“Dr. Kawashima’s Brain Training”: la vieja mula continúa con la magia

Los videojuegos se esfuerzan en mejorar la salud de los usuario y, en este caso, gracias a la aplicación de la neurociencia en ellos, logra momentos divertidos y hasta adictivos.

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Más allá de lo que dicta la ciencia, hay quienes afirman que el cerebro es un músculo que podemos -y debemos- ejercitar, lo cual trae consigo múltiples beneficios. Pero ¿Qué tan divertido puede ser realmente ejercitarlo? En esta premisa es que se apoya la legendaria serie de Dr. Kawashima o Brain Age. Según dónde estés parado en el globo terráqueo, esta es una experiencia que se aleja un poco de lo tradicional y actúa como un verdadero gimnasio para nuestra sesera a través de una serie de ejercicios sencillos que tienen como fin motorizar y mejorar la capacidad de procesamiento de información, de reacción y muchas otras funciones de las distintas zonas de la corteza cerebral.

Pero antes de adentrarnos en lo que propone esta nueva entrega, conviene hacer un repaso para entender por qué es tan importante en el universo nintendero. Allá por el año 2005, Nintendo se vio en la difícil situación de lanzar una sucesora de la exitosísima portátil Game Boy Advance. Se trataba de una nueva pieza de hardware que traía una función que la distinguía ya que mantenía interacción con los juegos mediante un stylus en una segunda pantalla. Nos referimos, claro está, a la Nintendo DS. Aunque muchos critican la Wii por idea de apuntar a un público no tradicional o como algunos dicen, “casual”, lo cierto es que Brain Age / Kawashima fueron los antecesores en esa movida.

Brain training del Dr Kawashima para Nintendo Switch - Tráiler de lanzamiento

Tal es así que las primeras entregas movieron más de 19 millones de copias vendidas alrededor del mundo, puesto que resultaban muy accesibles y disfrutables por públicos de todas las edades, jueguen videojuegos o no. También eran otros tiempos: la idea de un juego que te pueda ayudar a mantenerte “saludable” era imposible de conseguir en otro lado que no sea Nintendo DS. Hoy en día, el mundo de los celulares está atestado con un millón de aplicaciones que “gamifican” prácticamente todo lo que hacemos para registrar desde los pasos que damos hasta las pulsaciones del corazón a través del flash del teléfono. En 2005, aunque no lo crean, era muy “cool” tener un Sudoku en una consolita portátil.

Volviendo a lo que nos ocupa, Dr Kawashima’s Brain Training (nombrado así por el reconocido neurocientífico japonés) supone el regreso de la franquicia tras casi ocho años de ausencia en el mercado. Si son habitué de las consolas de Nintendo, saben entonces que hay un vínculo muy emotivo con esta serie, y de ahí que su anuncio el año pasado haya generado tanto revuelo, ya que se trata de un esperado regreso que suma las expectativas de las capacidades del hardware de Nintendo Switch.

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En parte, eso está presente en esta entrega gracias a la inclusión de disciplinas que nos invitan a poner la consola en modo horizontal (se juega con la Switch en vertical, generalmente) para repartir los Joy-Con y competir en pruebas de memoria o velocidad de reflejos al contar, por ejemplo, cuántos pajaritos hay en pantalla. También hay un uso muy interesante del sensor infrarrojo del Joy-Con derecho para realizar operaciones matemáticas básicas con las manos o jugar a un Piedra - Papel - Tijera en el que tenemos que lograr el resultado que se nos pide.

También podremos comparar el tiempo que demoramos en resolver los acertijos que se nos plantean a modo de ejercicio con el resto de nuestros amigos en la lista de contactos del sistema, algo ideal para aquellos que gustan de competir en cuanto frente sea posible, más allá de una suerte de “Campeonato Mundial” donde nuestros resultados se comparan con jugadores de todo el mundo.

Y ahí terminan las novedades, porque por todo lo demás, se trata del viejo y querido Dr. Kawashima: una invitación a realizar un par de ejercicios diarios que constan de operaciones matemáticas simples, pruebas de memoria, de autocontrol. Hay una incluso que nos sirve para aprender a leer una sencilla partitura de piano y ejecutar varias obras clásicas. O mismo la lectura en voz alta. La oferta de ejercicios se siente “suficiente” pero corta en cuanto a lo que encontraríamos en las versiones de DS, principalmente porque Switch no posee micrófono y por lo tanto, muchos ejercicios que hacían uso de ese dispositivo brillan por su ausencia.

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Nintendo DS venía con un lápiz como parte de la consola, pero en Nintendo Switch no tenemos nada que se le parezca. De ahí que el juego venga provisto de uno -en su versión física por ahora disponible en Japón y Europa. Si lo consiguen digitalmente, tendrán que procurarse uno, porque se lo utiliza para prácticamente todos los ejercicios planteados. En mi caso, compré un stylus capacitivo muy barato en uno de esos emporios de fundas para celulares y les digo, funciona a la perfección. No se puede decir lo mismo respecto a su interpretación por parte del juego.

En más de una oportunidad noté que el software es muy caprichoso al reconocer tanto números como letras que escribimos en pantalla, lo cual nos hará perder valiosos segundos en cada ejercicio que se traducen en más años de edad para nuestro cerebro. Es como que necesitamos aprender los pequeños vicios que tiene el sistema para escribir un “nueve” como puede leerlo -tip gratis para ustedes: casi todo debe dibujarse de un solo trazo. No es algo molesto ahora que lo vengo jugando durante más de una semana, pero el tiempo de adaptación resulta frustrante, en especial para mi poca tolerancia a los resultados no tan favorables (confieso que borré mi perfil para empezar otra vez).

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Empecé con una edad cerebral de 81 años, y con una semana de ejercicio -aprendiendo además los ejercicios y los vicios del sistema- logré posicionarme a unos 41 años de edad cerebral, sólo cuatro años más de los que tengo realmente. Me preocupa un poco la cuestión de la memoria a corto plazo, ya que no puedo bajar de los 61 años, aunque reconozco que en efecto, tengo un problema serio con la memoria y es mi alto nivel de dispersión. Es cierto que no hay grandes novedades dignas de destaque en este regreso que pudo ser triunfal; que por momentos se siente como una versión un tanto reducida de los juegos que lo anteceden. Pero hay algo muy encantador, que me hizo activar la alarma interna del juego para que me recuerde entrenar -es muy buena, funciona incluso con la consola en stand by.

El test inicial está creado para retratarte como alguien que está en la curva final de la tercera edad; ninguno de ustedes se va a salvar de ser octogenario, o incluso peor todavía. Esto es a propósito, ya que la idea es que puedas graficar con precisión cómo, a través del juego, en efecto se logran resultados positivos en cuanto al funcionamiento de nuestra cabeza. Lo gracioso es que Dr. Kawashima’s Brain Training para Switch también se siente como un octogenario: después de todo, es un juego que conserva su ADN intacto desde hace 15 años y que no se molestó en agregar nada nuevo. Puede ser confianza absoluta en su propuesta, o puede que sea un pecado enorme de necedad. Depende con el cristal que lo mires. A mí me gusta verlo como un abuelo: cálido, entrañable, vestido con una impronta de décadas atrás, que en más de una ocasión nos recibe con una historia repetida, pero que escuchamos igual. Esos abuelos con los que es muy agradable estar. Por eso concluyo que es bueno que este abuelo haya regresado, porque la verdad es que lo extrañaba.

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