. Es fundamental observar el comercio abierto y, a la vez, poder tener una cierta autonomía estratégica en asuntos muy importantes, como los insumos de salud pública.

-¿Seguirá siendo importante el tema de la lucha contra el cambio climático para la UE, a través del Green Deal / Acuerdo Verde Europeo? ¿O pesará más la necesidad de recuperar la economía?

Creemos que la vía para recuperarnos es hacer la Revolución Verde. Pensar en seguir con el petróleo solo porque está barato es una solución fácil pero muy cortoplacista. Un día vamos a tener una vacuna para el COVID-19, pero no tendremos una para el cambio climático. Los desastres que van a llegar a raíz del cambio climático serán mucho peores.

El Green Deal busca poner nuestros recursos -tanto de investigación como de inversión, apoyo a la industria, descentralización de políticas públicas, etc- para esta Revolución Verde. Es decir, el objetivo es ser neutrales en carbono en 2050. Significa no emitir más cantidad de carbono de la que podamos absorber.

Después, está la economía circular, que permite reducir la cantidad de desechos. Alrededor de todo esto está la Revolución Verde, la manera diferente de hacer las cosas. Se trata de un crecimiento que sea sostenible en el tiempo.

-La Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución iniciada por la Unión Europea y sus Estados miembros sobre la importancia de una respuesta colectiva a la pandemia de coronavirus. ¿En qué tipo de respuesta colectiva está pensando la UE?

La pandemia es global, entonces, solo hay una respuesta global. Hay regiones que están en momentos diferentes de la pandemia, el virus continúa circulando, muta, llega una segunda o una tercera ola y así no terminamos nunca: por eso se necesita una respuesta global.

En tal sentido, la Unión Europea coordinó una conferencia de donantes para que quienes lo deseen -países, organizaciones de salud, ONGs y hasta personalidades famosas- puedan poner dinero a disposición para que logremos diagnóstico, tratamiento y vacuna accesible para todos. Queremos desarrollar estas herramientas, para que un día estén disponibles y a precio accesible para todos. Del 4 al 30 de mayo, se recaudaron 9,6 millones de euros. La Argentina participa en este esfuerzo con sus centros de investigación y científicos, en la búsqueda de una vacuna.

Creo que, además de estos medios de financiamiento que van a estar puestos a disposición del bien público mundial, esta muy exitosa recaudación de fondos y contribuciones de toda naturaleza ha demostrado que hay muchos actores que creen en un mundo multilateral y cooperativo. Queremos resolver juntos los problemas globales.

La embajadora Aude Maio-Coliche contó cuáles son las principales estrategias de la UE para enfrentar al COVID-19 de manera global - Foto: REUTERS/Nacho Doce
La embajadora Aude Maio-Coliche contó cuáles son las principales estrategias de la UE para enfrentar al COVID-19 de manera global - Foto: REUTERS/Nacho Doce

-En la Argentina, ¿la UE está llevando a cabo alguna iniciativa de forma concreta para ayudar a paliar los efectos del COVID-19?

La Unión Europea en la Argentina empezó apoyando o a las comunidades Wichi en el norte de Argentina, ya que se había identificado el problema de acceso al agua limpia antes de la crisis del COVID-19. No tener acceso al agua limpia causa problemas de salud, por supuesto que, en un contexto de pandemia, eso es aún peor. Llegó todo un material de saneamiento de agua, gracias a la ayuda humanitaria de la Unión Europea.

Además, gracias a los programas de intercambios de experiencias que tenemos, promovimos contactos entre la administración Argentina y la de algunos Estados miembros para hacer un intercambio sobre las políticas públicas que se desarrollan para enfrentar esta crisis. Como Europa se enfrentó antes que la Argentina a la pandemia, podemos decirle que es lo que funcionó y lo que no. Todo el mundo está intentando crear soluciones a un problema que es nuevo.

-¿De qué se tratan las dos convocatorias que ha lanzado la UE en Argentina para financiar proyectos de cooperación? ¿Quiénes y cómo pueden aplicar?

Cada dos años, publicamos convocatorias a proyectos de la sociedad civil y ofrecemos el financiamiento para llevarlos a cabo. Tenemos dos instrumentos: el primero es el instrumento europeo de democracia y derechos humanos, para el cual disponemos de un monto total de 1.650.000 mil euros, y las organizaciones de la sociedad civil que presenten sus proyectos pueden recibir entre 200 mil y 750 mil euros.

El segundo es el instrumento de reforzamiento de las organizaciones de la sociedad civil. Para esta convocatoria, se privilegiaran los proyectos de organizaciones que trabajan con grupos más vulnerables, y se orientaran al fortalecimiento de sus capacidades de trabajo en desarrollo sustentable. Aquí tenemos un presupuesto total de 4.500.000 euros, mientras que la financiación que pueden recibir de las organizaciones va desde 450.000 a 750.000 euros.

Las organizaciones que deseen participar tienen que presentar sus propuestas antes del 15 de julio de 2020. Se encuentran todos los detalles en nuestra pagina web: https://eeas.europa.eu/delegations/argentina_es

-¿Nos podría dar información acerca de la Conferencia Internacional de Donantes en solidaridad con los refugiados y migrantes venezolanos, que tuvo lugar el 26 de mayo? Entendemos que su crisis migratoria se ha agravado en la región debido a los efectos de la pandemia del COVID19. ¿Cuál ha sido el rol de la UE en esta iniciativa?

Esta Conferencia Internacional de Donantes fue organizada entre el Gobierno de España y la Unión Europea, contó el apoyo de ACNUR y OIM, y tiene dos propósitos. Uno político, para que no se olvide, a nivel internacional la crisis de quienes tienen que huir de Venezuela, y el otro, cuyo propósito es recaudar fondos para apoyar a las comunidades receptoras de los refugiados y migrantes venezolanos.

Se trata de poder ayudar a los países y a las comunidades que reciben migrantes. Hubo una excelente participación en la Conferencia y se consiguieron 2,5 mil millones de euros, de los cuales 600 millones fueron en formato de donación.

-A nivel personal, ¿cómo imagina la post pandemia? ¿Qué análisis hace?

Estoy un poco preocupada por la tensión entre el concepto de preservar la salud o la economía, porque creo que no hay una contradicción entre ambas cosas. Considero que, fundamentalmente, el centro tiene que estar puesto en el ser humano y en la salud. Pero si no hay economía, tampoco habrá salud. Es muy difícil conseguir este equilibrio. Por eso, es importante ver cómo nos manejamos hasta que encontremos la vacuna.

A través de esta pandemia y en virtud de la manera global a la cuál estamos reaccionando, vemos una gran convergencia entre la Argentina y la Unión Europea en la manera de ver las cosas.

Respecto a la post pandemia, mi gran esperanza es que podamos seguir juntando esfuerzos para que se traten los problemas globales, a nivel global. Entonces, se aplica a pandemias, pero también, a la protección del medio ambiente o al desarrollo del mundo digital.

El mundo está cada vez más interconectado, eso es bueno, pero para que sea en beneficio de nuestros ciudadanos necesitamos también poder regularlo de manera multilateral.

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