El salario de los empleados registrados le ganó a la inflación en abril y superó el nivel que tenía en diciembre de 2019

De acuerdo al índice Ripte, que mide una parte de los ingresos formales privados y públicos, crecieron 9,8% contra un IPC de 8,4% por el impacto de las paritarias. En la comparación anual siguen debajo del ritmo de precios

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Una trabajadora de la empresa argentina Visuar fabrica un electrodoméstico, en una fotografía de archivo. EFE/ Enrique García Medina
Una trabajadora de la empresa argentina Visuar fabrica un electrodoméstico, en una fotografía de archivo. EFE/ Enrique García Medina

Un índice que mide la variación de los salarios de los trabajadores registrados, tanto privados como públicos, registró un abril una mejora de 9,8%, por lo que esos ingresos así superaron el ritmo de inflación de ese mes, que fue de 8,4 por ciento.

Así lo reflejó el índice Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), que es uno de los elementos tomados en consideración, por ejemplo, para determinar el porcentaje de aumento de las jubilaciones y las asignaciones universales. Tiene un alcance limitado en comparación con otros muestreos que hace el Gobierno, de hecho suele ser denominado el índice de los salarios de los trabajadores “estables”.

El Estado tiene distintas maneras para medir la evolución de los salarios en la economía. El Ripte contempla la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que reciben los trabajadores bajo relación de dependencia y declarados en forma continua durante los últimos 13 meses. Es decir, empleados privados asalariados.

Es, de todas formas, un muestreo menos amplio que el índice de salarios que publica -también con frecuencia mensual- el Indec. En ese informe el organismo estadístico desagrega al mercado laboral entre formal privado y público, por un lado, e informales por otro. El correspondiente a abril se dará a conocer el último día de junio.

El propio Ministerio de Trabajo, encargado de medir y publicar el índice Ripte, hizo en su última presentación una aclaración sobre la representatividad de la cifra. “Este indicador fue elaborado como un insumo para determinar la movilidad jubilatoria (uno de los dos indicadores salariales que utiliza el índice de movilidad) pero no necesariamente refleja el comportamiento de los salarios correspondientes al empleo asalariado registrado del sector privado”, indicaron.

Fuente: Observatorio del Derecho Social
Fuente: Observatorio del Derecho Social

“Las características metodológicas del RIPTE elaboradas en función de los objetivos que persigue el indicador, plantean un conjunto de definiciones sobre el empleo y los conceptos salariales, que no incluyen a la totalidad del empleo asalariado registrado privado ni a todos los conceptos salariales que perciben”, concluyeron.

La carrera contra los precios

Con esa aclaración hecha, el Ripte de abril indicó una mejora nominal de las remuneraciones formales de 9,8%, por encima del 8,4% que midió el Indec de inflación ese mismo mes. Según estimaciones privadas, en términos interanuales aún muestra una pérdida pero sí volvió a ubicarse por encima del nivel que tenía en diciembre de 2019, cuando se inició el gobierno del Frente de Todos.

Para Luis Campos, director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, entre las explicaciones está la propia dinámica de las negociaciones paritarias del sector privado y público. “Se suman algunas revisiones de la paritaria 2022/23, que como se habían quedado cortas tuvieron nuevos aumentos en los primeros meses del año, a las primeras cuotas de la paritaria 2023/24, que se hicieron efectivas fundamentalmente en marzo y abril”, mencionó ante Infobae.

“Además, el Ripte no solo incluye el sector privado sino también el público, que en marzo tuvo aumentos muy fuertes (el índice de salarios del Indec había dado arriba del 16%). Habrá que ver si todo esto se sostiene en los meses siguientes y si no hay una retroalimentación precios-salarios, pero me parece que los elementos que explican ese comportamiento del Ripte fueron esas”, concluyó.

Por su parte, el Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (Geres), estimó que “el salario promedio de los trabajadores estables, medido en términos reales, mostró una suba de 1,3% mensual y una caída de 1,7% interanual. En enero-abril registró una disminución promedio de 3,6% respecto de igual período de 2022″, explicaron.

Los salarios no registrados avanzan mucho más lento que la inflación
Los salarios no registrados avanzan mucho más lento que la inflación

Al observar una foto más amplia, tanto Geres como Luis Campos detectaron que el salario medido con esta metodología volvió a ubicarse por encima del nivel que tenía cuando inició el mandato de Alberto Fernández. “Luego de cinco años consecutivos de caída (2018-2022), el salario real se ubicó un 22,0% por debajo de abril de 2013 (pico de la serie para ese mes) y apenas 0,6% por encima de diciembre de 2019 (peor registro de la gestión macrista)”, indicó el centro de estudios.

Por su parte, el director del Observatorio del Derecho Social alertó que, al tomar los últimos doce meses, el indicado sigue dando en rojo para las remuneraciones. “Esta recuperación se da en el marco de una aceleración de la carrera precios - salarios. En abril el Ripte creció un 105,2% interanual contra una variación del IPC del 108,8%”, consideró.

Una particularidad es que los dos meses de mayor aceleración inflacionaria del gobierno del Frente de Todos tuvieron un ritmo de aumento del salario de los trabajadores estables por encima de ese número. En marzo, con un IPC de 7,7%, el Ripte también había crecido 9,8%, tal como lo hizo en abril. En febrero, por su lado, el Ripte creció 8,4% contra un 6,6% de inflación. Enero, así, fue el único mes en que el indicador terminó por debajo del IPC: 3,8% versus 6% de suba de precios.

La medición del Indec que refleja de manera más amplia la evolución del salario, como fue dicho, llega hasta marzo. Esa información mostró que en términos interanuales los ingresos, en promedio, crecieron 102,4% con una inflación interanual de 104,5 por ciento. En detalle, los salarios registrados quedaron arriba (106,8%, aunque explicado centralmente en los empleados públicos, con un 111,8% y privados en 104%), mientras que los no registrados están muy por debajo de la evolución de los precios: sus ingresos apenas variaron 81,2 por ciento.

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