Del efectivo al chat: conveniencia para las MYPE en WhatsApp

Las herramientas conversacionales como WhatsApp están marcando un antes y un después

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Esta imagen muestra un smartphone
Esta imagen muestra un smartphone con una pantalla activa mostrando un chat verde, típico de la aplicación WhatsApp. Representa la influencia de internet y las redes sociales en nuestra comunicación diaria. Resalta cómo los teléfonos celulares se han convertido en herramientas esenciales para la mensajería instantánea, facilitando una conexión rápida y efectiva entre personas en cualquier parte del mundo. (Imagen ilustrativa Infobae)

En el Perú, las micro y pequeñas empresas (MYPE) no solo son el motor, sino también el pulso vivo de la economía. Representan más del 99% del total de negocios y generan alrededor del 45% del empleo total, con un 85% del empleo en el sector privado, según el Ministerio de la Producción (Produce, 2024). Sin embargo, siguen enfrentando desafíos para acceder a servicios financieros formales y aprovechar los beneficios de la digitalización.

Después de la pandemia hemos visto cómo el uso del efectivo en las MYPE ha ido perdiendo fuerza versus el uso de billeteras y plataformas digitales. Hoy, la realidad es distinta: la digitalización se ha convertido en un factor decisivo para sostener la productividad, mejorar la gestión y competir en un entorno cada vez más exigente. En este proceso, las herramientas conversacionales como WhatsApp están marcando un antes y un después.

Aproximadamente, el 97% de los emprendedores peruanos utiliza WhatsApp para vender, comprar y gestionar su negocio. Es su canal natural, su vitrina y su oficina móvil. Sin embargo, hasta hace poco, los servicios financieros permanecían fuera de este ecosistema, obligando a los empresarios de la micro y pequeña empresa a perder tiempo en trámites presenciales y procesos complejos.

Hoy, esa brecha comienza a cerrarse. La llegada de soluciones financieras integradas directamente en WhatsApp está cambiando ese panorama. Ahora es posible abrir cuentas, consultar saldos o resolver dudas dentro del mismo chat, sin necesidad de descargar nuevas aplicaciones. Se trata de un modelo de banca conversacional que combina inteligencia artificial con acompañamiento humano, acercando los servicios financieros al ritmo cotidiano del emprendedor.

El impacto de esta transformación es tangible. Al reducir tiempos operativos y eliminar fricciones tecnológicas, los negocios pueden enfocarse en crecer y reinvertir. Cada minuto que el emprendedor ahorra en trámites se traduce en más productividad, ventas y estabilidad económica. Además, esta inclusión digital fortalece el acceso al crédito, clave para la expansión de los pequeños negocios.

No obstante, el reto no es solo tecnológico. La educación financiera y la confianza digital serán determinantes para asegurar una adopción sostenible. La banca debe seguir siendo cercana, transparente y humana, incluso en entornos virtuales.

El salto “del efectivo al chat” representa más que una innovación tecnológica: es el inicio de una nueva era de inclusión financiera, donde la productividad y la cercanía se encuentran en el mismo espacio donde los peruanos ya trabajan, venden y sueñan: la conversación digital.