Qué pasa si comes mandarinas todos los días

Esta fruta es rica en vitamina C mejora la salud de la piel y la circulación sanguínea

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La mandarina, una gran fuente
La mandarina, una gran fuente de vitamina C (Shutterstock)

La llegada del otoño trae consigo una nueva tanda de frutas, verduras y hortalizas que aportan los nutrientes que nuestro cuerpo necesita en esta época del año. Las naranjas, los higos, las granadas y las uvas son algunas de las protagonistas en las fruterías y la despensa de casa, del mismo modo que lo son las mandarinas. Por ello, muchas personas las consumen cada día como parte de sus hábitos alimenticios.

Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la mandarina es una fruta con un perfil nutricional muy completo y una aliada para la salud cuando se consume con regularidad. Aunque su contenido de vitamina C es menor que el de la naranja, sigue siendo una fuente importante de este micronutriente esencial. La vitamina C contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, favorece la formación de colágeno y actúa como un potente antioxidante que protege las células frente al daño oxidativo.

Además, la mandarina destaca por su aporte de provitamina A, superior al de la naranja. Esta vitamina, que nuestro cuerpo obtiene a partir de compuestos como la criptoxantina, es fundamental para la salud ocular, la piel y las mucosas. Según la FEN, la mandarina contiene unos 843 microgramos de criptoxantina por cada 100 gramos de porción comestible, una cifra que la convierte en una de las frutas cítricas más ricas en este carotenoide. La criptoxantina, además, tiene un efecto antioxidante, lo que ayuda a reducir el impacto del envejecimiento celular y el riesgo de enfermedades crónicas.

Otro punto a favor es su contenido en ácidos orgánicos, especialmente ácido cítrico y ácido málico, responsables de su sabor característico. Estos compuestos, presentes en menor cantidad que en la naranja, tienen una función interesante: ayudan a potenciar la absorción del hierro de origen vegetal y contribuyen a la alcalinización del organismo tras la digestión.

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Una fruta para comer cada día

La mandarina también es rica en flavonoides, unos compuestos vegetales bioactivos con efecto antiinflamatorio y protector cardiovascular. Entre ellos destacan la hesperidina, la neohesperidina, la nobiletina y la tangeritina. Estos flavonoides pueden contribuir a mejorar la circulación sanguínea, reducir la presión arterial y proteger las paredes de los vasos sanguíneos. Su consumo frecuente se asocia con una menor incidencia de enfermedades metabólicas y un mejor control de los niveles de colesterol.

Comer mandarinas todos los días, por tanto, puede aportar beneficios significativos al organismo: refuerza las defensas, mejora la salud de la piel y la vista, combate el estrés oxidativo y favorece la digestión. Además, su contenido en agua y fibra contribuye a mantener una adecuada hidratación y a regular el tránsito intestinal.

No obstante, como ocurre con cualquier alimento, la clave está en la moderación. Aunque su aporte calórico es bajo (unas 45 calorías por cada 100 gramos), un consumo excesivo podría incrementar la ingesta de azúcares naturales. Lo ideal es incluir una o dos mandarinas al día dentro de una dieta variada y equilibrada, aprovechando su temporada natural, que se extiende desde finales de otoño hasta comienzos de primavera.