La cocina es el centro neurálgico de un hogar, el lugar donde preparamos la comida y tomamos el primer café del día, ese punto que se convierte en la mejor pista de baile de coreografías improvisadas y en el escondite en el que hacer las mayores confesiones en una noche de fiesta. Aunque este espacio tan esencial es donde también se congrega el mayor número de bacterias, hongos y gérmenes. Los estropajos y bayetas pueden llegar a albergar hasta 45.000 millones de microbios por centímetro cuadrado.
El estropajo es la herramienta clave para mantener la cocina reluciente y los platos y las sartenes limpias. Son varias las investigaciones que han identificado a estos artilugios como los principales artículos de cocina que suelen contaminarse de forma cruzada durante la preparación de una comida. Su uso constante, en diferentes superficies y con diversos tipos de alimentos los convierten en los principales focos de acumulación de bacterias, albergando casi más microbios que un inodoro.
Los gérmenes encuentran en estos artículos el lugar perfecto para crecer, ya que, suelen estar húmedos y tienen multitud de rincones donde multiplicarse. Además, cada vez que se limpian restos de comida, estamos alimentándolos y al usar agua caliente les proporcionamos la temperatura ideal para que sobrevivan y sigan reproduciéndose.
Cada cuánto hay que cambiar el estropajo
Puede que el estropajo ronde por nuestra cocina sin sustituto hasta que no adquiera un color un tanto sospechoso que nos lleve a darle sepultura. Sin embargo, seguramente lo tendríamos que haber tirado a la basura mucho antes. Boticaria García, la Doctora en Farmacia, nutricionista y óptico-optometrista más popular de la televisión, recomienda cambiarlo cada dos semanas. Comenta que varios estudios que han analizado la “porquería del hogar” han determinado que el lugar de la casa donde más bacterias hay es en la cocina, después del sifón del desagüe.
Por que hay más bacterias en el estropajo que en el cuarto de baño
Explica García que el estropajo alberga más microbios que el cuarto de baño porque “la taza del váter tiene una superficie que es lisa”, mientras que el estropajo tiene un parte que es porosa, donde se retiene la humedad y se acumula la porquería que da gusto”. Añade que en esta herramienta “las bacterias crían como conejos”. Apunta también como importante que “de cuanto mayor calidad sean, mejor”. Asimismo, acaba con la creencia de que con hervirlos o lavarlos con lejía bastará para eliminar esos microorganismos y asegura que “por seguridad alimentaria conviene cada dos semanas cambiarlos”.
¿Y los trapos de cocina?
El uso constante de los trapos de cocina también los convierte en el lugar favorito de las bacterias y microorganismo.s Por ello, se recomienda lavarlos a diario o cada dos días como máximo. Lo más adecuado es tener un paño diferente para cada uso: uno para secar los platos, otro para limpiar las superficies, otro para las manos... Para eliminar todos los gérmenes, lo mejor es meterlos en la lavadora y utilizar un programa de entre 60º y 90º.