Elon Musk, el anti líder

Necesita tomar decisiones urgentes, tal vez dar manotazos de ahogado, para que los números cierren. Y sabe que pueden cerrar: tiene experiencia en hacer lo que otros creen imposible

Compartir
Compartir articulo
Elon Musk
Elon Musk

El reloj sigue haciendo tik tok mientras Elon Musk decide ajustes por todos lados. Pero el magnate rompe con todas las reglas. Le falta liderazgo para conducir a su equipo. Y le sobran tweets. Envuelto en múltiples polémicas, no para de agitar el avispero desde que asumió el mando de Twitter.

El multimillonario detrás de Tesla y Space X, lidera una empresa que perdió 344 millones de dólares durante el último trimestre. Si se considera que la compañía tiene 15 años en el mercado, la cifra representa un resultado pésimo. De hecho, la deuda que tomó para comprarla empeora ese resultado en USD 250 millones. Necesita tomar decisiones urgentes, tal vez dar manotazos de ahogado, para que los números cierren. Y él sabe que pueden cerrar: tiene experiencia en hacer lo que otros creen imposible, como crear cohetes reutilizables que aterrizan como bailarines clásicos o autos eléctricos accesibles. Pero sabe que puede lograrlo, sobre todo, porque Twitter ganó dinero en 2018 y 2019.

Su habitual planteo de compromiso extremo o salida de la empresa parece caprichoso, pero logró lo que tal vez esperaba: despidió al 50% de sus 7500 empleados y, luego, 1200 o más renunciaron voluntariamente.

El multimillonario detrás de Tesla y Space X, lidera una empresa que perdió 344 millones de dólares durante el último trimestre

A Musk le falta equipo. Está rodeado de empleados que trabajan con miedo, obedeciendo sus pautas –o lo que creen que son sus pautas. Si alguien las contradice en público, es despedido. Preguntémosle sino a Eric Frohnhoefer, un empleado de Twitter que discutió con el magnate a través de la plataforma. Y parece que el bueno de Musk decidió prescindir de sus servicios. Algunos están convencidos de que Eric quería ser despedido y, un poco, ser famoso. De lo contrario no se entiende la estupidez de contradecirlo en público y no hacerlo en privado, en donde se puede tener una conversación seria.

Musk dijo alguna vez tener asperger. Claramente tiene, además de una inteligencia analítica superior, un enorme desafío de inteligencia emocional. Muchas de las cosas que dice y hace resultan absurdas, dejándonos con la duda de si lo son o, simplemente, no las explicó. La determinación con la que asume imposibles lo ha convertido en una deidad en Silicon Valley. Por ejemplo, hace 20 años fue a Rusia a comprar un cohete usado. Le pareció absurdo lo que le pidieron, y lo reinventó desde cero. Disrupción en la industria aeroespacial. Lo mismo ocurrió con Tesla y la industria automotriz. Basado en la filosofía de los “primeros principios”, en donde se duda de todo hasta llegar a lo poco que realmente es verdad.

Hace 20 años fue a Rusia a comprar un cohete usado. Le pareció absurdo lo que le pidieron, y lo reinventó desde cero. Disrupción en la industria aeroespacial

En Twitter una de sus primeras decisiones públicas fue la verificación paga, algo que la empresa venía pensando, deliberando, debatiendo hacía tiempo. Las decisiones se toman en soledad, parecía afirmar. Pero un usuario con la marca azul creó una cuenta falsa de un laboratorio y anunció que “la insulina sería gratis”. La acción se desplomó en Wall Street antes de que la empresa lo pudiera desmentir. Mucha gente perdió dinero, otros ganaron. Un buen ejemplo de cómo las conversaciones tienen impacto en la vida real.

El estado de resultados de Twitter simplificado

Una servilleta que podríamos haber encontrado en la cafetería de Twitter en una madrugada de noviembre podría mostrarnos esquemáticamente el plan de Musk.

Redes sociales como TikTok, instagram y Youtube tienen un modelo similar: reciben ingresos de publicidad, que aumentan con la calidad del contenido. Comparten parte de esos ingresos con los creadores - una porción pequeña pero, para algunos, muy importante. El resto es utilizado para pagar los gastos de mantenimiento y desarrollo de la plataforma, dejando un resultado bruto (Ebitda) súper positivo.

Los anunciantes van a donde está el público; si la gente pasa más tiempo en Twitter que en Instagram, recibirán más dinero

Twitter, en comparación, tiene mucho menos ingresos por publicidad. Y de ellos, no comparte ni un centavo con los creadores. Finalmente, por decisiones de los últimos años para “ser correctos” y atraer más anunciantes, en teoría, sus gastos de mantenimiento se fueron por las nubes, a pesar de que el sistema para administrar y moderar contenido en una red principalmente de texto debería ser más fácil, eficiente y barato. Como resultado general, el Ebitda, pésimo.

¿Cómo aumentar los ingresos, si ser “más correctos” no funcionó? Los anunciantes van a donde está el público; si la gente pasa más tiempo en Twitter que en Instagram, recibirán más dinero. ¿Cómo lograr eso? Por un lado con el CEO, Chief Entertainment Officer, Musk tomando decisiones, comentándolas y compartiendo memes en público. Por el otro atrayendo a creadores compartiendo parte del ingreso. No hay datos públicos de que este es el camino, pero es la apuesta del autor de esta nota (y creador en Twitter, así que parte interesada). Así aumentarían sensiblemente los ingresos por publicidad y, con los ya reducidos gastos mensuales, podrían mejorar mucho los números.

Seguir leyendo: