Sequía y ola de calor: anticipan caída de producción de leche, golpe a economías regionales y problemas de preñez en vacas

Se prevén menores índices de preñez y una caída superior al 10% en la producción de leche en enero respecto a diciembre. Grave situación de los sectores del té, la yerba mate y la horticultura

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En Misiones, crece la preocupación de las producciones regionales por la situación climática adversa.
En Misiones, crece la preocupación de las producciones regionales por la situación climática adversa.

La fuerte sequía que está atravesando amplias zonas productivas de Argentina hace ya algunos meses ha impactado con fuerza en los cultivos de verano, produciendo considerables pérdidas productivas en los granos gruesos que se traducen en miles y miles de millones de dólares que el país dejará de percibir en concepto de exportaciones. A esto hay que sumarle la ola de calor de las últimas semanas sobre el grueso del territorio nacional, que deterioró aún más la situación.

Las lluvias de los últimos días cortaron con las temperaturas por encima de los 40 grados y repuso en parte la humedad de algunas zonas productivas, pero la falta de agua en gran porción del territorio sigue siendo una preocupación para los productores, en especial los del norte y el centro del área agrícola. El impacto más evidente se dio en la soja y el maíz, con recortes de 9 y 8 millones de toneladas respectivamente, según los últimos cálculos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

A pesar de la atención se la llevan los granos por su importancia en la economía nacional, el agro incluye un compendio de actividades extremadamente variado y numeroso, a las cuales la falta de agua y el calor extremo afectan por igual, como se puede observar en la ganadería vacuna, la lechería y las economías regionales, golpeando su productividad.

En el caso de la actividad pecuaria, el combo sequía más calor trae consigo no solo dificultades para sostener o generar pasturas para los animales, sino que también llevan al límite la resistencia de los animales, con los consecuentes inconvenientes para asegurarle la debida alimentación e hidratación. Esto puede derivar en problemas productivos, no solo en lo que concierne a una baja en el peso del ganado, sino también reproductivos.

En diálogo con Infobae, el coordinador de la Comisión de Carnes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Martín Rapetti, repasó que las zonas del norte y el centro del país son las más perjudicadas por la falta de agua, pero que Corrientes, Misiones, Formosa, Chaco y zonas de Santa Fe son las más castigadas y a las que no llegaron en cantidad las lluvias de la última semana. Más allá que los productores daban por hecho otro año con el fenómeno climático de la Niña, no esperaban la magnitud que tomó.

“Todavía no podemos mensurar el desastre, pero sí pedimos que se declare la emergencia en las provincias afectadas por la sequía”, remarcó Rapetti, quien puso de relieve que hace ya varias campañas que las zonas productoras del norte acarrean un nivel de precipitaciones deficitario agravado de manera considerable por la ola de calor, que en el norte del país alcanzó marcas impensadas.

La ganadería afectada por la sequía y la ola de calor.
La ganadería afectada por la sequía y la ola de calor.

Para Rapetti, la principal consecuencia se verá en la reproducción de los animales. “Suponemos que la preñez va a bajar considerablemente. En primer lugar por las condiciones corporales de la vaca, con la pérdida de kilos y la falta de pastos. También por la espermatogénesis de los toros. Sumado a los excesos de temperatura, se hace un combo muy complicado, dándose una triste realidad para el campo”.

Si bien marcó que todavía no se registra mortandad en animales por estas cuestiones, sí destacó que la falta de pasturas, los incendios de los campos, la ola de calor y las dificultades para acceder al agua, sobre todo en épocas donde las vacas pueden consumir 100 litros al día, ponen en mayores apuros a los productores más pequeños, que cuentan con superficies más chicas que disponen de menores recursos.

Es por eso que Rapetti remarca la necesidad de que “los gobiernos tienen que empezar con las ayudas por desastre. Los granaderos estamos necesitando créditos a tasas más blandas y ayudas de los estados provinciales con las declaraciones de emergencia. Eso ya fue tratado por las entidades, pero algunos gobiernos la patean para adelante para hacer más caja”.

