Barcelona, San Sebastián, Canarias, Mallorca, Cádiz o Málaga son solo algunos de los lugares donde se han celebrado multitudinarias manifestaciones para protestar contra un modelo de turismo al que tildan de insostenible, que solo genera riqueza a las grandes empresas y que ha disparado los precios de la vivienda. Pero España, o los vecinos Italia, Francia o Portugal no son los únicos que tienen problemas con la pérdida de calidad de vida y masificación que genera el turismo. El problema del turismo excesivo se extiende por ciudades y países de todo el mundo.
Y mientras que en España las medidas que se están tomando son locales y ligeras, rozando lo anecdótico, en otros países están tratando el problema de forma más tajante. Es el caso de Corea del Sur, donde las autoridades surcoreanas han anunciado controles y medidas más estrictas para proteger un distrito histórico de un barrio tradicional en el centro de Seúl, donde los turistas que han inundado las calles y causado conflictos con los vecinos. Se trata de Bukchon Hanok, una aldea situada en el barrio de Jongno. Es una de las zonas turísticas más populares, cada día acoge a miles de visitantes atraídos por las casas tradicionales coreanas llamadas “hanok”.
Restricciones para Bukchon Hanok
En un intento por aliviar las tensiones y controlar las multitudes, desde el próximo mes de octubre, las autoridades del distrito comenzarán a restringir el acceso. Será designada como la primera “zona de gestión especial” del país en virtud de la Ley de Promoción Turística de Corea del Sur. El toque de queda para los no residentes se reforzará diariamente entre las 10:00 y las 17:00 horas. Los autobuses chárter que transportan turistas estarán restringidos en varios tramos. El objetivo es reducir el tráfico y hacer que Bukchon esté “centrado en los peatones”, según las declaraciones de las autoridades que recoge la CNN.
También se designarán tres zonas codificadas por colores -rojo, naranja y amarillo- para permitir a las autoridades locales controlar y vigilar las aglomeraciones en las zonas más densamente pobladas. También se impondrán multas a los infractores, según las autoridades.
Un problema global
En Grecia, las quejas por la masificación turística llevaron al Gobierno a tomar medidas drásticas. Hace unas semanas, Kiriakos Mitsotakis, el primer ministro griego, anunció un conjunto de medidas dirigidas a reducir el impacto negativo que causa la afluencia masiva de visitantes. Entre las nuevas regulaciones se incluirán aumentos significativos en las tarifas de atraque para cruceros, así como un límite diario para las llegadas de estos barcos a ciertas islas populares como Mykonos y Santorini donde, además, las tasas subirán a 20 euros durante la temporada alta.
Mitsotakis señaló que el Gobierno también aumentará el impuesto sobre el alojamiento que pagan los hoteles y los alojamientos de alquiler de las islas, y que los ingresos se destinarán a las comunidades locales para ayudarlas durante la temporada alta. También explicó que los propietarios que ofrezcan alquileres a largo plazo, en lugar de los alquileres a corto plazo que generalmente se ofrecen a los visitantes internacionales, estarán exentos del pago del impuesto de alquiler durante tres años.