Más allá del testamento, qué hacer para que Borges no quede a la deriva

Ante la incertidumbre por el destino de la obra del mayor escritor argentino, especialistas como Beatriz Sarlo y Carlos Gamerro proponen cómo manejar una herencia que ya es parte de la cultura universal.

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Borges y María Kodama.
Borges y María Kodama.

Tras la muerte de María Kodama, la viuda y albacea de la obra del máximo escritor argentino Jorge Luis Borges, el mundo literario está en vilo. ¿Qué pasará con los derechos y la obra del autor? ¿Quiénes serán los herederos del acervo de objetos, manuscritos, documentos y los derechos de edición de uno de los mayores escritores del siglo XX? ¿El Estado argentino tendrá que intervenir? Los interrogantes y los laberintos recién comienzan.

Esta semana Fernando Soto, el abogado de Kodama, dio una conferencia de prensa en su estudio jurídico y dejó más preguntas que respuestas. Y el golpe inesperado: “No dejó testamento”, dijo a los periodistas. En un cambio radical a lo que había expresado anteriormente, Soto reconoció que “nadie del círculo cercano entre quienes consultamos conoce el testamento”.

También resonaron dos universidades, una de Estados Unidos y otra de Japón, como las principales candidatas a albergar la obra borgeana luego de que se conociera la muerte de Kodama. ¿Por qué? Fue la propia viuda y albacea de Borges la que había mencionado en una entrevista con el periodista Daniel Gigena, de La Nación, estos dos posibles destinos. Soto confirmó el contacto de Kodama con las dos instituciones.

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Además, en las últimas horas, los sobrinos de Kodama se presentaron para ser considerados como herederos. La situación se complica aún más y los recovecos son inciertos y complejos.

Sabemos que la obra de Borges es una de las más importantes de la literatura argentina y universal. De eso no hay dudas. Incluso, se supo hace algunos días que es el tercer escritor en español más traducido en el siglo XXI, según el Mapa Mundial de la Traducción del Instituto Cervantes. Y su influencia, infinita.

Pero pensemos lejos de cuestiones legales, de sucesiones y herederos. ¿Qué debería hacerse? ¿Cómo se debería preservar y custodiar ese legado de ahora en más? Y la pregunta clave: ¿qué es lo que se merece un escritor de la talla de Borges y su legado?

Las dudas respecto de la obra de Jorge Luis Borges, uno de los más grandes escritores del siglo XX, siguen abiertas.
Las dudas respecto de la obra de Jorge Luis Borges, uno de los más grandes escritores del siglo XX, siguen abiertas.

Beatriz Sarlo cuenta por mail a Infobae Leamos que tuvo un pleito intelectual y legal con Kodama. “Es un recuerdo malo y pintoresco, que no evocaré”, aclara. La ensayista, profesora universitaria, eminencia de la crítica literaria y autora de Borges, un escritor en las orillas, el clásico ensayo que salió por Siglo XXI hace treinta años y que no deja de reeditarse, aporta una respuesta certera: “Debe crearse un archivo Borges en la Biblioteca Nacional” y agrega que países como Francia y Alemania ofrecen modelos.

La autora de Escenas de la vida posmoderna profundiza: “Antes hay que garantizar el presupuesto para realizar un concurso, a fin de elegir director o directora (imagino que Jorge Luis Borges sonreiría ante la corrección política de esta duplicación), asegurar dignos salarios y una sede”.

Sarlo sostiene que “hay que buscar modelos de archivos de escritores, para que no suceda que terminen en Harvard, por ejemplo, donde consulté la correspondencia de Victoria Ocampo”. Para finalizar dice que “El archivo de Harvard tiene una organización perfecta y no te piden pasaporte ni documentación extraterrestre para ponerlo a tu disposición”. Un mensaje en clave respecto del acceso al acervo del máximo escritor argentino y la custodia de hierro.

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Beatriz Sarlo: evitar que la obra de Borges termine en Harvard. (Gustavo Gavotti).
Beatriz Sarlo: evitar que la obra de Borges termine en Harvard. (Gustavo Gavotti).