Lechería

Los problemas de la lechería son similares a los de la ganadería por obvias razones, pero a diferencia de ésta última, el impacto productivo se siente de inmediato, ya que la obtención de leche es un procedimiento diario, en el que cualquier efecto adverso que pueda generar la sequía y la ola de calor se nota casi al instante, cuestión que sucedió, ya que la caída en la producción ya es palpable para el sector.

Si bien el director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), Jorge Giraudo, consideró que la sequía no solo afectará las pasturas, sino también la disponibilidad de maíz de calidad para alimento animal, puso mayor énfasis en los efectos que tuvo la ola de calor en las vacas. “Cuando están sometidas a un nivel de temperatura tan alto, el animal empieza a perder confort y no puede expresar su potencial genético, que es dar los litros de leche que permite su genética y su alimentación y allí se comienza a perder producción”.

Tambos de Entre Ríos afectados por la sequía. Proyectan una merma en la producción de leche.
Tambos de Entre Ríos afectados por la sequía. Proyectan una merma en la producción de leche.

Según destacó Giraudo a este medio, entre octubre y abril se produce una baja productiva estacional y, comúnmente, entre diciembre y enero se da una caída del 9% en los volúmenes de leche obtenidos. Hoy, con la sequía y el calor, ese porcentaje se acrecentó hasta superar el 11%, con tambos que registraron pérdidas de hasta el 20%. Esta situación se da en un contexto donde la actividad exhibe problemas de rentabilidad, sobre todo en el encarecimiento de la relación insumo-producto.

No obstante este panorama, el especialista destacó que gran parte de los establecimientos productivos adaptaron y transformaron su infraestructura para hacerle frente de una manera más eficiente a este tipo de situaciones. “Se ha trabajado mucho en estos años en instalaciones de ordeñe que permitan mitigar esos efectos del estrés dándole mayor disponibilidad agua en calidad y cantidad, elaboración de sombras naturales, ventiladores, aspersores, dietas frías… Todo eso tuvo un efecto favorable y si esta situación nos encontraba sin esas mejoras, las pérdidas hubiesen sido mucho mayores”.

Economías regionales

Por supuesto, el enorme abanico de actividades que encierra el concepto de economías regionales no fue la excepción, aunque que por su heterogeneidad la afectación de los sectores fue diferente. Sin embargo, a la falta de lluvias y a la ola de calor, hay que sumarle la granizada y temporales ocurridos en la zona de Cuyo y del sur de la provincia de Buenos Aires, golpeando de manera particular a la olivicultura y a la horticultura.

El director de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Pablo Vernengo, realizó un repaso de las regiones golpeadas por esta dura realidad del campo, entre las que se destacan por las pérdidas casi todo el norte del país, Corrientes, Misiones, Entre Ríos, las provincias cordilleranas con Catamarca o Mendoza, y la zona central del territorio nacional.

Momento complicado para las economías regionales en Misiones.
Momento complicado para las economías regionales en Misiones.

Las principales actividades afectadas, entre las decenas que se pueden contabilizar con problemas, son las de producción de té y yerba mate en Misiones, cuyas cosechas caerán en volumen con seguridad según los productores relevados por CAME, el tabaco, la fruticultura en el NEA y NOA, y, en especial, la horticultura, que no solo se vio severamente condicionada por la ola de calor que se vivió a lo largo y ancho del país, sino también por el aumento de los costos que deberán afrontar por duplicar la utilización del riego para mantener con vida los cultivos ante las altas temperaturas. A esto hay que sumarle otras inclemencias climáticas, como granizadas en Catamarca y Mendoza o temporales como en la zona de Mar del Plata.

“Lo importante es cómo salir de esta situación, cómo se puede volver a arrancar”, remarcó Vernengo y puntualizó: “Ya sabíamos que se venía una campaña comprometida por la sequía y le pedimos al Banco Nación lineas de crédito específicas con periodos de gracia de 12 meses, no de seis como son los habituales. Necesitamos que haya una bajada rápida de ayuda a los productores”.

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