Los secretos de la Virgen de Fátima: cuáles son y qué significan

Hace más de un siglo, tres niños pastores aseguraron haber presenciado un evento milagroso que transformaría el destino de su modesta localidad portuguesa, convirtiéndola en un escenario de peregrinación para católicos de todo el mundo.

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Durante las apariciones, la Virgen de Fátima reveló a los niños tres secretos. Estos incluían visiones del infierno, predicciones sobre guerras y la petición de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María. Foto: Andina
Durante las apariciones, la Virgen de Fátima reveló a los niños tres secretos. Estos incluían visiones del infierno, predicciones sobre guerras y la petición de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María. Foto: Andina

Hace más de 100 años, tuvo lugar la primera de las seis manifestaciones de la Virgen de Fátima el 13 de mayo de 1917 en la localidad portuguesa de Aljustrel. Lucía y los hermanos Francisco y Jacinta Marto, pastores, fueron afortunados testigos de estos sucesos, en los cuales se les comunicó su intención de regresar en los próximos meses, siempre el día 13 y a la misma hora.

Durante la segunda aparición, la Virgen reveló a dos de ellos fallecerían pronto, y que Lucía sería la única sobreviviente para dar testimonio de las apariciones. En la tercera manifestación, el 13 de julio, ella recibió el “Secreto de Fátima”, que se mantuvo oculto durante más de ochenta años. Según los relatos, la niña se puso pálida y gritó de terror al mencionar el nombre de la Virgen. Hubo un trueno y la visión llegó a su fin.

La cuarta aparición tuvo lugar el 19 de agosto en Valinhos, y la quinta ocurrió el 13 de septiembre en Cova da Iria. Sin embargo, fue en la sexta y última aparición, el 13 de octubre, frente a miles de peregrinos en Fátima, cuando tuvo lugar el famoso “Milagro del Sol”. Tras la aparición a los pastores, se observó cómo la estrella con luz propia temblaba y realizaba una danza, según los testimonios.

Las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal, cuando tres niños pastores afirmaron haber visto a la Virgen María en diferentes ocasiones a lo largo de varios meses. Foto: Andina.
Las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal, cuando tres niños pastores afirmaron haber visto a la Virgen María en diferentes ocasiones a lo largo de varios meses. Foto: Andina.

Francisco y Jacinta fallecieron poco después, en 1919 y 1920 respectivamente, debido a la pandemia de la “gripe española” que asoló Europa en 1918, cobrándose la vida de millones de personas. Por su parte, la única sobreviviente de los pastorcitos se convirtió en religiosa y se unió al Convento de las Hermanas Doroteas.

El 13 de junio de 1919, en la capilla del Convento de Tuy, en España, la hija de Dios tuvo otra experiencia mística en la que vio a la Santísima Trinidad y a la Virgen María. En este encuentro, se le comunicó: “Ha llegado el momento en que Dios le pide al Santo Padre, junto con todos los obispos del mundo, que consagre Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiéndole su salvación mediante este acto”.

Dieciocho años después de las apariciones, Sor Lucía escribió el “Secreto de Fátima” siguiendo las instrucciones de sus superiores. Entre 1935 y 1941, redactó cuatro memorias detallando los acontecimientos de Fátima.

Dos de los niños pastores, Francisco y Jacinta Marto, fallecieron a temprana edad debido a la epidemia de la "gripe española" en 1918. La tercera niña, Lucía Dos Santos, se convirtió en religiosa y pasó gran parte de su vida dedicada a difundir el mensaje de Fátima. Foto: Andina.
Dos de los niños pastores, Francisco y Jacinta Marto, fallecieron a temprana edad debido a la epidemia de la "gripe española" en 1918. La tercera niña, Lucía Dos Santos, se convirtió en religiosa y pasó gran parte de su vida dedicada a difundir el mensaje de Fátima. Foto: Andina.

¿Cuáles son los secretos de la Virgen de Fátima?

En agosto de 1941, se revelaron los dos primeros secretos de la Virgen de Fátima. Los eventos ocurrieron en un lugar llamado Cova da Iria, donde los pastores cuidaban de su rebaño. Para entender el hecho, se describió el hecho como “una aterradora visión del infierno”, con un gran mar de fuego debajo de la tierra, donde se encuentran demonios y almas humanas.

Estos seres tenían formas horribles de animales espantosos y desconocidos, transparentes y negros. La Virgen les prometió llevarlos al cielo. El segundo secreto se interpreta como una predicción del fin de la Primera Guerra Mundial y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial durante el papado de Pío XI. Ella afirmó que el conflicto terminaría, pero si las ofensas a Dios no cesaban, habría otra guerra peor.

Dios castigaría al mundo por sus crímenes a través de enfrentamientos sangrientos, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. La Virgen también mencionó la necesidad de la “consagración” de Rusia, afirmando que si se escuchaban sus peticiones, este país se convertiría y obtendría paz; de lo contrario, permanecerían en odio, caos y desunión.

El 13 de octubre de 1917, en presencia de miles de peregrinos, ocurrió el famoso "Milagro del sol". Según los testimonios, el sol pareció temblar, cambiar de colores y moverse de manera inusual en el cielo, dejando a los presentes asombrados. Foto: Andina.
El 13 de octubre de 1917, en presencia de miles de peregrinos, ocurrió el famoso "Milagro del sol". Según los testimonios, el sol pareció temblar, cambiar de colores y moverse de manera inusual en el cielo, dejando a los presentes asombrados. Foto: Andina.

En 1957, Lucía Dos Santos, una de las pastorcitas que vio la aparición sagrada, entregó al Vaticano el tercer secreto de Fátima, el cual fue revelado al público por el papa Juan Pablo II en mayo de 2000. Este narraba la visión de un ángel con una espada de fuego en su mano izquierda, quien instaba a la penitencia con una voz fuerte.

En la narración se describe a la imagen de un Papa junto a varios clérigos escalando una montaña y siendo asesinados por balas y flechas disparadas por soldados. Además, debajo de los brazos de una cruz aparecían dos ángeles con jarras de cristal, recolectando la sangre de los mártires.