Escuela y medio ambiente: qué plataformas promueven el trabajo colaborativo con científicos argentinos

El próximo sábado se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. En este artículo: por qué es una fecha relevante en el calendario y qué estrategias llevar adelante desde la educación

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Fotografía de archivo de la vista aérea de uno de los sectores de la Reserva de la Humanidad y Biosfera del Río Plátano. EFE/Gustavo amador/Archivo
Fotografía de archivo de la vista aérea de uno de los sectores de la Reserva de la Humanidad y Biosfera del Río Plátano. EFE/Gustavo amador/Archivo

Como todos los años, el 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Aunque, a decir verdad, a mí me gusta decir el Día del Ambiente, ya que la expresión medio ambiente no es correcta; su uso es una desviación idiomática que confunde. Pero, más allá de la cuestión lingüística, el día se celebra con la finalidad de sensibilizar a la población en el cuidado de los ecosistemas y en el respeto a la naturaleza. ¿Cómo podemos acompañar desde la escuela la celebración de esta fecha tan importante con una propuesta auténtica, que traspase los límites del aula y coloque a los estudiantes en el rol de científicos?

La efeméride fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Estocolmo, en el año 1972, en conmemoración de la apertura de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, cuyo tema principal fue precisamente el medio ambiente.

Según Naciones Unidas, los Días Internacionales nos dan la oportunidad de hacer visibles diferentes temas de interés, reflexionar y a su vez llamar la atención de los ciudadanos, de los medios de comunicación y los gobiernos para dar a conocer problemas sin resolver que precisan la puesta en marcha de medidas políticas concretas. En esta ocasión se plantea la necesidad de tomar conciencia e implementar acciones para restaurar los ecosistemas, ya que solo en los ecosistemas saludables se puede mejorar la calidad de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de biodiversidad. Ante este gran objetivo, propone para este 2021 que el Día Mundial del Medio Ambiente se centre en la restauración de los ecosistemas con el lema “Reimagina, recrea, restaura”.

Como docentes no podemos desaprovechar esta buena oportunidad para animar a los estudiantes a reflexionar sobre el respeto a la naturaleza y enseñarles a protegerla. La idea es que todos actuemos para asegurarnos ahora y en el futuro un hábitat más limpio y sano.

Pero… ¿cómo logramos que los estudiantes se comprometan en acciones auténticas y significativas, donde sean protagonistas reales en la generación del conocimiento como lo hacen los científicos?

La respuesta a esta pregunta viene de la mano de la Ciencia Ciudadana. Según el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, la Ciencia Ciudadana es “una investigación que integra el trabajo de científicos profesionales junto al ciudadano común para la construcción colaborativa de conocimiento”. De esta manera los estudiantes pueden participan en la toma de datos que luego comparten con equipos de científicos y contribuyen a generar conocimiento de una manera auténtica para el cuidado del ambiente.

Una pareja de flamencos mientras reposan en un humedal de la Patagonia. EFE/Ian Salas/Archivo
Una pareja de flamencos mientras reposan en un humedal de la Patagonia. EFE/Ian Salas/Archivo

Distintas plataformas digitales en Argentina promueven el trabajo colaborativo entre científicos y ciudadanos, algunas de ellos son:

ArgentiNat: “Contribuyendo con la Biodiversidad de la Argentina”. iNaturalist es la plataforma que permitirá promover la cultura de la observación, registro y divulgación de la biodiversidad, e impulsa la Base Nacional de Datos sobre Biodiversidad (BNDB). Con esta plataforma se podrá conocer más acerca de los ciclos de vida, distribución y dinámica poblacional de todas las especies que habitan en nuestro país.

Lab Ciudadano: Un proyecto de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires para el Observatorio de Higiene Urbana de la Ciudad. Su objetivo es precisar la cantidad y composición de los residuos domiciliarios porteños.

AppEAR: Es un proyecto del CONICET, una aplicación móvil que tiene como objetivo contribuir al mapeo del estado de los ambientes acuáticos continentales, con énfasis en el hábitat de sus riberas y costas, dentro de un marco de ciencia ciudadana colaborativa. Consiste en una aplicación móvil gratuita que permite a los usuarios evaluar el hábitat de ríos, arroyos, lagos y estuarios desde dispositivos móviles, a través de cuestionarios y fotografías.

Una central de energía en Drax, North Yorkshire. REUTERS/Lee Smith
Una central de energía en Drax, North Yorkshire. REUTERS/Lee Smith

Todo aquel amante de la naturaleza puede participar utilizando estas herramientas de Ciencia Ciudadana, y contribuir así al fortalecimiento de la investigación científica para el cuidado del ambiente. Estos proyectos tienen un enorme valor para la educación porque ponen a los estudiantes en el rol de científicos dándoles un poderoso instrumento de registro y toma de datos en tiempo real.

En Argentina llegó el momento de diseñar estrategias significativas para la enseñanza de las temáticas ambientales, ya que a mediados de mayo dimos un paso muy importante, el Senado de la Nación aprobó con 58 votos a favor la Ley de Educación Ambiental Integral con el objetivo de promover la educación ambiental e incorporar los nuevos paradigmas de la sostenibilidad a los ámbitos de la educación formal y no formal.

Es momento de ponernos en acción porque, como dice el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon, “cuando billones de personas unen sus esfuerzos a favor de una causa, es posible lograr un cambio”.

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