Habla Carme Coma, víctima del futbolista Hugo Mallo: “Intenté apartarlo y le grité ‘¡cabrón!’, pero nadie me escuchó”

“Esto me ha sucedido a mí delante de 20.000 personas y con cámaras de televisión. Imaginaos la cantidad de situaciones sin gente delante y solo con la palabra de uno contra la del otro”

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Momento en el que Hugo Mallo comete el delito.
Momento en el que Hugo Mallo comete el delito.

Fue en abril de 2019, en el estadio de Cornellà, casa del Espanyol. Partido frente al Celta de Vigo. 20.000 espectadores asisten al saludo entre los jugadores previo al pitido inicial. Es cuando el capitán del equipo visitante, Hugo Mallo, toca el pecho a una empleada de los locales. Carme Coma se encontraba bajo el disfraz de la mascota, donde introdujo una de sus manos el futbolista, según evidencian imágenes y relató la propia víctima ante el juez, que ha declarado al jugador culpable de un delito de abuso sexual y condenado a pagar una multa de 6.000 euros y otros 1.000 de indemnización por los daños morales causados. Coma ha contado cómo han sido para ella cinco años de un proceso que aún no ha terminado, ya que habrá recurso. Intervino este jueves en El Partidazo de la Cadena COPE.

“Me quedé en shock cuando ocurrió. Intenté apartarlo y grité ‘¡cabrón!’, pero nadie me escuchó porque estaba debajo del disfraz y en un estadio. Me dejó absolutamente chocada. No nos conocíamos de nada”, explicó al periodista Joseba Larrañaga. “Es cuando voy para casa con mi hermana cuando exploto y decido cuáles son los siguientes pasos”. Coma es consciente de que su lucha en los tribunales, ya victoria, aunque no definitiva hasta sentencia firme, puede ayudar a otras mujeres: “Esto me ha sucedido a mí delante de 20.000 personas y con cámaras de televisión. Imaginaos la cantidad de situaciones sin gente delante y solo con la palabra de uno contra la del otro. Si esto sirve para que estas personas se lo piensen dos veces, para que algo así no vuelva a suceder ni en un campo de fútbol, ni en una clase, un gimnasio... si alguien se lo tiene que pensar dos veces antes de hacer esto, ha valido la pena”.

Considera la víctima que no tiene que “esconderse de nada” y dice sentirse “reconfortada” porque el fallo le hace creer que “la justicia tiene sentido”. En un principio no fue así. Al año y medio de proceso, el juzgado de Cornellà archivó el caso. Ni el jugador ni su entorno habían contactado con ella, no había recibido ni una disculpa. Apeló y logró reabrir la causa. Fue este jueves cuando el titular del Juzgado de lo Penal 19 de Barcelona, el magistrado Salvador Roig Tejedor, dio a conocer la condena. “No pensé en tirar la toalla -afirma Coma- porque tengo una vida bonita, plena, estoy muy arropada por los míos, que me han acompañado y he tenido tanta paciencia porque no tenía prisa, solo quería que este acto tuviera un castigo y no quedara impune. Era mi único objetivo”.

“Llevo 5 años con presión, vergüenza y miedo”

También entrevistada en Radioestadio Noche, en Onda Cero, detalló por qué ahora revela su identidad: “Llevo cinco años con presión, vergüenza y miedo a que se supiera quién soy porque soy una persona anónima. Estoy satisfecha porque por fin el juez ha acreditado que lo que a mí me pasó es veraz. (...) Llevo callada este tiempo con medios detrás de mí para que hablara y no lo he hecho por respeto a mí y al proceso judicial, pero ahora que se sabe la sentencia me pregunto por qué me tengo que callar, por qué me tengo que esconder. Yo no he hecho nada malo”.

El futbolista Hugo Mallo durante el juicio en la Audiencia Provincial de Barcelona.
El futbolista Hugo Mallo durante el juicio en la Audiencia Provincial de Barcelona.

El juez considera probado que Hugo Mallo, hoy jugador del Aris de Salónica, en Grecia, “con la intención de satisfacer su ánimo libidinoso y de menoscabar la indemnidad sexual de la denunciante, le metió las manos por debajo del disfraz y le tocó los pechos”. El magistrado no ha pasado por alto que Mallo declaró que se limitó a saludarla dándole la mano, mientras que en los vídeos se ve “cómo una mano, la derecha del jugador, aborda la zona de la cintura alta”. “Hemos de concluir -se lee en la sentencia- que la prueba practicada tiene eficacia suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia que amparaba al acusado”. Roig Tejedor subraya la vehemencia, firmeza y tranquilidad de la víctima.

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