“Servicio a domicilio, total discreción”: así promueven por redes el boom del delivery de dólares en el mercado paralelo

Menos clientes, más entregas en moto y un perfil de cada vez mayor edad con menor poder adquisitivo. Cómo los más jóvenes fuerzan la adopción de la moneda estable cripto USDT

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A pesar de que se levantaron las restricciones al movimiento, avanzada la pandemia los cambistas informales no logran que sus clientes se acerquen a las oficinas (Sarah Pabst/Bloomberg)
A pesar de que se levantaron las restricciones al movimiento, avanzada la pandemia los cambistas informales no logran que sus clientes se acerquen a las oficinas (Sarah Pabst/Bloomberg)

Mientras la tensión cambiaria en cercanía de elecciones empuja al precio del dólar en el mercado informal por encima de los $200, el dólar libre –o blue– que juega un rol importante en tanto referencia para el valor de la divisa en todo tipo de transacciones de la vida cotidiana se opera en un mercado deprimido. Operadores de cuevas y financieras de la City porteña hablan de una reducción de la cantidad de gente que se acerca “al mercado”, de la preferencia casi total por el dólar delivery y de un avejentamiento de la edad de la clientela dado que los ahorristas más jóvenes se vuelcan cada vez más al dólar MEP y a las criptomonedas para hacer operaciones de cambio.

Son operaciones, nunca está de más aclararlo, que se hacen un mercado paralelo, que no es legal. Con todo, en medio de controles cada vez más férreos, es la única manera de acceder en de manera libre al billete americano.

“Todo el mundo me pide delivery”

El dólar libre llegó hoy a los $205 por unidad y la brecha cambiaria superó así el 104%, es decir que el precio informal más que duplica el del mercado formal mayorista. La señal problemática que genera esa brecha se traduce en un apetito siempre presente por dolarizarse entre personas y empresas, pero ello no implica que las cuevas y financieras que componen al mercado bullen de actividad. Sino más bien todo lo contrario, según operadores con los que habló Infobae cuyos nombres se reemplazan por siglas porque su actividad es ilegal.

“Todo el mundo me pide delivery”, cuenta H.L. quien desde hace varias crisis cambiarias trabaja en una pequeña oficina del microcentro que se enfoca en clientes minoristas.

“El volumen cayó muchísimo por varias razones. La principal es que el precio del dólar se escapó mucho y entonces los ingresos no alcanzan para comprar grandes cantidades. Y además hoy tenés muchas opciones como el dólar en la Bolsa o las cripto que hacen que sólo los clientes más grandes, que tienen la costumbre de acercarse a la oficina, lleguen hasta acá. El resto se maneja todo en moto”, explicó.

A los cambistas, algunos con décadas en el mercado y otros recién llegados que se sumaron a las filas de financieras después de perder otros trabajos, les llegó también la nueva normalidad. La cuarentena estricta que se ensayó como primera respuesta a la pandemia vació al microcentro de trabajadores y, después de un parate obligado por las restricciones al movimiento, retomaron en la segunda mitad del año pasado forzados a trabajar a distancia. Un ejército de motoqueros se encargan de pasar a buscar los pesos y entregar los dólares, o viceversa, a cada cliente en distintos puntos de la Ciudad.

“El minorista desapareció del mercado blue, incluso del de delivery”

La relajación de las restricciones de los últimos meses devolvió a buena parte del público al centro de Buenos Aires, pero los primeros pasos de lo que se aspira sea la pospandemia no se parecen en nada a la prepandemia.

“Lo grande –N. de la R.: operaciones por montos importantes– hoy es todo presencial en Microcentro y corredor Norte”, dijo M.M., un operador del mercado con conexión a las principales financieras que sostienen a la plaza.

“Igual, hoy lo grande son USD 20.000 o USD 25.000 de una sola vez, las operaciones de más de USD 100.000 desparecieron”, agregó el mismo operador.

Según explica, productores y exportadores que tienen oficinas en el centro que volvieron a funcionar están otra vez en las oficinas de financieras. Pero con menos volumen y necesidades muy específicas. El mercado de arbolitos y pequeños negocios dedicados al cambio informal como primera o segunda actividad no desapareció pero se redujo mucho.

El dólar libre cotizó a 205 pesos, récord histórico para la cotización paralela (REUTERS/Rick Wilking)
El dólar libre cotizó a 205 pesos, récord histórico para la cotización paralela (REUTERS/Rick Wilking)

“El delivery es el otro sistema, lo hace mucho el comercio chico o algunos supermercados o autoservicios que se pasan a dólares. Pero no hay minoristas, el minorista desapareció del mercado blue, incluso del de delivery”, agregó el segundo operador.

Las causas que esgrime para explicar los cambios son similares a las de sus colegas.

Para quienes tienen ingresos en blanco la compra de dólar libre no tiene sentido, en el mercado de bonos el Banco Central subsidia la compra de dólares MEP mediante la venta de reservas internacionales. Comprar un dólar con el título Bonar 30 cuesta hoy $183,53, mientras que el dólar informal cotizó a $205. Ese dólar MEP se sostiene bajo porque la entidad conducida por Miguel Pesce hace que se mantenga más de $20 por debajo del blue.

“La gente mayor de clase media tiene pocos ahorros, no tiene ganas de salir. Hoy el tema de robos es preocupante para todos y para los mayores más”

En todo caso, explica, la venta a precio de liquidación que hace el Central en el mercado MEP ha hecho revivir en cierto grado al “puré”, dado que los dólares comprados a $183 y revendidos a $198 permite hacer un modesto 3% de diferencia en pesos que se suma a los ingresos mensuales.

“Son volúmenes chicos. Arbitrajes como el MEP a blue y, algo más sofisticado, el que vende un bono, se pasa a pesos y los cubre con blue”, cuenta M.D., un cambista que trabaja en el mercado desde 1979 y que hoy recorre la ciudad en su moto.

De la prepandemia a esta nueva normalidad, el traslado de oficinas de financieras a una red de motos que van casa por casa o comercio por comercio es un cambio muy notorio.

“Dos cosas llamativas son que hay mucho más delivery que antes y también es más la gente que no tiene inconvenientes de que le acrediten fondos en sus cuentas, porque encuentran formas de justificar el movimiento sin problemas con la AFIP”, señaló a Infobae.

El operador que trabaja en una serie de financieras porteñas también admite que el factor edad define mucho a sus clientes.

“La gente mayor de clase media tiene pocos ahorros, no tiene ganas de salir. Entonces cada operador tiene su núcleo de clientes. Hoy el tema de robos es preocupante para todos y para los mayores más”, dijo y agregó que, cuanto más baja la edad de los clientes, más diferente se han puesto las transacciones.

“Con billeteras digitales, criptomonedas estables, MEP y otros desarrollos que ha habido el cliente más joven tiende a moverse por su cuenta sin recurrir a vos. Algunos servicios ofrecemos, por ejemplo la stablecoin USDT que se usa mucho para transferir dinero al exterior. Aunque tiene costos, es mucho más práctico que el clásico dólar cable así que se está empezando a usar mucho para mover dinero entre países dado que hay muchos chicos que se fueron del país y por ahí conservan cuentas acá a las que entran y sacan dinero”, explicó.

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