Cómo el frío afecta a los perros con artritis y qué hacer para ayudarlos

Ajustar el entorno doméstico y la rutina diaria puede marcar la diferencia en el bienestar de las mascotas durante la temporada invernal

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Las bajas temperaturas y la
Las bajas temperaturas y la reducción de la actividad física pueden intensificar las molestias en mascotas con esta enfermedad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El descenso de las temperaturas durante el invierno puede intensificar el dolor y la rigidez en perros con artritis, una enfermedad degenerativa frecuente en mascotas, especialmente a medida que envejecen, sin embargo, hay algunas estrategias que permiten aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida de los lomitos en dicha época del año.

Aunque no todos los expertos coinciden en que el frío empeore de forma directa la artritis canina, PetMD explica que existen factores físicos y de comportamiento que tienen la capacidad de influir en el aumento del dolor articular en invierno.

Uno de ellos es el engrosamiento del líquido articular debido a las bajas temperaturas, lo que dificulta su flujo y puede provocar mayor rigidez en éstas. Además, la presión barométrica tiende a disminuir en invierno, lo que puede causar que los tejidos articulares se inflamen y, en ejemplares con artritis, contribuir al dolor.

A esto se suma la reducción de la actividad física, ya que tanto personas como animales suelen moverse menos cuando hace frío, lo que favorece la rigidez y el malestar articular.

Durante la temporada invernal, es fundamental que los dueños de perros estén atentos a señales que indiquen un agravamiento de la artritis. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la disminución de la actividad, la falta de interés en jugar o ejercitarse, movimientos rígidos, dificultad para levantarse o acostarse, cojera y cambios en la postura al sentarse, como dejar una pata extendida.

Qué puedes hacer en casa para aliviar el dolor articular

La temporada invernal exige atención
La temporada invernal exige atención especial a los síntomas.

PetMD aconseja observar cualquier alteración en el comportamiento habitual del animal, ya que estos signos pueden indicar que el dolor articular ha aumentado.

El control del peso es una de las medidas más importantes para reducir la presión sobre las articulaciones, señala la fuente citada. Dado que muchos perros tienden a ganar algunos kilos en invierno por la menor actividad y el consumo de golosinas adicionales, es recomendable consultar con un veterinario para evaluar si el animal mantiene una talla saludable y, en caso necesario, diseñar un plan de adelgazamiento seguro.

El ejercicio adaptado es otro pilar fundamental, pues mantener a los canes activos ayuda a prevenir el aumento de peso y proporciona estimulación mental, incluso cuando pasan más tiempo en interiores.

PetMD sugiere actividades suaves como juegos de tira y afloja, practicar comandos conocidos o enseñar nuevos trucos, especialmente en perros mayores o con movilidad limitada. Además, existen centros de rehabilitación física para perros que ofrecen ejercicios específicos y, en algunos casos, cintas de correr acuáticas.

Por otro lado, realizar cambios en el entorno doméstico puede facilitar la vida de los perros con artritis durante el invierno. Al respecto, es recomendable colocar los recipientes de comida y agua en lugares accesibles, evitando que el animal deba subir o bajar escaleras.

De igual manera, disponer de camas cómodas en cada nivel de la vivienda permite que el perro descanse sin dificultad. En tanto, para aquellos que tienen problemas para saltar, las rampas o escaleras pequeñas pueden ayudarles a subir a sofás o camas. Además, el uso de alfombras antideslizantes o tapetes en suelos resbaladizos, así como botas especiales, puede mejorar la tracción y reducir el riesgo de caídas y lesiones.

Tratamientos seguros y cuándo acudir al veterinario

El frío trae consigo retos
El frío trae consigo retos para los perros con artritis.

El tratamiento de la artritis canina puede requerir la administración de medicamentos prescritos por el veterinario. Entre las opciones más habituales se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y, en algunos casos, esteroides como la prednisona; también existen inyecciones que ayudan a restaurar la lubricación articular, disminuir la inflamación y proteger el cartílago. Si el dolor persiste, el veterinario puede recomendar otros analgésicos como amantadina o gabapentina.

En este contexto, PetMD advierte de forma enfática: “Nunca uses tus propios medicamentos para el dolor en tu perro. Algunos medicamentos humanos, como el ibuprofeno, son tóxicos para los caninos”. Además, algunos suplementos como los ácidos grasos omega-3 o la combinación de glucosamina y condroitina pueden ser beneficiosos, pero siempre deben administrarse bajo supervisión veterinaria.

El acompañamiento profesional es esencial para ajustar el tratamiento y las recomendaciones a las necesidades específicas de cada ejemplar. El profesional puede evaluar la evolución de la artritis, controlar el peso, adaptar la medicación y sugerir terapias complementarias según la respuesta del animal.

El invierno no tiene por qué suponer un mayor sufrimiento para los perros con artritis, consultar con el veterinario sobre las opciones de tratamiento y adaptar el entorno y los cuidados permite que tanto los animales como sus familias disfruten de la temporada fría con mayor bienestar.