Layka, la heroína canina que desafió las balas y salvó vidas en Afganistán

Layka fue una pastor belga malinois que durante años sirvió ferviente y valientemente a su país como parte de un equipo de Rangers del Ejército de Estados Unidos. Su invaluable apoyo y condecorada labor le salvaron la vida a personas inocentes.

Si bien sus enormes habilidades eran conocidas por los miembros de su pelotón, su heroísmo fue puesto a prueba durante un despliegue en Afganistán y se convirtió en protagonista de un acto fuera de serie que le salvó la vida a sus compañeros humanos.

Durante esa misión, Layka buscaba combatientes heridos y posibles artefactos explosivos cuando recibió cuatro disparos de un fusil AK-47 en el área del hombro derecho. A pesar de sus graves heridas, se abalanzó sobre su atacante y lo neutralizó por completo. Años más tarde, esta y otras acciones la hicieron acreedora a múltiples reconocimientos y condecoraciones con las que dejó huella en la historia militar canina.

En dicho despliegue, helicópteros Apache fueron enviados para ayudar, mientras que Layka buscaba artefactos explosivos y combatientes heridos. Gracias a su rápida acción al derribar a su atacante, la perra le salvó la vida a su manejador, el guardabosques del Ejército estadounidense Julian McDonald, y el resto de su equipo, según cuenta el National WW2 Museum.

McDonald se apresuró a llevar a la canina fuera del edificio. Haciendo uso de sus habilidades como asistente médico, atendió sus graves heridas y le proporcionó primeros auxilios, sus acciones durante este tiempo crucial le salvaron la vida a Layka, quien posteriormente fue trasladada por aire a un hospital de campaña cercano.

En la clínica improvisada, la perra fue sometida a la primera de muchas cirugías antes de ser trasladada hasta Alemania, donde posteriormente especialistas veterinarios tomaron la difícil decisión de amputarle su pierna derecha.

En entrevista para American Humane, asociación encargada de la entrega de los Hero Dog Awards, premios que celebran la destacada labor canina en diferentes ámbitos, McDonald contó que se convirtió en adiestrador de perros en 2009 y que en 2012 realizó su última “rotación de combate” antes de volverse uno de los instructores principales de un curso avanzado de adiestramiento canino.

“Gracias a ella todos llegamos a casa de ese despliegue. Y Layka fue honrada en Lackland con un reconocimiento oficial a su heroísmo. Ella fue la primera perra en recibir algo similar desde la Segunda Guerra Mundial”, recordó McDonald.

El manejador relató que la decisión de adoptarla se debió a que se presentó la oportunidad perfecta y no sabía en qué clase de hogar, ni con qué familia terminaría si él no se convertía en su dueño.

Declaró que los perros militares “no dan miedo”, pero han hecho cosas terroríficas, a pesar de eso, merecen buenos hogares.

“Ella tenía un año y medio de edad cuando le dispararon, ¿cuánta vida había visto?. Ya me había dado una oportunidad nueva de vivir [...] Arriesgó la vida por mí y sólo tenía seis misiones en su haber”, señaló McDonald.

El ex integrante del Ejército estadounidense se preguntó que si él no la adoptaba, “¿quién más lo haría?”, y que todos los días al despertar entendía que era algo que le debía.

“Layka es una heroína porque salvó muchas vidas durante una misión, tiene razones para ser desagradable, para no gustarle el mundo en el que vive y para odiar todo, pero no lo hace, siempre toma el camino correcto y creo que eso es algo que todos podríamos aprender de ella”, concluyó McDonald.

En 2016, Layka fue honrada con el Hero Dog Award, en la categoría militar, en conmemoración a su valentía y heroísmo durante su último despliegue en Afganistán.