Sin reservas, el Gobierno sigue siendo espectador del alza del dólar y la tensión de los mercados

La indefensión para frenar al billete norteamericano es absoluta porque el Banco Central no tiene el mentado poder de fuego para enfrentar la demanda

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Foto de archivo. Un operador hace una pausa en su trabajo diario en la bolsa de comercio de Buenos Aires, Argentina. Aug 16, 2007. REUTERS/Marcos Brindicci (ARGENTINA)
Foto de archivo. Un operador hace una pausa en su trabajo diario en la bolsa de comercio de Buenos Aires, Argentina. Aug 16, 2007. REUTERS/Marcos Brindicci (ARGENTINA)

“Todo lo que se pueda, se convierte a dólares”. La frase del analista financiero Franco Tealdi definió la intensa rueda de ayer donde el “blue” subió $20 a $337 y los dólares financieros aumentaron hasta $22,67 (+7,5%) a $326,09, como fue el caso del dólar MEP. El contado con liquidación subió $21,07 (+6,8%) a $329,52 cuando se hizo contra el bono GD30C (cable), que bajó 5% y cuyas operaciones están limitadas por sugerencia de la Comisión Nacional de Valores para evitar que aumente más.

Como había una intensa demanda, las operaciones se volcaron a los Cedears, los certificados de acciones y bonos que operan en la bolsa de Nueva York, donde se operaron nada menos que $13.335 millones un volumen que es récord y casi duplica a lo negociado el día anterior y cuadruplica a lo que se operaba hasta hace un mes. La suba de este dólar tiene que ver con el aumento del volumen de negocios porque los certificados se pagan en pesos a la cotización del dólar contado con liquidación.

Nuevamente, para eludir la vigilancia del Banco Central, las operaciones se hicieron a través de Euroclear, la más grande cámara compensadora del mundo, que permite poner los dólares en el exterior. El contado con liquidación contra acciones cotizó a $333,75.

El dólar mayorista continuó con su ritmo de apreciación y subió 20 centavos a $129,60, pero el Banco Central tuvo que vender USD 50 millones para pagar importaciones de energía y las reservas bajaron USD 57 millones a USD 39.679 millones.

“El mercado arrancó temprano y había rechazo a todo activo argentino. Los bonos de la deuda en Nueva York abrieron con bajas de entre 2 y 3% y luego se aceleró la caída”, explicó Tealdi. Por caso bonos como el Global 2048 perdieron 8,41%.

La baja de los bonos de la deuda elevó el riesgo país a 2.838 puntos básicos y no son pocos los que los ven en 3.000 puntos. Ya están en precio de default porque este era el nivel que tenía en agosto de 2020 con bonos defaulteados.

El Banco Central en un intento de atenuar semejante golpe emitió una circular que permite a los turistas cambiar sus dólares en las casas de cambio o bancos al precio del MEP. El problema es que las entidades tienen que hacer el parking de 48 horas de los bonos. El dólar paralelo seguirá siendo la salida. Esta medida tiene destino de fracaso y muestra cuanta “calle” le falta a los que buscan estos paliativos. Los turistas vienen de compras a pasear y no a hacer colas en casas de cambio dos días para comprar pesos a un valor incierto porque lo van a conocer 48 horas después. Por otra parte, ¿qué viajero estará dispuesto a llenar declaraciones juradas por la venta de sus dólares?. En su imaginación aparecerá el riesgo que puede correr al regreso si piensan que infringió alguna regla en la operación.

Otra medida para atenuar la fiebre el dólar fue limitar la compra de ADR’s o Cedears, a las empresas. Se les dio un cupo de USD 150.000 dólares que los privará durante 90 días de comprar dólares a precio oficial si deben realizar pagos al exterior o importar. El dólar con este obstáculo se va a encarecer porque va a trabar las importaciones, aunque tienen la alternativa de hacer las operaciones con bonos. Pero acá también hay trabas porque la Comisión Nacional de Valores sugiere a los operadores que no operen contra el GD30C, que es el título que se utiliza para comprar y vender este dólar. La indefensión para frenar al billete norteamericano es absoluta porque el Banco Central no tiene divisas. Se quedó sin el mentado poder de fuego.

Pero no solo los bonos en dólares fueron los perdedores. Los títulos en pesos también tuvieron una elevada oferta porque los tenedores de bonos CER o a tasa fija querían pasarse a dólares. El Boncer 2023 perdió 1,84%.

Los ganadores fueron los bonos dollar linked que, al ajustar por el precio del dólar oficial, cubren contra una devaluación que el mercado ve cada vez más cercana. Estos bonos subieron entre 2 y 4,50%.

También atacaron al mercado de futuros donde el Banco Central intervino fuerte en los plazos agosto y setiembre. Fin de año cerró a $182,75 (+1,08%) y fin de setiembre terminó 5,64% más caro que agosto. Esta diferencia hubiera sido mayor de no mediar la intervención del Banco Central.

La Bolsa operó un volumen elevado de $2.243 millones. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 4,73% en pesos y cayó 2% en dólares. Una gran rueda que quedó opacada por la suba de la divisa es un ejemplo de la inversión que elige hoy el ahorrista y el gran inversor.

Ayer no había vendedores y esto trae consecuencias. Cuando la gente ve que el dólar sube diariamente, retrasa pagos, se pone en mora, aumentan los incumplimientos porque sabe que los dólares van creciendo más que las multas o los intereses. También desalienta los plazos fijos en pesos y los depósitos UVA a 90 días. El dólar en una rueda, subió lo que un plazo fijo en un mes.

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