Luis Miguel: así fue la primera visita al Perú del ‘Sol de México’ cuando era un jovencito

Durante su estadía en nuestro país, el futuro astro de la canción tuvo un par de encuentros con dos jóvenes peruanos que quedaron marcados en la historia.

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En 1982, el joven Luis Miguel llegó a Lima para promocionar su primer disco, marcando el inicio de su ascendente trayectoria musical y creando lazos con el público peruano. (Andina)
En 1982, el joven Luis Miguel llegó a Lima para promocionar su primer disco, marcando el inicio de su ascendente trayectoria musical y creando lazos con el público peruano. (Andina)

Para nadie en esta parte del mundo es un secreto que el mexicano Luis Miguel es uno de los artistas más grandes del habla hispana de todos los tiempos.

Pero como es lógico, todo tuvo un inicio y hubo que recorrer un camino largo. Parte de ese largo andar del divo azteca estuvo escrito en el Perú, país al que llegó con tan solo 12 años de edad.

Y es que el talentoso cantante arribó a Lima para realizar una serie de actividades promocionales en torno a su primer disco, convirtiéndose en una sensación para los amantes de la música en nuestro idioma

Todo un suceso

Durante su visita a Perú, Luis Miguel no solo promocionó su música, sino que también mostró su lado humanitario al compartir un momento especial con un niño necesitado. (Andina)
Durante su visita a Perú, Luis Miguel no solo promocionó su música, sino que también mostró su lado humanitario al compartir un momento especial con un niño necesitado. (Andina)

Todo ocurrió el 26 de agosto de 1982, cuando todavía un muy joven Luis Miguel, de tan solo 12 años de edad, arribaba a Lima con el propósito de promocionar su primer disco ‘Un sol’, que incluía el single promocional ‘1+1 =2 enamorados’. Este acontecimiento que sin duda marcaría tanto su carrera como la memoria colectiva de aquellos que presenciaron su estancia.

Después de su llegada, anunciada con gran entusiasmo por la prensa peruana Luis Miguel emprendió una serie de actividades promocionales que lo llevarían a conectar profundamente con la cultura y el pueblo peruano.

Pero hubo un acto en particular, en el que Luis Miguel compartió un momento con un niño en situación de calle, refleja la sensibilidad y humanidad del joven artista. No contento con simplemente invitar al menor a comer, el artista mexicano le regaló uno de sus discos, dejando patente su disposición a ayudar y su conciencia social.

El pequeño Rafaelito

La visita de Luis Miguel a Perú destaca el poder del arte y la música para conectar personas y promover el cambio social más allá de las fronteras. (Andina)
La visita de Luis Miguel a Perú destaca el poder del arte y la música para conectar personas y promover el cambio social más allá de las fronteras. (Andina)

Pero eso no fue todo, pues la visita de Luis Miguel también fue testigo de su encuentro con Rafaelito Vargas, un joven cantante peruano conocido como ‘Rafaelito del Perú’, con quien Luis Miguel grabaría más adelante una película en la Ciudad de México.

Este encuentro subrayó la importancia de la música como puente cultural y medio de unión entre talentos de diferentes partes de América Latina. La reunión se convirtió en un símbolo de fraternidad artística, donde ambos músicos compartieron experiencias y sueños.

Es relevante destacar que, en aquel entonces, Luis Miguel ya era considerado una estrella emergente en México, frecuentemente apareciendo en el show “Siempre en domingo” del icónico Raúl Velasco, y habiendo compartido escenario con figuras de la talla de Sammy Davis Jr. y Olivia Newton John. Su disco, que contenía cinco temas, había sido el comienzo de lo que prometía ser una carrera brillante, que se confirmaría con los años.

¿Qué hizo en Lima?

Luis Miguel siendo entrevistado por el icono del rock en el Perú, Gerardo Manuel. (GEC)
Luis Miguel siendo entrevistado por el icono del rock en el Perú, Gerardo Manuel. (GEC)

Tras pisar suelo peruano por primera vez Luis Miguel acompañado de su padre, brindó una conferencia de prensa en un reconocido restaurante de la capital.

Fue allí donde, al presenciar la necesidad de un joven mendigo, realizó una reflexión profunda sobre la guerra, el egoísmo y la ambición del ser humano al no pensar en los más necesitados, especialmente los niños. Además resaltó las consecuencias sociales que estos males acarrean. Este gesto, además de su notable talento, le granjeó el cariño y la admiración del público peruano.

Al día siguiente, el encuentro con Rafaelito Vargas simbolizó la unión y camaradería entre los artistas juveniles de la región. El diálogo entre ambos, que se dio mientras grababan un programa musical conducido por Gerardo Manuel para el canal 7 (actual TV Perú), no solo giró en torno a la música, sino también a intereses personales como los animales, la escuela y los gustos musicales, demostrando que, a pesar de su juventud, eran artistas completos con una amplia gama de intereses.

Es así como la visita de Luis Miguel a Perú se convirtió en mucho más que una simple gira promocional. Se trató de un intercambio cultural y de un acto de generosidad que resonó con muchos. La partida de Luis Miguel y su padre hacia Santiago de Chile marcó el fin de su primera visita a Perú, pero el impacto y los recuerdos de su estadía perduraron.

La visita de Luis Miguel a Perú también sirvió de escenario para su encuentro con Rafaelito Vargas, destacando la música como un puente cultural entre América Latina. (GEC)
La visita de Luis Miguel a Perú también sirvió de escenario para su encuentro con Rafaelito Vargas, destacando la música como un puente cultural entre América Latina. (GEC)

A 42 años de este evento, y a pocos días de que ofrezca los dos conciertos que tiene programado en el Estadio Nacional, es posible apreciar en su real dimensión la trascendencia de estas acciones en el contexto latinoamericano.

La visita de Luis Miguel a Perú no solo significó un importante paso en su carrera musical, sino que además ejemplificó el poder de la música y el arte como medios para tender puentes entre personas, más allá de fronteras geográficas o culturales.

Además, el gesto espontáneo de bondad hacia un niño necesitado quedó grabado en la memoria colectiva como un acto de pura humanidad, reforzando la idea de que detrás de las figuras públicas hay individuos capaces de impactar positivamente en la sociedad.

La música, de este modo, se posiciona no solo como una forma de entretenimiento, sino también como una herramienta poderosa para el cambio social y la conexión humana.

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