
La primera vez que Martin (de apellido Urrutia; Getxo, Bizkaia, 2005) vio una Game Boy fue en el rodaje del videoclip de su primer single —el primero inédito— de lo que será su álbum debut. A Martin, que le encantan los videojuegos y que no duda en mencionar la primera consola que tuvo, la Nintendo DS, durante su entrevista con Infobae España, se ríe ante el choque generacional que ha vivido en los últimos meses con su equipo creativo. De hecho, cuando salió aquella consola, en 2003, él no había nacido. Igual no estaba ni planeado. “Nunca supe que era tan pequeña y tan... O sea, nunca la había tocado ni visto”, revela a este medio.
El cantante de 20 años estrena este viernes Nuevos recuerdos, canción que define como “nostálgica y marchosa” y que inaugura su nueva estética, sonido y universo hasta el lanzamiento de su primer álbum, previsto para principios de 2026. Es su tercer single tras salir de la Academia de Operación Triunfo hace más de año y medio, programa donde quedó sexto. Primero llegó el primer tema que Universal Music Spain, su discográfica, se encargó de regalarles a cada uno de los 16 concursantes de su edición y que, en muchos casos, se empezó a gestar en aquella casa-plató ubicada en Terrassa a comienzos de 2024. En su caso se llamó Rompeolas.
Más de un año después, este pasado junio, llegó el siguiente single, aunque el primero que tenía un sonido más él, más Martin. No era una composición original, sino una versión de Nadadora, una canción del grupo de indie-pop Family, que fue lanzada en 1993. Y si fue un tema un poco más él fue gracias a la producción de Hidrogenesse, el dúo catalán formado por Carlos Ballesteros y Genís Segarra, con quien repite y también lo hará en su primera puesta de largo.
Si hacemos un repaso de los tiempos, hay quien dirá que sacar apenas tres singles en dos años no es nada —en realidad dos si no se tiene en cuenta que el primero era casi una imposición—. No solo está el hecho de que Urrutia también es actor —en abril protagonizó Mariliendre, un proyecto de Atresplayer y Suma Content, la productora de Los Javis—, sino que se ha tomado su tiempo para pensar, hacer, rehacer y ver con quién quería trabajar. Porque no es lo mismo que te guste el pop experimental de Ralphie Choo, TRISTÁN! o Teo Planell que querer hacer lo mismo que ellos. “Los tenía muy presentes como inspiración, pero claro, yo tengo que crear mi propia música”, se dijo. Por ese motivo, decidió empezar de cero en marzo de este año y dejar aparcado todo lo que comenzó cuando terminó el rodaje de la serie el verano pasado.
Pese a las más de tres décadas que separan a Ballesteros y Segarra con Urrutia, los choques generacionales, no solo en materia de videojuegos, han sido evidentes. Lejos de ser un problema, han sido todo lo que ha necesitado para encontrarse.

-Pregunta. Da la sensación de que, cuando saliste de OT, tenías medianamente claro lo que querías hacer y cómo querías sonar. Tenías de referentes, por ejemplo, a TRISTÁN! o Ralphie Choo. ¿Dirías que hubo un momento de darte cuenta de que lo que escuchas como fan no coincide con lo que quieres hacer como artista?
-Respuesta. Justo te iba a decir estas referencias. Yo entré en Operación Triunfo escuchándoles; justo estaban empezando a llegar a más audiencia y pensaba que era súper interesante lo que hacían. Creo que han marcado un punto importante en España y ahora lo están demostrando. Los tenía muy presentes como inspiración, pero claro, luego hay un punto de: “Yo tengo que crear mi propia música. Ver la diferencia entre lo que admiro o me puede inspirar artísticamente y lo que tengo que contar, investigar y crear”. Empecé con unas referencias muy claras, con una idea del sonido y de la producción, pero me di cuenta de que, joder, soy cantante y tengo una voz que quiero explotar. Al final había que darle importancia a lo importante y empezar de cero sin tanta expectativa. Empezar con una letra bonita, con una guitarra y una melodía, y de ahí puede todo crecer, ¿no? Me precipité mucho y creo que ahora ya me he encontrado.
-P. En febrero de este año publicaste en Instagram un post en el que decías que en marzo se venía música, algo que al final no ocurrió, imagino que por lo que acabas de comentar. A nivel creativo, ¿cómo viviste esos meses y lo que vino después?
