El impacto del cierre del Estrecho de Ormuz en España: incremento del precio del combustible y encarecimiento de la energía

El Parlamento iraní ha aprobado el cierre del Estrecho de Ormuz, pero la decisión final depende aún del Consejo Supremo de Seguridad Nacional

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Las tensiones entre Irán y
Las tensiones entre Irán y Estados Unidos podrían poner en peligro el suministro del petróleo que circula por estrecho de Ormuz y disminuir además la producción en Irak.

En medio de una escalada bélica sin precedentes en Oriente Medio, el conflicto entre Israel y el régimen iraní ha generado un clima de incertidumbre internacional. Con la intervención directa de Estados Unidos, que en la madrugada de este domingo en Irán bombardeó tres instalaciones del programa nuclear del país, el escenario global presenta ahora mucha inestabilidad. Mientras Washington exige a Teherán alcanzar la paz y advierte que podría haber nuevas represalias militares si no hay un alto el fuego, las consecuencias geopolíticas amenazan con influir no solo en los países implicados, sino también en todo el suministro energético mundial.

Y es que, tras los ataques de Estados Unidos, el Parlamento iraní ha aprobado la propuesta de cerrar el Estrecho de Ormuz, aunque todavía no es definitivo. Tal y como ha explicado el general Esmaeil Kousari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento, en la radiotelevisión pública iraní, la Cámara “ha alcanzado la conclusión de que hay que cerrar el estrecho, pero la decisión final recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional”, y ha sostenido que “se hará cuando sea necesario”, según han recogido agencias como Europa Press y Reuters.

La relevancia estratégica del Estrecho de Ormuz

El Estrecho de Ormuz representa un punto esencial para la economía global. Por el corredor marítimo, de apenas 30 kilómetros de ancho, circulan el 20% del petróleo y un 30% del gas natural licuado, que abastecen gran parte del sistema energético mundial. Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak y Kuwait dependen de este paso para exportar sus hidrocarburos. Además, alrededor de uno de cada tres barriles de crudo a nivel mundial atraviesa ese estrecho, por lo que es una vía muy crítica para el abastecimiento internacional.

Si Irán cumple con su amenaza y bloquea el estrecho, incluso aunque sea solo parcialmente o por intervalos breves, los precios del petróleo y del gas podrían subir muy bruscamente, elevando la presión sobre los consumidores y la industria. Además, el comercio del petróleo se reduciría aproximadamente un 15%, según estimaciones recogidas por El Economista.

Y algunas consecuencias de este panorama internacional ya han llegado, porque desde el inicio de los ataques, el precio del petróleo ha aumentado en torno a un 5% desde que comenzaron los ataques. Esto, tal y como detallan desde La Sexta, es una reacción inmediata al temor de una interrupción en el suministro. El miedo a un colapso logístico y a que el estrecho se pudiera cerrar también ha disparado las cotizaciones del crudo en las últimas jornadas.

Previamente, por medio de las redes sociales, el mandatario calificó el ataque contra las tres instalaciones nucleares iraníes como un “momento histórico para los Estados Unidos de América, Israel y el mundo”

Cuál sería el impacto en España

España, aunque no importa petróleo de Irán de manera directa, tampoco está al margen de esta crisis. El país depende de proveedores como Nigeria, Estados Unidos, Arabia Saudí y México. Sin embargo, el mercado petrolero opera bajo la lógica de un producto homogéneo y global: cualquier alteración en el flujo mundial repercute en los precios para todos los compradores, y así lo ha advertido Rebecca F. Elliott, experta en el sector energético, en un análisis para el The New York Times. España, al igual que el resto de países, es vulnerable ante el efecto dominó de las tensiones regionales.

El resultado más probable en las próximas semanas, si Ormuz cierra su circulación, será la subida en el precio de la gasolina y el diésel. El alza afectaría también al sector del transporte y generaría una presión inflacionaria en la economía, con el encarecimiento generalizado de los precios. Por otro lado, la electricidad también podría encarecerse, dada la dependencia parcial del país respecto al gas natural y el petróleo. Ninguna economía europea estaría blindada ante una crisis de este tipo.

Warren Patterson, responsable de estrategia de materias primas en ING Research, señaló a Europa Press que este escenario incrementa el riesgo de bloqueos en el transporte marítimo y afecta los flujos de crudo desde el Golfo Pérsico. Según sus proyecciones, una interrupción considerable de estos envíos podría llevar el precio del barril hasta los 120 dólares y, si las restricciones se mantienen hacia fin de año, el Brent podría superar los máximos históricos alcanzados en 2008.