En la misma línea, el escritor argentino Carlos Gamerro, antes de explicar sobre qué se podría hacer con el legado de Borges, deja en claro su posición respecto a la albacea del autor de El Aleph: “Lamentablemente, la obra de Borges estuvo en manos de una persona, María Kodama, que seguía sus criterios, pero que resultaron en decisiones muy caprichosas: de permitir que se siga publicando una edición u otra; o iniciar juicios, como el que le hizo a Pablo Katchadjian, en el cual intervine a favor de Pablo, cuando era vicepresidente del PEN Argentina. Por suerte, la justicia falló a su favor”.

El narrador y ensayista argentino, autor de Borges y los clásicos, entre otros, sigue con el estado de la cuestión y ahonda en la custodia de la “samurái” borgeana: “Si uno entra a la página web de la Fundación Borges, que era manejada absolutamente según los criterios personales de María Kodama y leemos: ‘Fundación dedicada a la obra de Jorge Luis Borges, contribuyendo a su conocimiento y propiciando su correcta interpretación’, ¿quiénes son ellos para decidir cuál es la correcta interpretación y cuál no? Esperamos que todo esto cambie”.

“Si pasa a manos de familiares de María Kodama no tenemos ninguna garantía”, dice contudente Gamerro y propone: “Tendría que haber algún tipo de garantía para que se respeten los derechos de decisión sobre la publicación, sobre todo en lo que importa a la cuestión económica, que es lo que marca la ley”. ¿Y sobre los libros de Borges? “Que no se interrumpan, que no se queden en un limbo, que no se dejen de publicar las obras de Borges por un juicio complejo”, dice.

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Carlos Gamerro, atento a qué pasará con la obra de Borges. (Santiago Saferstein)
Carlos Gamerro, atento a qué pasará con la obra de Borges. (Santiago Saferstein)

Continúa con las propuestas: “que en la Fundación Borges haya un criterio, un comité de especialistas, de académicos”. Y vuelve a cuestionar la custodia de la viuda y albacea del autor de Ficciones cuando señala que: “Tengo conocimiento de que María Kodama negaba acceso al archivo fundamental, como manuscritos, a especialistas importantísimos en la obra de Borges, como Daniel Balderston”. ¿Por qué? Según explica Gamerro “solo porque sí, porque no se llevaba bien o no gustaba lo que él había escrito sobre Borges.”

Ante este escenario, el autor de Las Islas, Ficciones barrocas y Facundo o Martín Fierro, dice que, tras la muerte de Kodama, “todo eso tendría que cambiar sin vulnerar las instancias legales”. Para el escritor, crítico y traductor argentino “sería ideal que el acervo de objetos, de manuscritos y documentos, tanto como los derechos, fueran manejados por algún comité de expertos que no vulnerara los derechos económicos de los herederos de María Kodama”, señala y agrega un punto fundamental: “pero que no dejara en sus manos las decisiones del tipo literario, editorial y de archivo.

“Cuanto más abierta a todos esté la obra de Borges, mejor”, concluye.

Jorge Luis Borges en la Biblioteca Nacional
Jorge Luis Borges en la Biblioteca Nacional

“A veces, las obras y el legado de un autor o autora queda a la deriva”, dice Ezequiel Martínez, el Director General de la Fundación El Libro y director de la Feria del Libro de Buenos Aires. ¿Qué quiere decir con esto? El periodista y ex director de Cultura de la Biblioteca Nacional hace referencia a los casos en que si un autor no nombró un albacea, o sus herederos forzosos no tienen un conocimiento profundo e integral de la obra que quedó, “esa obra puede ser descuidada”, advierte y enciende las alarmas.

Que la obra de Borges termine siendo custodiada por unos sobrinos de la que fue su mujer suena raro”, dice Martínez y, si bien señala que el legado del máximo escritor argentino es un tema complejo, con muchas aristas y con varias cuestiones a tener en cuenta, Martínez , advierte y enciende las alarmas: “a todos nos sorprende y nos llama la atención que, de golpe, la obra de Jorge Luis Borges, nuestro mayor autor del último siglo, sea ahora custodiada o dependa de las decisiones de los sobrinos de María Kodama.”