-R. Fue el momento de darme cuenta de lo que es hacer un disco y de la implicación que lleva. Y de mis ganas de hacer algo que me identificara, especial, y con lo que estuviera a gusto a largo plazo. Fue como un proceso de hacer y deshacer. Yo tenía bastante prisa, un ansia interna que no me estaba beneficiando. Venía de hacer Mariliendre y veía a mis compañeros de edición con sus giras, sus discos, y yo todavía no había empezado con la música. Tenía como una prisa interna que nunca fue por parte de mi equipo, que se lo agradezco, pero decía: “Joder, me estoy quedando atrás”. Tenía ese duelo del corazón diciéndome: “Escúchate, todo lleva su tiempo, no corras”, y el cerebro diciendo: “Te toca ya, te toca ya, es tu turno”. Las fans también están todos los días recordándote que saques música. Pero es que no es eso, es escucharte y seguir el curso natural. En marzo sí que hubo un punto de inflexión que me hizo repensar un poco todo.
-P. Y coincidiste con Gara Durán en el estudio.
-R. Fue la primera sesión de estudio que tuve después de esta reflexión con mi equipo. Se lo conté. Le dije: “Me ha pasado esto, acabo de tener esta reflexión y quiero enfocar nuestras sesiones de estudio por otro lado”. Empezamos de manera muy sencilla, con unos acordes y unas ideas de letra, más que ya con sonido y con producciones desde el principio, que eso es lo que me atascaba. Con ella es verdad que empezó un poco todo esto.
“Tenía bastante prisa, un ansia interna que no me estaba beneficiando. Venía de hacer Mariliendre y veía a mis compañeros de edición con sus giras, sus discos, y yo todavía no había empezado con la música"
-P. ¿Va a estar la canción de Gara en el disco?
-R. Pues al final no ha entrado, pero está ahí. La verdad es que tengo muchas maquetas de la primera parte y de la segunda que tampoco han entrado. Están en un cajón, pero las tengo todas muy ubicadas. Tengo en mente que algunas canciones salgan después del disco. Algunas igual no salen nunca o mucho más adelante, pero sí. La canción se titulaba El faro, te puedo decir, aunque estaba sin acabar. Con ella conecté bastante.
-P. Y cuando empezaste a trabajar con Hidrogenesse, ¿cómo fue decir: “Vale, esto es lo que quiero hacer”?
-R. Venía de trabajar con ellos en El Destello, la canción que saqué con Juanjo. Habíamos quedado como buenos amigos y solíamos hablar. Además, mi equipo tenía la idea de trabajar con ellos. Veían un match muy claro que yo también veía y me parecía increíble pensar en que podían hacer conmigo un disco. Pero también había algo en mí que me llevaba a otros caminos. Al final he visto que con ellos hay un match buenísimo, que tienen un sonido precioso, mucha inteligencia musical y fue el punto de inflexión total que ha llevado a este disco, que al final está entero producido por ellos y que me encanta, la verdad.
-P. ¿Te esperabas que el proceso creativo fuese a ser tan lento?
-R. No. Yo creía que tenía todo muy claro, que iba a ser ir al estudio, hacer una demo, producirla y sacarla. Y para nada. Menos mal que no ha sido así, que podría, y luego habría llegado a esa conclusión más adelante con música fuera. Estoy contento de haberme podido parar los pies y decir: “Aunque vaya más despacio, quiero hacerlo más especial y mejor”. Estoy viendo que es un proceso largo y que así tiene que ser. Y que los artistas que se toman su tiempo en sacar proyectos luego vuelven fuertes y eso siempre me ha encantado. Entonces, si puedo hacerlo yo también...
-P. Cuando tú sales de OT, imagino que os pasará a muchos, no tenéis ni idea de cómo funciona la industria. ¿Impone? ¿Te imaginabas una cosa que no ha terminado siendo?
