Así fue el día que Quetzalcóatl entregó regalos en Navidad, en lugar de Santa Claus

Una estrategia institucional orientada a sustituir personajes extranjeros derivó en la promoción de un referente histórico prehispánico

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Fue en el siglo XX
Fue en el siglo XX cuando el dios prehispánico se hizo anfitrión de la Navidad en México. Foto: (Gemini IA)

El 23 de diciembre de 1930, las calles de la colonia Roma, en la Ciudad de México, vivieron una escena inusual. Cientos de niñas y niños caminaron jubilosos rumbo al Estadio Nacional, hoy desaparecido, para participar en un acontecimiento sin precedentes: recibir regalos de Navidad, no de Santa Claus ni de los Reyes Magos, sino de Quetzalcóatl, la mítica Serpiente Emplumada de la tradición mesoamericana.

El evento fue resultado de una iniciativa impulsada durante el gobierno del presidente Pascual Ortiz Rubio, en un contexto marcado por el nacionalismo posrevolucionario. A pocos años de concluida la Revolución Mexicana, el Estado promovía políticas culturales y educativas orientadas a fortalecer la identidad nacional y a revalorar el pasado prehispánico. En ese marco, se consideró inapropiado que una figura extranjera como Santa Claus simbolizara la Navidad en México, por lo que se propuso sustituirla por un personaje asociado a las raíces indígenas del país.

Periódicos y medios de comunicación
Periódicos y medios de comunicación divulgaron la noticia sobre el arribo del dios mexica para entregar regalos de Navidad. Foto: Tomada de Facebook

Quetzalcóatl fue representado por un hombre barbado, vestido de blanco, rodeado de árboles navideños y acompañado por un séquito de sacerdotisas y guerreros ataviados con indumentaria inspirada en rituales mexicas. Desde una estructura que simulaba una pirámide, el personaje repartió dulces, juguetes y ropa a los niños que ascendían para recibir su obsequio, mientras se realizaban bailes tradicionales y se entonaba el Himno Nacional.

En aquél entonces, la Secretaría de Educación Pública (SEP) jugó un papel clave en la difusión de esta nueva imagen navideña. A través de circulares enviadas a escuelas de todo el país, se promovió la leyenda de Quetzalcóatl como símbolo de identidad nacional. Incluso la Lotería Nacional emitió un billete con la imagen del dios mesoamericano para su sorteo de aquellos días.

Sin embargo, la iniciativa no estuvo exenta de polémica. Sectores religiosos expresaron su inconformidad ante la idea de colocar a una deidad prehispánica como figura central de una festividad cristiana. La prensa de la época reflejó el debate, con artículos y caricaturas que cuestionaban la sustitución de los Reyes Magos o de Santa Claus. Algunos críticos argumentaban que Quetzalcóatl no tenía relación con la Navidad, mientras que otros advertían sobre una confusión entre tradiciones religiosas y símbolos nacionales.

El dios mexica que protagonizó
El dios mexica que protagonizó la Navidad en 1930. Foto: (Archivo)

El ámbito comercial también aprovechó el momento. Anuncios publicitarios de la época señalaban que los regalos podían provenir indistintamente de Santa Claus, los Reyes Magos o Quetzalcóatl, reflejando la convivencia —al menos temporal— de estas figuras en el imaginario colectivo.

Aunque el evento reunió a cerca de 15 mil personas y fue considerado un éxito organizativo, la experiencia no volvió a repetirse. Al año siguiente, la figura de Quetzalcóatl dejó de ser promovida como ícono navideño y Santa Claus retomó su presencia en escaparates y decoraciones, especialmente con el impulso de la publicidad internacional.

Así, aquel diciembre de 1930 quedó registrado como un episodio único en la historia cultural de México: el día en que un dios mesoamericano sustituyó, aunque brevemente, a Santa Claus en la entrega de regalos navideños, demostrando cómo las tradiciones, aun siendo distintas, pueden convivir y transformarse con el paso del tiempo.