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Sin embargo, el periodista e hijo de Tomás Eloy Martínez -quien admiraba el trabajo del autor de El informe de Brodie- menciona casos en los que el cuidado de la obra fue el principal objetivo. El primer caso al que alude es el de Max Brod y Franz Kafka. “Kafka le pidió que quemara todas sus obras y si no hubiese sido por su gran amigo Brod, esa obra no hubiera sobrevivido y no hubiese llegado hasta nosotros. En ese caso, es alguien que pensó en esa obra y la preservó.”

El segundo caso al que Martínez hace referencia es el de otro escritor argentino emblemático, Julio Cortázar, “que terminó siendo custodiada por su primera esposa, Aurora Bernárdez, que se preocupó de que la obra se preservara”. En este sentido, el director de la Feria del Libro identifica que la dimensión de estos casos tienen dos puntos fundamentales: “estamos hablando, por un lado, de lo que son los derechos de autor, las regalías y, por otro lado, está la figura del albacea y custodio de la obra”. Y concluye sobre la situación actual de la obra de Borges: “Nos puede preocupar un poco”.

“Que la obra de Borges termine siendo custodiada por unos sobrinos de la que fue su mujer suena raro”, dice Martínez.
“Que la obra de Borges termine siendo custodiada por unos sobrinos de la que fue su mujer suena raro”, dice Martínez.

Guillermo Martínez coincide con Sarlo cuando dice que “es clarísimo que la obra de Borges, así como el cuidado de las reediciones, y la recuperación de manuscritos, debería quedar a cargo de la Biblioteca Nacional”. ¿Por qué? El escritor argentino y autor de Borges y las matemáticas, justifica su idea: “Borges fue parte de ese lugar, donde dejó libros anotados de su propia biblioteca personal, y en donde hay especialistas que podrían encargarse muy bien de proteger y difundir su legado.”

Martínez agrega que podría organizarse, a su vez, a través de la biblioteca, un grupo lectores de Borges, con actividades de lectura y congresos anuales para seguir leyendo y analizando su obra.

Respecto a la consulta sobre el derecho sobre la edición de sus libros, subraya que hay una cuestión legal que no sabe cómo se puede resolver. Sin embargo, Martínez sostiene que los derechos “deberían quedar para el Estado argentino, pero con una atribución específica, por ejemplo: compra de libros, recuperación de sus manuscritos que están en varias universidades, organización de congresos, o premio literario de cuento con su nombre (como fue el premio Gabriel García Márquez)”.

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El escritor argentino Guillermo Martínez en el stand de Infobae en la Feria del Libro de Buenos Aires, en 2022. (Augusto Fornaciari)
El escritor argentino Guillermo Martínez en el stand de Infobae en la Feria del Libro de Buenos Aires, en 2022. (Augusto Fornaciari)

En el plano internacional, el celebrado escritor y periodista cubano, Leonardo Padura, consultado por Infobae Leamos, se suma al deseo colectivo cuando expresa que “lo único importante es que la falta de testamento no implique que no se puedan reeditar sus libros”, haciendo referencia a una de las cuestiones que más preocupan: qué sucederá con los libros de Borges.

Por su parte, la escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska, ya había estado en el centro de la polémica cuando se publicó Borges y México. En ese libro de ensayos, la autora de El amante polaco adjudica el poema Instantes a Borges. Luego, obliga a la editorial Lumen a detener la distribución de ese libro y sacar el ensayo, para así volver a reeditar el libro. Ahora, vía mail, prefiere mantenerse al margen y no emitir una opinión sobre qué debería hacerse con el legado de Borges cuando dice “que deben resolverlo los intelectuales de Argentina y sé que hay muchos muy capacitados y pueden hacerlo con amor y admiración por Borges”.

Las propuestas e ideas siguen barajándose en el mundo literario mientras el complejo escenario judicial es cada vez más parecido a un cuento de Borges.

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