-R. Pues de primeras te diré que sí que me imponía verme en las oficinas de Universal con tanta gente, y de hecho bastante más mayor que yo. Luego hay gente también más joven y con la que puedes conectar más, que eso no me lo esperaba. Yo me imaginaba la discográfica con todo ejecutivos, ¿no? Pero ves que no es así, que tú llegas y hay muchísima gente joven, gente súper guay trabajando con la que conectas súper fácil. Y ahora, en este punto, estoy muy a gusto en Universal, con mi equipo que he conseguido formar. No empecé con uno con el que estuviera a gusto y ese fue el primer cambio que vi que tenía que hacer. Fui tocando teclas un poco inconscientemente para encontrar a la gente que pudiera entenderme en lo personal, más que en lo artístico. Después de tener un buen equipo, trabajar con ellos todo lo artístico ha sido una gozada, porque hemos estado todos en la misma onda todo el rato. Con este disco vamos muy fluidos. Tocar la tecla de Hidrogenesse ha sido muy guay. Ahora la verdad es que estoy a gusto en Universal y con la gente que he conocido.
-P. ¿Sientes algún tipo de presión? Porque los periodistas siempre os lo preguntamos: ¿Sentís presión por los números?. Y todos decís lo mismo, que no. Pero claro, luego a la gente la echan de Universal. ¿Cómo vives todo eso?
-R. Pues te diré que presión no siento porque confío en la música que estoy haciendo. Yo creo que para un artista, o al menos para mí, es que me guste y sentirme yo a gusto con lo que estoy haciendo. Si luego se escucha más o menos, pues tampoco se puede controlar. Obviamente, uno quiere que se escuche mucho, y ojalá. Pero sí, a veces pensar que depende un poco de eso, que estés o no ahí, te puede dar un poco de agobio, pero sinceramente, no lo tengo. Si me viene en algún momento, me vendrá. Ahora mismo veo también espera y apoyo de la gente que me sigue y estoy tranquilo. Así que lo que sea, será.

-P. Nuevos recuerdos suena mucho a Hidrogenesse. ¿Tienes un poco de miedo de que te digan que es un sonido excesivamente similar al suyo?
-R. Es verdad que esta primera canción es la más rara del disco y sí recuerda mucho a ellos porque es su manera de crear sonidos, que es manual. Su casa la tienes que ver. Tienen paneles con sintetizadores reales y van buscando la conexión para cada sonido. Es muy guay ver su proceso. Sí que puede llevar mucho a su sonido, que es muy concreto. Pero no, la verdad es que no me da miedo, porque creo que las canciones tienen un sello super mío. Son anécdotas mías muy personales, y creo que hay un empaste muy guay entre la producción, la voz y la letra. Así que, bueno, espero que la gente no diga: “Esto es puro Hidrogenesse y no veo a Martin por ningún lado”, pero sí que tiene su sello.
-P. ¿Has encontrado el sonido que buscabas en un principio o, a raíz de conocerles, has encontrado otro que se adapta también a lo que buscas?
-R. Creo que ha sido un descubrimiento. Esto me encanta, es algo en lo que me veo y que creo que también puedo defender en directo. Eso es importante pensarlo. Creo que hemos hecho un disco muy personal con un sonido que igual no me imaginaba tanto al principio, pero es muy guay. Conecto y me identifico.
-P. Me gusta mucho el concepto que tienes de nostalgia, porque me da la sensación de que hay gente que se aferra a ella como algo negativo y tú lo haces siempre como algo positivo. ¿Siempre has tenido esa relación con ella? Hay gente a la que le hace daño.
-R. Ya, y es muy fuerte. Yo nunca he visto el término de la nostalgia como algo negativo. Siempre me ha encantado la palabra desde que la descubrí. Para mí los recuerdos tienen una fuerza, aunque sean tan pequeños y tan concretos, pero que me pueden evocar e inspirar tanto en el presente, que es un término muy inspirador para mí. Nunca lo he visto como algo en lo que me quede atrapado y no pueda seguir adelante. De hecho, es la moraleja de la canción, ¿no? Recordarlos con cariño. Pero joder, el presente es esto.
Hay cosas pequeñas que me evocan mucho. Series que he visto de pequeño o relacionadas con mis hermanos o mi familia, cosas que haya podido vivir con ellos. Videojuegos a los que haya podido jugar, con bandas sonoras que me lleven a cuando tenía diez años, que son literalmente hace diez años, que no es como una gran nostalgia. Cuando hablo de esto mucha gente me dice: “Pero qué nostalgia, si tienes dos años”. Y es que no lo veo así, no lo veo como el pasado en el que me quiera quedar. Son cosas que me han pasado, recuerdos, pero que me transmiten mucho. No son simples recuerdos de: “Ay, qué bonito”. Es como: “¡Buah, este sonido, qué nostalgia!“.
