Un perro de cara chata hallado en una tumba de 2.000 años en Turquía podría reescribir la historia de las razas braquicéfalas

La investigación aporta pistas cruciales sobre la selección intencionada de especies domésticas en civilizaciones antiguas y ofrece una perspectiva renovada sobre la relación afectiva entre humanos y animales en contextos históricos, según revela National Geographic

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El hallazgo de un perro
El hallazgo de un perro braquicéfalo en una tumba romana de Tralleis revela prácticas de cría en la antigua Roma (Imagen Ilustrativa Infobae)

El hallazgo de los restos de un perro pequeño con rasgos braquicéfalos en una tumba romana de hace 2.000 años, en la antigua necrópolis de Tralleis, cerca de la actual ciudad de Aydın, en la costa egea de Turquía, ha revelado que la cría de perros de cara plana ya se practicaba en la antigua Roma.

Este descubrimiento, publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports y recogido por National Geographic, ofrece una nueva perspectiva sobre la relación entre humanos y perros en la antigüedad y conecta con el debate actual sobre la salud y la cría de razas braquicéfalas.

Rasgos morfológicos y contexto funerario

El análisis del cráneo y la mandíbula del animal, realizado por un equipo dirigido por el zooarqueólogo Vedat Onar de la Universidad de Estambul-Cerrahpaşa, determinó que el perro tenía el tamaño de un pequinés moderno y presentaba un grado agudo de braquicefalia.

Los restos, hallados junto a un humano adulto en una tumba romana, fueron dispuestos con la cabeza del perro orientada hacia el este, igual que la del humano. Según el estudio citado por National Geographic, este es solo el segundo caso documentado de un perro de la época romana con estas características faciales, después del hallazgo en Pompeya en el siglo XVIII.

El análisis del cráneo revela
El análisis del cráneo revela que el perro romano tenía un tamaño similar al de un pequinés moderno y braquicefalia aguda (Imagen Ilustrativa Infobae)

El contexto histórico indica que, aunque la mayoría de los perros en la antigua Roma cumplían funciones de trabajo como caza, vigilancia o pastoreo, el ejemplar de Tralleis no presentaba lesiones óseas asociadas a estas tareas.

Además, el análisis dental muestra que consumía poca comida dura, lo que refuerza la hipótesis de que se trataba de una mascota apreciada, un “catella” o perro faldero, en lugar de un animal de trabajo. Los autores del estudio especulan que el perro pudo haber sido el compañero cercano del difunto, quien probablemente incluyó en su última voluntad el deseo de un entierro conjunto, una práctica que refleja el vínculo afectivo entre humanos y perros en esa época.

National Geographic destaca que, aunque no existen representaciones artísticas o literarias romanas de perros de cara plana, la evidencia ósea sugiere una selección artificial de estos rasgos.

El origen genético de la braquicefalia

Desde la perspectiva genética, la braquicefalia en perros puede deberse a varias mutaciones y ha surgido en diferentes momentos y lugares. El genetista clínico Jerold Bell, de la Universidad de Tuft, expresó su sorpresa ante la antigüedad de este tipo de perros: “Me sorprende que tuvieran este tipo de perros hace tanto tiempo”.

Sin embargo, Bell advierte que no es posible establecer una relación directa entre los perros braquicéfalos de la antigua Roma y las razas modernas, ya que la braquicefalia puede originarse por diferentes genes.

El análisis genético ayuda a
El análisis genético ayuda a comprender la evolución y diversidad de la braquicefalia en distintas razas de perros (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por su parte, la genetista Kari Ekenstedt, de la Universidad de Purdue, señaló que la obtención de ADN antiguo podría ayudar a identificar las mutaciones responsables y aclarar el sexo del animal, aunque considera poco probable que el perro de Tralleis sea antepasado directo de las razas actuales. Ekenstedt subrayó que “las mutaciones en sí mismas podrían ser bastante antiguas”.

El desarrollo de razas braquicéfalas modernas, como el bulldog francés y el terrier de Boston, se intensificó en la época victoriana, cuando la cría de perros se convirtió en un negocio lucrativo.

Según el epidemiólogo animal Dan O’Neill, del Royal Veterinary College del Reino Unido, citado por National Geographic, la selección de rasgos extremos de braquicefalia ha provocado un aumento de los problemas de salud en estas razas. Entre las afecciones más frecuentes se encuentran el síndrome obstructivo de las vías respiratorias braquicéfalicas, dificultades oculares, problemas espinales y trastornos cutáneos derivados de las arrugas faciales profundas.

Reflexión sobre la cría actual

El hallazgo en Tralleis no solo aporta información sobre la historia de la domesticación y la selección artificial en la antigua Roma, sino que también invita a reflexionar sobre las consecuencias de la cría selectiva en la actualidad.

Como señala O’Neill, citado por National Geographic, el futuro de la cría de perros podría orientarse hacia la promoción de ejemplares más sanos, desplazando la preferencia social por las versiones más extremas de la braquicefalia.