París, 17 abr (EFE).- El fútbol francés afronta una situación compleja, ante la incertidumbre sobre los derechos de televisión para la próxima temporada, después de que esta semana se oficializara el divorcio con el canal británico DAZN.
Esa cadena seguirá emitiendo los partidos hasta el final del presente curso, pero las cosas se presentan menos claras para el siguiente, después de que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) decidiera no proseguir la aventura hasta 2029.
Las diferencias entre la patronal del fútbol y DAZN parecen insalvables. La cadena exige 573 millones por incumplimiento del contrato firmado el pasado verano y por lo que considera "engaño" en las condiciones del mismo. A su juicio, la LFP le dijo que podía conseguir más abonados de los que realmente ha logrado, apenas medio millón, un tercio de los prometidos.
Los clubes propusieron que DAZN pague lo que resta de temporada, 140 millones, y una indemnización de entre 110 y 125 millones por las cuatro siguientes.
Unas condiciones que no complacen al canal británico, que tras el fracaso de la mediación propuesta por los tribunales asegura estar dispuesto a que sea la justicia quien diga la última palabra, lo que augura años de litigios que pueden colocar a los clubes, muy dependientes del dinero de la televisión, al borde de la bancarrota.
DAZN, que tiene los derechos de ocho de los nueve partidos de la primera división, propuso, por su parte, pagar lo que resta de temporada y renunciar a los años que le quedan, a razón de 375 millones por temporada, pero sin pagar ninguna indemnización.
O mantener el acuerdo actual con una fuerte revisión a la baja de la parte económica, entre 150 y 200 millones por año y una parte en variable ligada al volumen de negocios que se obtenga.
Ninguna de las dos propuestas de DAZN fue aceptada por la LFP, que ahora ve el futuro de una buena parte de los ingresos de sus clubes comprometido.
El hilo de la negociación no está totalmente roto con DAZN, pero la relación sí aparece muy deteriorada. Y la LFP ha ido quemando a todos los posibles canales susceptibles de venir a su rescate.
Primero acabaron con la paciencia de Canal+, el difusor histórico del fútbol francés, que se consideró maltratado cuando en 2018 vendieron los derechos al hispano-chino Mediapro por más de 1.000 millones de euros.
Cuando en medio de la pandemia Mediapro renunció al contrato y Canal+ recuperó los derechos de una temporada ya en curso, la LFP negoció a sus espaldas con el estadounidense Amazon, lo que motivó que el canal francés diera un portazo definitivo al fútbol galo.
Tres años duró la aventura con Amazon, sin que el operador estadounidense consiguiera rentabilizar el contrato, lo que le llevó a no proponer una nueva oferta.
A última hora, la LFP encontró una puerta de salida en DAZN, a razón de 400 millones por temporada, muy por debajo de los 1.000 millones que perseguían.
Pero ni con esa caída de las expectativas han conseguido que el canal británico se sienta cómodo, lo que apunta que se cierra una nueva puerta.
Varios medios apuntan a que ninguna cadena parece interesarse por un producto cuya imagen se ha deteriorado y en la que el suspense deportivo está muy deteriorado, ante el dominio absoluto que ejerce el París Saint-Germain.
En ese contexto, la LFP podría lanzar su propio canal, pero para eso necesita un capital inicial que los clubes no tienen, lo que convierte en imprescindible obtener una indemnización de salida de DAZN.
La situación puede ser muy peligrosa para los pequeños clubes, mientras que los grandes, menos dependientes del dinero de la televisión, tienen más opciones de supervivencia. EFE
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