-P. Si tuvieras que definir actualmente qué recuerdos son, como dice la canción, tus amuletos, ¿qué dirías?
-R. Mis amuletos ahora mismo pueden ser juguetes. He sido un niño que he tenido muchos muñecos, colecciones de cromos, de tazos. Todo este lore de muñequitos, de cositas, también es súper inspirador y decir: “¿Te acuerdas cuando comprabas una bolsa de patatas y te venía un tazo de Invizimals?”. O los Playmobil. Eso me parece increíble y era brutal vivirlo de pequeño. Con todo esto he jugado con mis hermanos hasta que estaba desgastado del uso; he sido un niño que ha jugado mucho.
-P. También hablando de recuerdos, ¿ha sido difícil para ti ver como tu entorno creaba recuerdos físicamente sin ti?
-R. Sí, sobre todo el primer año después de salir de la Academia. No quería estar en Madrid, quería estar con mis hermanos y seguir haciendo mi vida de antes. Y ha sido este primer año cuando ya he dicho que me toca mirar para adelante, hacer mi nueva vida aquí y a la vez volver y estar con ellos. No me pierdo nada y es parte de la vida tener un nuevo proceso y desenvolverme en otro entorno. Al final el tiempo es la calidad, ¿no? Este año por primera vez no lo echo de menos.
-P. Cada época tiene lo suyo.
-R. Es que el año pasado no podía ir porque no tenía tiempo. Estaba rodando Mariliendre en Madrid, estaba con mil cosas post-OT. Era: “Quiero ir ahí, quiero ir a mi lugar seguro”. Pero ahora que ya lo tengo accesible lo puedo compaginar a gusto con mi trabajo en Madrid, todo lo nuevo y lo guay que es estar aquí.
Objetivo cumplido: encontrarse a sí mismo
-P. ¿Cómo fue el proceso creativo con Hidrogenesse? Ya que nos concierne esta canción, ¿de quién fue la idea?
-R. Es verdad que cada canción ha tenido un proceso diferente, pero todo se ha reducido en nuestro chat de WhatsApp, que se llama Tres Bigotes. Por ahí hablábamos todo. Las tripas del disco están en ese chat: desde fotos, referencias de vídeos, de canciones, textos con estrofas, ideas mías, vivencias mías que les he contado en párrafos... Era el primer paso en cada canción: “¿Qué vamos a contar aquí? Estaría muy guay que una canción hablara de esto, que dijera esto, que el título fuera no se qué...”. Una lluvia de ideas entre los tres, porque ellos, claro, tienen un callo y una experiencia que de repente sueltan unas ideas... “Vamos a grabar una lluvia de una película y la vamos a meter en una canción”. Y de hecho, hay una canción que la tiene. Hay elementos muy especiales que dices: “Ostras, esto no me lo imagino en una canción”.
Primero había lluvia de ideas, pensar qué contar y luego buscar la estructura con los versos, las frases, ideas suyas, muchas de texto, luego mías. Y ya ellos iban probando sonidos para demos, siempre con un teclado súper simple, unos ritmos y un bajo. Me lo iban pasando, lo iba escuchando. Luego iba yo a Barcelona, grababa la voz y ya me iban pasando demos más avanzadas. Van muy capa por capa. “Vamos a afianzar este teclado y hasta que no esté no vamos a pasar a las baterías”. He oído muchas demos y siempre tenemos una broma interna entre los tres, que es que Carlos [cantante del dúo], y yo nos aferramos mucho a las maquetas, en plan: “¡Guau, qué bonita!“. Cuando Genís, que es más el que hace todos los toqueteos, nos pasa versiones nuevas, nos cuesta escucharlas.
-P. Tenéis maquetitis, básicamente.
-R. Sí, absolutamente. Y es muy gracioso ver como evolucionan y como hablamos entre los tres. Es un proceso súper inspirador y de súper aprendizaje.
-P. ¿Ha habido algún tipo de choque generacional entre vosotros?
-R. Sí. Cuando les contaba lo que me evoca el tema de la nostalgia, tú lo dices y suena como: “Ah, nostalgia”, qué vacía. Pues les costaba entender por qué yo quería hablar de cosas del pasado: “¿Por qué? Si eres un niño". Y yo: “Ya, pero...”. Y les he contado todo lo que te he contado a ti ahora. Hay bastantes cosas de choque generacional que no entienden tanto. Por ejemplo, cuando en un concierto, si hay una colaboración de un artista con otro y el colaborador no está, que lancen su voz, pues no lo entienden para nada. Ellos creen que el artista tiene que cantar todo. Encima ellos son muy de: “No lo entiendo, no me gusta”. Y ahí es cuando yo les explico. O al revés, soy yo en plan de: “Esto es muy raro”, porque tienen ideas también muy raras.
