Excompañero de Renato Tapia en Twente es acusado de traficar más de 1,300 kilos de cocaína en Países Bajos

El futbolista neerlandés, Quincy Promes, también fue denunciado por acuchillar a un familiar. El mediocampista de la selección peruana compartió vestuario entre 2013 y 2014 en la institución.

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Quincy Promes enfrentando a Renato Tapia en un Ajax vs Feyenoord. (Getty)
Quincy Promes enfrentando a Renato Tapia en un Ajax vs Feyenoord. (Getty)

Renato Tapia, hoy futbolista del Celta de Vigo, lleva diez años militando de forma ininterrumpida en el fútbol europeo y su travesía en el ‘viejo continente’ inició en el FC Twente de Países Bajos, al cual llegó a mediados de 2013 para jugar en la filial del equipo que fue una vez campeón en la Eredivisie.

Pese a que rápidamente se afianzó en el Jong Twente, jugando en la segunda división neerlandesa, su debut en el primer equipo recién llegó el 9 de agosto del 2014 enfrentando a SC Cambuur. Sin embargo, previo a su estreno, fue convocado habitualmente para los partidos oficiales de la institución en la máxima categoría.

Estuvo en el banquillo de suplentes en siete compromisos de la temporada 2013/2014 y allí coincidió con futbolistas de renombre internacional como el venezolano Roberto Rosales y el serbio Dusan Tadic, además de una provisoria figura del balompié de dicho país, Quincy Promes.

El atacante neerlandés fue una de las figuras descollantes del Twente en aquella campaña al marcar 11 goles y repartir ocho asistencias en 31 partidos, una producción ofensiva solamente superada su compatriota Luc Castaignos y Dusan Tadic. Los ‘rojos’ quedaron terceros en el certamen doméstico y obtuvieron un cupo para la siguiente edición de la Europa League.

Ello hizo que el Spartak de Moscú, uno de los clubes más representativos de Rusia, posaran su atención sobre él y lo ficharan por 11 millones 500 mil euros, dejando el vestuario que compartía con un joven Renato Tapia.

Quincy Promes defendiendo la camiseta de su club cantera Twente. (Getty)
Quincy Promes defendiendo la camiseta de su club cantera Twente. (Getty)

Excompañero de Renato Tapia, acusado de narcotráfico

En su nueva escuadra continuó siendo figura y ello lo llevó a ser convocado habitualmente a la selección absoluta de Países Bajos e incluso participó en la Eurocopa 2020. También paseó su fútbol por Sevilla FC de España y Ajax de Ámsterdam, sin el éxito esperado. Hoy vive una segunda etapa en el Spartak, pero su buen nivel dentro del campo se ve empañado por las graves acusaciones delictivas en su contra.

La más reciente fue dada a conocer el martes 30 de mayo. La fiscalía de Países Bajos lo acusó de importar más de una tonelada de cocaína en 2020 junto a un socio. Esto habría tenido lugar en el puerto de Amberes, en Bélgica, a finales de enero del citado año. Habrían sido un total de 1300 kilos de droga que fueron interceptados por las autoridades portuarias. Estos fueron confiscados en dos cargamentos de unos 713 y 650 kilos, respectivamente.

Por este presunto delito se le imputaron los cargos de implicación de tráfico de droga y participación en una organización criminal. Para el lunes 5 de junio se programó una audiencia preliminar, pero el deportista no estará presente aduciendo obligaciones contractuales con Spartak Moscú.

Quincy Promes jugó la Eurocopa 2020 con la selección neerlandesa. (Eric Verhoeven/Soccrates/Getty Images)
Quincy Promes jugó la Eurocopa 2020 con la selección neerlandesa. (Eric Verhoeven/Soccrates/Getty Images)

Promes también acuchilló a su primo

Esta no es la primera vez que Quincy Promes es requerido por la justicia neerlandesa. En julio de 2020 fue acusado de apuñalar a su primo durante una fiesta familiar. El jugador siempre negó el delito, pero en una llamada telefónica intervenida por la policía confesó el ataque. La víctima sufrió lesiones graves en la rodilla e incluso vio comprometido sus tendones.

En marzo del presente año la fiscalía pidió dos años de prisión en su contra. En primera instancia fue denunciado por intento de homicidio, pero ello fue descartado debido a que varios testimonios coincidieron que el objetivo no era asesinar al afectado.