La migraña es una enfermedad que, a menudo, tiende a menospreciarse al entenderla equívocamente como un simple dolor de cabeza. Sin embargo, son unos dolores punzantes en la cabeza que se acompañan de náuseas, sensibilidad a la luz, el sonido, el tacto y que pueden incapacitar a las personas. En España, más de cuatro millones de personas la sufren, siendo el 80% de ellas, mujeres.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa de discapacidad en mujeres de entre 15 y 49 años, puesto que los años reproductivos son aquellos en los que esta jaqueca se pronuncia más. Hay mujeres que únicamente sufren de migrañas durante la menstruación, lo que se conoce como migrañas menstruales y que suelen ser más graves y difíciles de tratar.
Una investigación de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) publicada en The Conversation ha descubierto que la progesterona, una hormona sexual que segregan los ovarios para preparar al útero para el embarazo, tiene mucho que ver también en la función neuronal. Mediante un estudio con ratones, los científicos hallaron que la progesterona puede hacer que las mujeres sean más susceptibles de sufrir migrañas durante la menstruación.
En el experimento observaron que los ratones hembra eran más sensibles al dolor al final del ciclo, cuando los niveles de las hormonas reproductivas ya eran más bajos. Para comprobar si la progesterona aumentaba su sensibilidad al dolor, extirparon los ovarios de estos ratones y eliminaron los cambios internos. Dado que un aumento repentino de estrógeno precede a la liberación de progesterona durante los ciclos reproductivos femeninos, administraron estrógeno seguido de progesterona o solución salina. Así descubrieron que los animales tratados con progesterona tenían una mayor sensibilidad al tacto, pero no los que fueron tratados con una solución salina.
Cómo se regula el dolor de la migraña
La hormona de la progesterona estimula unas proteínas que se encuentran en el cerebro, llamadas receptores de progesterona, y modula la expresión de diferentes genes. Estos receptores pueden tener cierta relevancia en la aparición del dolor, pues se encontraron algunas de ellas en las neuronas que forman parte de las vías del dolor de la migraña en el cerebro.
Los investigadores observaron que aquellos ratones sin receptores de progesterona en el cerebro, la hormona no redujo su umbral de dolor, sino que su activación mediante un fármaco aumentó la susceptibilidad. También reguló la sensibilidad a los estímulos mecánicos y al frío, pero no la sensibilidad a los estímulos de calor y luz.
La conclusión a la que llega el estudio es que los receptores de progesterona en el cerebro son una de las razones por las que las mujeres son más susceptibles a las migrañas, especialmente durante el periodo menstrual. Durante esos días, se dan unos cambios cíclicos en los niveles de progesterona que activan el receptor, lo que puede precipitar las migrañas.
Esto también significa que el receptor de progesterona es un posible objetivo farmacológico para prevenir o tratar las migrañas y que es necesario continuar estudiando cómo estos receptores aumentan la sensibilidad al dolor.