Alberto Fujimori Fujimori, expresidente del Perú, falleció este miércoles 11 de setiembre a los 86 años debido a complicaciones de salud, tal como confirmó su hija Keiko Fujimori en un comunicado oficial. El exmandatario, que gobernó el país entre 1990 y 2000, fue una figura política clave y profundamente controversial en la historia moderna del Perú. Su legado es tan variado como complejo, con logros económicos y controversias sobre derechos humanos que han dejado una marca imborrable en la nación.
Primeros años y ascenso al poder
Nacido en Lima el 28 de julio de 1938, hijo de inmigrantes japoneses, Alberto Fujimori se formó en ciencias antes de ingresar a la política. Su carrera despegó en 1990, cuando, en una sorpresiva victoria, derrotó a Mario Vargas Llosa en las elecciones presidenciales peruanas. Fujimori asumió el liderazgo en un momento de crisis económica y violencia extrema, con el país asolado por la hiperinflación y el conflicto interno con el grupo terrorista Sendero Luminoso.
Su gestión se caracterizó por políticas de libre mercado y la implementación de reformas que estabilizaron la economía peruana. Gracias a la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), se implementó el “Fujishock”, un paquete de medidas de austeridad que, aunque inicialmente doloroso, permitió al Perú recuperarse de una crisis económica devastadora.
La lucha contra Sendero Luminoso y el autogolpe de 1992
Uno de los aspectos más destacados de su mandato fue la lucha contra la insurgencia de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Bajo el gobierno de Fujimori, las fuerzas de seguridad lograron capturar al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, en 1992, lo que marcó un punto de inflexión en la guerra contra el terrorismo en Perú.
Sin embargo, en el mismo año, Fujimori llevó a cabo un controvertido “autogolpe” en el que disolvió el Congreso y suspendió la Constitución, argumentando la necesidad de medidas urgentes para estabilizar al país. Esto le permitió concentrar el poder en sus manos, desatando críticas tanto nacionales como internacionales. Aunque muchos peruanos apoyaron su decisión debido al clima de inseguridad, las acusaciones de autoritarismo comenzaron a empañar su gobierno.
Corrupción y violaciones a los derechos humanos
Durante su segundo mandato, se incrementaron las denuncias de corrupción y violaciones a los derechos humanos. El uso de grupos paramilitares para combatir a Sendero Luminoso, como el tristemente célebre Grupo Colina, fue objeto de denuncias por ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.
En el ámbito de la salud pública, uno de los mayores escándalos de su gobierno fue el programa de esterilización forzada de miles de mujeres indígenas, bajo el pretexto de reducir la pobreza. Estas violaciones de los derechos humanos impactaron profundamente la imagen de su gobierno y aún siguen siendo un tema de debate y de justicia pendiente en Perú.
Fujimori en el exilio y su regreso
En 2000, después de ganar un tercer mandato en medio de denuncias de fraude, Fujimori huyó a Japón tras un escándalo de corrupción que involucró a su asesor principal, Vladimiro Montesinos. Desde el exilio, envió su renuncia a la presidencia vía fax, pero el Congreso peruano rechazó su dimisión y lo destituyó por “incapacidad moral”.
En 2005, Fujimori viajó sorpresivamente a Chile, donde fue arrestado y extraditado a Perú en 2007 para enfrentar cargos por violaciones a los derechos humanos y corrupción. En 2009, fue condenado a 25 años de prisión por su responsabilidad en las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, perpetradas por el Grupo Colina, así como por secuestros y actos de corrupción. Aunque su salud se deterioró con los años, Fujimori siguió siendo una figura divisoria en la política peruana, con un sector del país que lo consideraba un héroe por sus logros y otros que lo veían como un dictador.
Últimos años y fallecimiento
A pesar de estar condenado, Alberto Fujimori recibió un indulto humanitario en 2017 debido a su delicado estado de salud, lo que provocó protestas y divisiones políticas en el país. Sin embargo, dicho indulto fue anulado en 2018 y el expresidente fue regresado a prisión. Durante los últimos años, Fujimori continuó sufriendo diversas complicaciones de salud, por lo que frecuentemente era trasladado a clínicas privadas para recibir tratamiento.
Su última aparición pública fue el 4 de septiembre de 2024, cuando fue visto saliendo de la Clínica Delgado en Miraflores junto a su hijo, Kenji Fujimori, tras someterse a exámenes de rutina. Menos de una semana después, Keiko Fujimori anunció su fallecimiento, poniendo fin a un capítulo turbulento de la política peruana.
El legado de Alberto Fujimori
El legado de Alberto Fujimori sigue siendo uno de los más controvertidos en la historia reciente del Perú. Por un lado, es reconocido por haber estabilizado la economía del país y poner fin a la amenaza del terrorismo que había devastado al Perú durante los años 80. Por otro lado, su gobierno está marcado por serias violaciones a los derechos humanos y actos de corrupción que llevaron a su condena.
A lo largo de su vida, Fujimori se mantuvo como una figura polarizadora, con seguidores que lo defendían por sus logros y detractores que nunca olvidaron los abusos de poder cometidos bajo su mandato. Su fallecimiento cierra un capítulo importante en la historia política peruana, pero su influencia seguirá siendo debatida por generaciones.