Martin Amis lo hizo de nuevo: tres biografías, agudas reflexiones y un manual de literatura en un solo libro

En “Desde dentro”, el irreverente escritor británico narra las vidas del novelista Saul Bellow, el poeta Philip Larkin y el ensayista Christopher Hitchens, evoca amores de juventud y expone su particular visión del mundo

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Martin Amis en Wye, Powys, Gales, 2012. Photo by Shutterstock (1735024v)
Martin Amis en Wye, Powys, Gales, 2012. Photo by Shutterstock (1735024v)

Martin Amis ha escrito un libro múltiple y extenso: un breve manual sobre escritura creativa, una evocación de sus amoríos de juventud, un conjunto de reflexiones políticas, religiosas y éticas. En Desde adentro se ocupa de pensar –y narrar– la muerte, el tiempo, los paseos, la espera, la intimidad, la creación literaria, la hostilidad hacia la vida, las relaciones entre prosa y poesía y un sinfín de cuestiones.

Dividido en varias secciones, Amis entrelaza los largos capítulos narrativos con las breves secciones dedicadas a sugerencias para escritores. Asimismo, el libro es un demorado homenaje a tres referentes de su propia vida: el novelista Saul Bellow, el poeta Philip Larkin y el ensayista Christopher Hitchens. ¿Cómo enhebra los homenajes? Ahí está el quid del libro: Amis narra episodios detallados de las vidas de los tres personajes reales. Y puede hacerlo porque con los tres mantuvo relaciones de proximidad física y sentimental. A través de avances, retrocesos y adelantos temporales, nos enteramos que el padre de Martin –Kingsley Amis– fue amigo íntimo del poeta laureado Philip Larkin. Con Saul Bellow, Amis estuvo unido por una amistad que surgió por la admiración juvenil hacia el novelista judío y que siguió como una relación de colegas hasta la muerte de Bellow. En el caso de Hitchens, se trató de una fervorosa amistad que nació en la primera juventud de ambos y que se extendió hasta la muerte del brillante ensayista radicado en Estados Unidos.

Amis no sólo escribe la crónica de los momentos compartidos con los evocados –Bellow, Larkin, Hitchens– sino que narra aquellos pormenores de los que no fue testigo y de los cuales supo porque ha estudiado o leído en otros textos de referencia o porque ha escuchado y anotado las conversaciones con los allegados. Es decir, Amis escribe, con clara intención memorialística, una triple biografía amistosa a la par que describe, con minuciosidad, las relaciones que el novelista, el poeta y el ensayista mantuvieron con las personas que estaban a su alrededor.

Lo notable y lo excepcional es que, a pesar de tratarse de un texto extenso, el autor nos lleva no con detalles insignificantes sino con precisas elucubraciones sobre el sentido de las vidas narradas y de su propia existencia.

"Desde dentro" (Anagrama) de Martin Amis
"Desde dentro" (Anagrama) de Martin Amis

Respecto a sus amoríos de juventud, se detiene en los episodios que compartió con el más joven de los tres biografiados –Hitchens– y, especialmente, en la peripecia amorosa que vivió con Pheobe Phelps, una alta y escultórica londinense. A partir del relato puntilloso de la angustiosa relación, Amis se ocupa del entorno familiar de Phoebe. Es decir, Desde dentro funciona –en no pocas ocasiones– como un cosmos compuesto por múltiples alephs. En cada rincón del libro, el lector ingresa en un nuevo micromundo con sus reglas y sus subtramas. Amis se las arregla para hacer ingresar al lector en esos escenarios pletóricos de anécdotas y oscuras o cómicas reflexiones.

No escasean los entrecruzamientos de las historias narradas. Por ejemplo, cuando el autor comenta que Phoebe se ha interesado por los versos de Philip Larkin y que ambos se encuentran con el poeta y que ella tiene un desliz intelectual y sexual. También cuando Bellow participa de una mesa panel que homenajea su obra en una universidad israelí y Amis comenta sus impresiones sobre el Estado de Israel. Estas derivaciones son el punto de partida para que inicie una serie de breves ensayos sobre la identidad judía y sobre el destino problemático del pueblo israelí por el conflicto hecho de pólvora con Palestina.

Aunque el mayor número de páginas está dedicado a las morosas y cuidadas evocaciones biográficas de Bellow, Larkin y Hitchens, se podría pensar a Desde dentro como un breve manual de literatura inglesa. Además de citar a cuantiosos poetas británicos y de otras latitudes para ir a fondo en sus ideas sobre el arte de Larkin, sobre la muerte y las cuestiones abordadas en el libro, Amis ensaya sus anotaciones sobre lo que debemos evitar si queremos convertirnos en un probado autor de novelas. Quisiera señalar uno de los capítulos del libro, ese en el que detalla tres errores graves cometidos por los autores noveles o principiantes: el intento de narrar escenas sexuales, sueños y cuestiones religiosas. Según el novelista británico, estos tres temas fueron incorporados en una serie de libros malogrados. Estos son una prueba más de lo que debemos evitar. A su vez, en otro capítulo, Amis perfila los tipos de novelas que han existido en la importante tradición occidental: por un lado detecta la novela realista social y, por otro, analiza la novela experimental, cuyo máximo exponente fue Anthony Burgess. En última instancia, describe los intentos de llevar al extremo uno y otro derrotero estético. Amis desactiva los clichés asociados a ambos casos y explora los factores que influyeron para que hoy exista el imperio de la novela realista social.