-P. Hablando de inspiración, me ha recordado a Barco de Venus de Mecano.
-R. Mucha gente me habla de Mecano, la mayoría, el noventa por ciento.
-P. Y también un poquito a la esencia de Los Punsetes y Los Planetas. Y en terreno internacional a una artista francesa que se llama Oklou.
-R. Pues qué buenas referencias, la verdad. Lo de Mecano, de diez personas que la han podido escuchar, me lo han dicho igual ocho. Sobre todo con Nuevos recuerdos y con alguna otra canción, igual por la manera de escribir, las letras, las cadencias o las melodías. Al final ellos también tenían mucho electrónico, puede evocar eso. Y es gracioso porque el jefe de Universal ahora es bajista de Los Punsetes, Luis [Fernández]. Mi mánager también es el mánager de Los Planetas. Y Oklou es super inspiradora, es muy guay. Qué buenas comparaciones, la verdad.
-P. ¿Te han inspirado artistas que a lo mejor tú no conocías pero que Genís y Carlos te han recomendado?
-R. Sí, muchos. Me han enseñado muchos grupos, me han hecho muchas playlists con referencias del sonido que podía tener el disco. Les he pasado yo también algunas cosas. Con ellos he descubierto a Doble Pletina, de Depeche Mode ya había escuchado bastante, pero a ellos también les gusta mucho y les he dado mucha escucha. Le Mans también los había escuchado, pero son muy amigos de ellos y también les he conocido después. Había un punto de súper cultura por su parte que me ha encantado.
“Les costaba entender por qué yo quería hablar de cosas del pasado: “¿Por qué? Si eres un niño”"
-P. La Game Boy que aparece en el videoclip, ¿es tuya?
-R. No. Yo nunca había visto una Game Boy.
-P. ¿Nunca habías oído hablar de una?
-R. Lo más primerizo que tengo es la Nintendo DS. Yo nunca había visto una... Nunca había sabido que era tan pequeña y tan... O sea, nunca la había tocado ni visto.
-P. ¡Choque generacional!
-R. Sí. Pues mira, también lo tuve con mi equipo de producción del vídeo.
-P. En el videoclip, apareces en una versión de videojuego. ¿Cómo surgió la idea de recrearte a ti como un personaje?
-R. Fue algo que yo siempre pensé y que lo hablaba con mi amiga Arrate, que está muy metida artísticamente en el proyecto. Es una artistaza. La verdad es que muchas amigas mías me habían inspirado un montón, pero esta idea es algo que tenía en mente. Lo propuse, le encantó al equipo y se pusieron manos a la obra a probar y a hacer versiones del muñeco y salió muy bien.
-P. A lo largo de estos meses has compartido mucho todo lo que te inspiraba a nivel visual, algo que a nivel sonoro coincide con lo que enseñas ahora. ¿Siempre has tenido esa facilidad para asociar las imágenes con los sonidos?
-R. Diría que en bachillerato empecé a conectar mucho con mi yo más artista y más inspirador. Fue gracias a mi grupo de amigos y amigas, que nos alimentábamos unos con otros y hacíamos muchos planes en Bilbao de ver exposiciones, ir a museos y ver cine. Fue una época buenísima. Me pasó con 18 y fue el despertar del qué me gusta y qué soy. Una inspiración total. Recuerdo esos años con mis amigas, Arrate, Regina, con las más cercanas a día de hoy de Bilbao, que estudian Bellas Artes, como un despertar. Fue empezar a ver el mundo con otros ojos, a apreciar mucho cada detalle y a capturarlo. De ahí nació también el término de bohemio, que luego cuando entré a OT noté que era lo que me definía. Se me quedó muchísimo y luego salí, flipé y dije: “A ver, bohemio. Yo qué sé, era una palabra que nos hacía gracia”. Ahora me gusta mucho la fotografía también y asociar todo un poco.
-P. ¿Dirías que tienes intuición? Hoy en día la sociedad vive un síndrome del impostor muy fuerte.
