
La historia de amor entre Laura Flores y Eduardo “Lalo” Salazar no solo fue breve, sino que su epílogo se desarrolla en el escenario más visible e implacable: las redes sociales.
Tras tres meses de haber hecho público su noviazgo en televisión nacional, y apenas unos días después de confirmar su ruptura, la actriz y el periodista dejaron de seguirse mutuamente en Instagram, lo que desató una nueva oleada de comentarios entre sus seguidores.
El hecho, aunque aparentemente menor, se convirtió en la señal más clara de que el vínculo entre ellos no solo ha concluido, sino que podría no haber vuelta atrás. Cuando dos figuras públicas con tal nivel de exposición rompen incluso el lazo virtual, el mensaje es contundente: el cierre es definitivo.
Así inició su romance
La relación entre la actriz de telenovelas y el ex corresponsal de guerra había sido recibida con entusiasmo. La confirmación de su romance, durante una transmisión en vivo del noticiero Despierta, fue inesperada.
Ella, con una carrera de décadas en los melodramas mexicanos; él, con una trayectoria reconocida en el periodismo serio y comprometido. Dos mundos que parecían distantes, pero que se encontraron brevemente.
El 9 de junio de 2025, Laura Flores anunció el final de su relación con un mensaje tan directo como emotivo.
“Con profunda tristeza les comunico que mi relación con el Sr. Eduardo Salazar terminó”, escribió en sus redes sociales. Acompañó sus palabras con elogios hacia quien fuera su pareja: “Eduardo es un gran ser humano, un señor en toda la extensión de la palabra. Merece mi respeto y le agradeceré siempre el haberme hecho feliz, aunque duró tan poco tiempo…”

Estos seguidores tienen en redes sociales
El gesto de dejar de seguirse en Instagram cobra más relevancia al observar el número de seguidores de ambos: mientras que Salazar cuenta con 77.7 mil, Laura Flores rebasa el millón.
El movimiento no pasó desapercibido. En la era digital, eliminar a alguien del círculo virtual suele interpretarse como un cierre simbólico, casi tanto como devolver una llave o guardar una carta.
La actriz también fue clara: no dará entrevistas ni hablará más del tema. Pidió respeto para ambos. En su mensaje subrayó: “En el corazón, por más que uno luche, no se puede forzar nada”. Con ello, descartó cualquier conflicto o escándalo. Su intención parece ser preservar la dignidad del vínculo, a pesar de su breve duración.

La narrativa del romance duró lo que un parpadeo en la memoria mediática, pero deja huella. Flores se refirió a Salazar como “un caballero, un hombre íntegro, un gran padre, hermano e hijo, un gran periodista, el mejor sin duda”. Un reconocimiento público que dista mucho del discurso de ruptura convencional en el medio del espectáculo.
La decisión de cortar contacto también digitalmente revela que, por más cordial que haya sido la separación, el deseo es claro: avanzar sin ataduras. No hay unfollow inocente cuando el escenario es público y las emociones han sido compartidas ante millones.
Lo que parecía una relación serena, madura y alejada de la parafernalia, terminó sin alboroto pero con contundencia. La historia que comenzó con sorpresa en un noticiero, cierra su capítulo con un clic silencioso, pero ensordecedor: dejar de seguirse en redes, en tiempos donde todo se observa, lo dice todo.

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