Tapa de la edición inglesa de "Desde adentro"
Tapa de la edición inglesa de "Desde adentro"

Merece ser destacado el énfasis de Amis en la redacción de las frondosas notas a pie de página. Se podría escribir un ensayo sobre el conjunto diverso y el carácter exploratorio de las notas en la parte inferior del texto. Las cuantiosas apostillas no producen obstáculo sino que, una vez convertidas en parte necesaria a partir de la costumbre lectora, tenemos la tentación de leerlas porque suponemos que encontraremos allí una puerta a un laberinto o nuevas entradas y salidas a los intríngulis abiertos en el cuerpo del texto. Así, por ejemplo, leemos las curiosas y extensas indagaciones sobre el valor y el lugar de poetas y narradores británicos.

Uno de los problemas que atraviesa el libro es el interés –manifestado por Amis en este y en otros libros reaparece– por la cuestión del nazismo. En el recorrido por las etapas creativas y vitales de Philip Larkin, Amis se detiene en el pensamiento y la deriva de su padre, Sidney Larkin. Con desprecio, detecta el fervor racista y las escenas que condensan el desvarío ideológico y moral.

A propósito de algunos rasgos de la personalidad de su amigo Hitchens, Amis explora las razones y las características específicas de su ateísmo. Sobre esta cuestión, reflexiona en una nota a pie:

Blas Pascal vivió, lamentablemente, apenas entre 1623 y 1662… Era un tergiversador espiritual y además enfermizo; no sé cómo se sentiría de bien cuando elaboró su célebre teoría. En ella argumenta que un no creyente racional (y se supone que cínico) enfrentado a escoger entre la existencia y la inexistencia de Dios, al final debería optar por Dios: si gana la apuesta, gana la eternidad en el cielo frente a la eternidad en el infierno; si pierde, no es sino a costa del sacrificio menor del hedonismo de última hora (y, añadiríamos nosotros, del sacrificio mayor de la dignidad de última hora…). En un comunicado reciente desde el país de los enfermos, Christopher había yuxtapuesto la Apuesta de Pascal a la broma de Bohr: Niels Bohr, el pionero Nobel del mundo subatómico. Bohr tenía una herradura en el dintel de la puerta de su casa; cuando un colega científico le preguntó con escepticismo si creía que le iba a dar suerte. Bohr le contestó: No, claro que no. Pero, por lo visto, creas o no en ello, da resultado.”

En el nombre del padre: Martin Amis y Sir Kingsley Amis, en1978 (Dmitri Kasterine, National Portrait Gallery)
En el nombre del padre: Martin Amis y Sir Kingsley Amis, en1978 (Dmitri Kasterine, National Portrait Gallery)

Entre los muchos fragmentos reflexivos es difícil hacer justicia a la proliferación de frases o de microensayos memorables. Elijo esto: “La vejez es irresoluble. Ser mayor ‘no’ tiene solución.” En otro párrafo anota:

“¿Por qué preside Dios las muertes, por cáncer, de los más pequeños? Los tele evangelistas del vecindario tienen una respuesta. La principal es ‘porque los quiere a su lado cuanto antes’ (¿Eso quiere Él? ¿Para qué? Y de sus progenitores, qué es lo que quiere?) La respuesta de los escritores no es más satisfactoria. ‘Tú no puedes entenderlo, hijo mío, ni yo tampoco, nadie puede entender’, dice el sacerdote al final de Brighton Rock de Graham Greene, ‘la atroz singularidad de la gracia de Dios’. Ah, es misericordioso, claro… Pues seguid creyéndooslo, Creyentes… Greene era teísta. Saul (Bellow), deísta, tenía la mejor respuesta, la única respuesta: A Dios la muerte no le impresiona. Sí, y además esto. Dios jamás se aflige.”

Más allá de las disquisiciones genéricas –si el libro es una crónica ensayística, un conjunto de biografías mezcladas con un ensayo o un ensayo literario que aspira a la condición de memoria– lo que salta al oído y al intelecto es la pericia escrituraria de Amis para enhebrar un recorrido por sus ideas filosóficas, religiosas y éticas, su periplo por las circunstancias que tramaron las relaciones con Larkin, Bellow y Hitchens y, a través de ellos, las reacciones del autor ante algunos de los asuntos claves de los siglos XX y XXI: el populismo de Trump, las diferencias en los sistemas de salud de Estados Unidos y Gran Bretaña, el complejo sentido de los vínculos amorosos en su generación, la construcción de novelas y el miedo a la muerte.

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