Los exportadores aceleraron la liquidación de sus divisas porque esperan que se inicie un atraso en el tipo de cambio

El Gobierno sigue pensando en devaluar alrededor de 30% en el año como manera de contener los precios y evitar que la suba de los granos y las carnes en los mercados del exterior se vuelquen al ámbito local

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El Banco Central continuó desacelerando el ritmo de devaluación. Si sigue subiendo al dólar mayorista menos que la inflación esperada, habrá un retraso cambiario inevitable. Hoy el ritmo de devaluación está por debajo de 40%. Ayer el dólar subió 10 centavos a $ 88,27. En dos días subió 27 centavos contra los 41 centavos del lunes y martes de la semana pasada. Por eso, los exportadores se están apresurando a liquidar sus stocks porque ven que el tipo de cambio se va a atrasar cada vez más.

Ayer en la plaza mayorista se operaron USD 233 millones, un volumen algo menor al del lunes pero que le permitió al Banco Central comprar USD 20 millones. Cada día el ministro de Economía, Martín Guzmán, va ganando en tranquilidad porque sabe que, de no mediar conflicto alguno, en marzo comenzarán a ingresar los dólares de la cosecha gruesa.

El problema del atraso cambiario es que alienta la fuga de la soja, por canales alternativos que están armados desde hace tiempo y comienzan a funcionar cuando se atrasa el tipo de cambio o el precio de la oleaginosa está bajo o se aumentan las retenciones. Dos de esas situaciones están presentes en este momento. La soja está en niveles elevados y eso da más espaldas para financiar la fuga porque hay una cadena de complicidades que costear.

La baja del dólar mayorista, que rige el comercio exterior, también provocó una nueva caída del mercado de futuros. Los plazos más largos fueron los más afectados. Los fines de mes más comercializados bajaron hasta 0,80%, tal como el caso de mayo, donde el dólar cotizó a $ 99,90 que, si se lo compara con abril da un ritmo de devaluación de 41% anual. En octubre y noviembre pasado, la tasa de futuro llegó a 85% anual porque veían inevitable una devaluación. Ahora creen que como la apuesta a la baja de precios es electoral, aguantarán al dólar hasta octubre como mínimo.

El Gobierno sigue pensando en devaluar alrededor de 30% en el año como manera de contener los precios y evitar que la suba de los granos y las carnes en los mercados del exterior se vuelquen al mercado interno. Pero también está en alza al petróleo y, siguiendo el razonamiento de llegar con los precios controlados a las elecciones, deberían congelar el precio de los combustibles, como lo han hecho con las tarifas. Pero el problema es que tienen a YPF recién salida de una refinanciación de su deuda y el acuerdo con el FMI demasiado lejos como para pensar en un apoyo para renegociar los próximos vencimientos con el Club de París.

Pese a todos estos problemas, el mercado de dólares alternativos pareció operar tranquilo. Pero es la calma que llega cuando hay “telefonazos” y advertencias a los operadores para disuadirlos de que operen con el bono AL30 que es el que utiliza el Banco Central para intervenir en la plaza alternativa.

Ayer se negociaron USD 61,7 millones en el contado con liquidación que en la plaza intervenida aumentó 46 centavos a $ 152,36. En la plaza libre, donde el bono que se utiliza es el GD30, el precio siguió en $ 155. El dólar MEP o Bolsa, a su vez tuvo una rueda con algo más de volumen. Se movieron USD 38,3 millones y el precio subió 52 centavos a $ 150. En la plaza libre cotizó a $ 152,35, 52 centavos más que el día anterior.

El “blue” tuvo una leve reacción porque aparecieron compradores preocupados por la situación con el agro. El dólar libre aumento $ 1 a $ 151 y se mantuvo firme todo el día.

Los bonos de la deuda de largo plazo y con ley extranjera, volvieron a caer en el exterior y elevaron el riesgo país en 17 unidades (+1,2%) a 1.450 puntos básicos.

La compra de dólares por parte del Banco Central permitió que las reservas crezcan USD 34 millones a 39.267 millones.

La Bolsa sigue su avance sostenido por YPF que le devolvió el optimismo a los inversores tras su exitosa restructuración de la deuda. El monto de negocios, descendió 25% a $ 886 millones y el S&P Merval, el índice de las acciones líderes cerró con una suba de 0,46%, lejos del máximo del día de casi 1% que tenía al mediodía. A partir de ese momento aparecieron los tomadores de ganancias. Banco Supervielle (+2,68%), Loma Negra (+2,51%) e YPF (+1,74%) fueron lo mejor de la rueda.

Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York en dólares al precio del contado con liquidación- tuvieron un fuerte retroceso en los negocios y operaron solamente $ 1.385 millones, cuando lo normal es que el volumen esté por encima de los $ 2 mil millones.

Los ADR’s argentinos tuvieron una buena rueda sin grandes ganadores. Lo mejor pasó por YPF (+3,77%). Seguido por Banco Supervielle (+3,14%) y Loma Negra (+2,53%).

Los plazos fijos indexados siguieron creciendo. Entre el miércoles y jueves pasados aumentaron $ 863 millones (+1,22%). El ritmo diario de crecimiento de esta inversión, alentado por la quietud del dólar, sorprende porque son colocaciones a 90 días. En un año, los plazos fijos indexados crecieron 303% en volumen. Y quién apuesta a esta inversión quita el dinero del plazo fijo, porque estima que la inflación será elevada y le dejará ganancias en dólares si en esos 90 días la divisa no se dispara. Quien tiene el cupo de USD 200 mensuales, es el más favorecido para hacer esta colocación porque puede comprar al precio del dólar ahorro y, si el gobierno sigue atrasando el ritmo devaluatorio verá incrementar sus ganancias en dólares. El dólar ahorro acá actúa como una cobertura cambiaria. Una paradoja.

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