“La nueva inyección para ciertos tipos de cáncer de mama humaniza el tratamiento”

José Ángel García es responsable de la unidad de cáncer de mama del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y ha participado en la presentación de Phesgo, un nuevo tratamiento para el cáncer de mama HER2 positivo

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Jose Ángel García Saenz, responsable de la Unidad de cáncer de mama del Hospital Clínico San Carlos. (Carlos González)
Jose Ángel García Saenz, responsable de la Unidad de cáncer de mama del Hospital Clínico San Carlos. (Carlos González)

José Ángel García es responsable de la unidad de cáncer de mama del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y ha participado en la presentación de un nuevo medicamento que reduce los tiempos de tratamiento de una forma drástica. Con una simple inyección, las pacientes con cáncer HER2 positivo —aproximadamente el 20% del total— verán reducidos sus tratamientos, que solían durar mínimo, hora y media, hasta los cinco minutos.

El tratamiento ya está disponible en España tras ser aprobado durante el mes de mayo y es financiado por el Ministerio de Sanidad. El oncólogo atiende a Infobae España para explicar sus beneficios, que “normaliza” la enfermedad y resta estigma a las secuelas que deja la quimioterapia. El 38% de las mujeres que tenían esperanza de vida de pocos meses ahora alcanzan los ocho años. El camino, ahora, pasa por mejorar la calidad de vida.

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Pregunta: Tú ya has visto su impacto en el día a día, ¿en qué mejora las condiciones de las pacientes este nuevo tratamiento?

Respuesta: Pues por ejemplo, una mujer con un cáncer de mama que necesita un tratamiento crónico con pertuzumab y trastuzumab, en el mejor de los casos, la que llega a “mantel puesto” y tiene su silla, le cogen bien la vía, no le da reacción el tratamiento... Esa persona pasaba mínima hora y media en el hospital. El escenario más realista es unas dos horas y media. Hay que administrar los anticuerpos lentamente, vigilar las constantes... Pero este nuevo tratamiento es relativamente atóxico, no produce alopecia, no es quimioterapia como la hemos entendido siempre, poco amable. Es como tomarse un huevo duro, es recibir proteína. Se recibe por vía subcutánea y apenas tarda cinco minutos en ponerse.

P: Cambia la forma de ver el tratamiento.

R: Hasta ahora, una vez que se cronifica la enfermedad, las pacientes echan toda la mañana en el hospital. Entre que esperan, llega la enfermera, les toma las constantes, ven que todo va bien, que no hay infección... Todo esto les hace un recordatorio de su enfermedad, les hace ver que están enfermas. Incluso te fijas en que comentan con las nuevas enfermas cosas para que estén mejor. No pueden desconectar de su enfermedad.

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Ahora, con la inyección vía subcutánea, han conseguido administrar dos anticuerpos en una sola inyección, es el verdadero avance tecnológico de esta investigación. Se administra en cinco minutos. Todo esto permite una humanización del tratamiento, a las mujeres les haces sentir menos enfermas, es como los que vienen a ponerse heparina. Es como la insulina de un diabético. Se administra cada 3 semanas. Los médicos estamos muy acostumbrados a dar el mejor tratamiento para los pacientes, pero llega un momento en que la calidad percibida por el paciente es tan importante como administrar el mejor tratamiento.

Muchas pacientes me dicen “antes venía a las 9 y me iba a las 13.30, pero ahora puedo llevar a la nieta al colegio”. Es una normalización de la vida. Una de cada 11 mujeres va a tener cáncer de mama a lo largo de su vida. 35.000 casos al año en España y el 18% son HER2 positivo. El 90% de esos casos son estadios II, III y IV, que necesitan en algún momento doble anticuerpo como este tratamiento.

P: Suenan a avances, sobre todo, para la salud mental de los pacientes

R: Sí, ¿Por qué no somos eficientes e intentamos aprovechar lo que ya tenemos, manteniendo la eficacia y mejorando la salud mental del paciente? Otras nos dicen que ya no tienen que pedir el día en el trabajo.

Estamos avanzando tanto en el control de cáncer de mama que esas quimioterapias anacrónicas de la alopecia estamos intentando superarlas. Hay fármacos del s.XX que usamos porque hay necesidad, pero necesitamos mejorar el tratamiento oncológico. Afortunadamente, vivimos un punto de inflexión, al igual que en 1981 la palabra sida era muerte o hace 60 era la tuberculosis, ahora buscamos quitar el estigma del sufrimiento, opioides y alopecia del cáncer de mama.

La mejora en la calidad de vida de las pacientes es tanta que a veces llegas al punto de que no distingues al paciente de la persona que le acompaña. “¿A que no sabéis quién es la enferma?”, les pregunto a los residentes. Hace 8 años esto no era así.

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