-R. A veces sí que lo tengo mucho, sobre todo en la industria musical. Veo a los artistas que hay en Universal o ahora mismo del panorama, y digo: “¿Qué quieren que haga yo? Pero luego hay otros días en los que veo mi proceso, mi ritmo y lo que estoy haciendo y digo: “Esto es especial, esto tiene un valor y creo que es guay” y me crezco. Pero la intuición, no lo sé. No sabría decirte de dónde viene. Simplemente, creo que sí que la tengo. Diría que soy intuitivo y que me fío mucho de ello y que ha sido la clave para llegar un poco a los puntos en los que estoy. Saber a quién hacer caso, cuándo hacerme caso a mí. También me he dado algún golpe y me daré.
-P. ¿Y el disco en qué punto está?
-R. Pues está entero grabado. Quedan dos canciones, que voy a Barcelona ahora, este último mes, y ya. Luego queda el proceso de hacer los mixes finales de todas, el diseño y todo esto, acabar los vídeos y en 2026 ya sale.

-P. ¿Hay fecha o todavía no?
-R. Hay mes, pero todavía no lo he dicho, así que me lo voy a guardar.
-P. También te estás dejando el pelo largo. ¿Tienes un papel?
-R. Yo soy un bocas. Hay algo por lo que no me estoy pudiendo cortar el pelo.
-P. Ahora mismo hay nueva edición de OT. ¿Cómo lo estás viviendo?
-R. Como fan tenía muchas ganas de engancharme. Yo estaba: “Voy a votar, voy a ver todo el 24 horas”, pero no lo estoy haciendo, la verdad. Estoy viendo todas las galas, les conozco a todos, me parecen súper majos y estoy viéndolo. Pero desde la distancia también. El primer día sí que pensé: “Joder, qué guay, están ahí, quiero volver”, pero a la vez es: “Buah, es que les toca a ellos”. Yo estoy en otra cosa. Estuve todo el programa, lo exprimí al máximo. Tengo ganas de ir y verles y de visita, eso sí. Lo estoy llevando guay. Quiero conocerlos.
-P. Y ya la última. He visto que te has creado Substack. La conocí en 2020...
-R. ¡Guau! Yo hace un mes.
-P. Es una aplicación maravillosa. ¿Qué tipo de contenido te gusta a ti leer?
-R. Pues todavía no he leído mucho. Empecé a seguir a algún artista, pero no he leído mucho. Es que no se me hace tan fácil leer en móvil. Me la instalé porque veía un espacio muy guay para acercarme a la gente que me sigue. A veces he pensado: “Joder, esta idea que estoy teniendo la tuitearía”, pero es que no he tenido Twitter y no quiero tener Twitter. Substack está bien para soltar ideas y pensamientos incluso más largos y que la gente pueda leerlo. Por ahora, bueno, he subido un par de tonterías, pero me gusta.
Últimas Noticias
Un escritor responde a Juan del Val tras asegurar que percibe “envidia por parte de escritores que no venden”: “Voy a hablar...”
“Me da cierto pudor decir ‘me tienen envidia’, porque suena pretencioso, pero me va bien y eso a algunos les molesta”, ha dicho el ganador del millón de euros en una entrevista con ‘El Español’

Arguiñano bromea con ser el próximo Juan del Val: “Como sigamos así, el año que viene me cae el Planeta”
Desde este 12 de noviembre está disponible su nuevo recetario ‘Cocina para todos: Las 560 recetas que nunca fallan’

Rosalía analiza varias de las canciones de ‘LUX’ y revela cómo ha sido la composición de su disco: “He estado un año solo leyendo y escribiendo”
La cantante catalana ha comentado varios temas de su último álbum, para el que afirma que tuvo que “crear un espacio” de lecturas que le ayudaran a escribir sus letras

Florence Pugh revela cómo el rodaje de una de las películas de terror más icónicas del siglo XXI la llevó a sufrir una depresión: “Me sometía a un infierno”
La actriz de ‘Midsommar’ explica hasta qué punto se sacrificó para dar vida a la joven protagonista de la famosa cinta de Ari Aster

David Trueba se pone firme con las películas de superhéroes: “No se pueden hacer constantemente porque incitan al fascismo”
El cineasta ya hizo referencia a esto en su novela ‘El río baja sucio’, publicada en 2019



