Las economías regionales cierran el año con aumento de costos, precios bajos al productor y falta de políticas públicas

Según un relevamiento de la Federación Agraria Argentina, la olivicultura, vitivinicultura y fruticultura, entre las más producciones más perjudicadas

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Federación Agraria advirtió sobre la crisis de las economías regionales, entre ellas la producción de algodón
Federación Agraria advirtió sobre la crisis de las economías regionales, entre ellas la producción de algodón

Las economías regionales han sido históricamente uno de los sectores del agro más golpeados por las recurrentes crisis económicas del país, donde los bajos precios pagados a los productores y la falta de políticas públicas son las principales problemáticas que afectan a los pequeños y medianos productores. Si bien la actividad no genera la cantidad de divisas que producen la ganadería vacuna o los granos, sí es un gran motorizador de trabajo en el interior del país, con el consecuente movimiento económico.

Así lo aseguró la Federación Agraria Argentina (FAA) tras la reunión de su comisión de Economías Regionales, la cual emitió un documento con fuertes críticas hacia el sector público por la falta de políticas diferenciadas para el sector, de financiamiento y de un precio sostén que le permitan a las diferentes actividades poder revertir la situación crítica. Asimismo, con datos aportados a este medio por la entidad, se enumeraron cuáles son las actividades más complicadas en la actualidad, entre las que sobresalen el cultivo de algodón, la olivicultura, la vitivinicultura, la caña de azúcar y de frutas.

En este sentido, la entidad indicó que “la falta de políticas públicas que incentiven al sector, que están vinculadas a la necesidad de financiamiento, el acceso al crédito, la ausencia de un seguro multirriesgo frente a los daños que causan en las producciones las inclemencias climáticas, un precio mínimo sostén, el fortalecimiento de fondos de emergencia agropecuaria, y una fuerte intervención del Estado que ampare a los pequeños productores de la concentración, arrojan a miles de ellos cada año fuera de la cancha, sin posibilidad de reinsertarse nuevamente en el sistema productivo. Una situación que mantiene a las economías regionales en jaque y a la deriva”.

“La desidia de la política le hizo mucho daño al sector productivo, especialmente a las economías regionales. Desde los años 90 a la fecha son efímeros los períodos que fueron buenos para nuestros representados. Y, ante la falta de políticas públicas y un estado ausente en defensa de la competencia, dejaron el camino allanado para que las grandes industrias tomaran las riendas con las reglas de mercado y un Estado brillando por su ausencia. Como consecuencia de ello, miles de pymes y agricultores pequeños fueron desapareciendo”, aseguró FAA.

Ante este panorama, los productores regionales nucleados en la entidad afirmaron ver “una enorme contradicción al no sentirnos apreciados por los gobiernos municipales, provinciales y nacional, frente a ese rol protagónico que tenemos en la economía, que no ven o no entienden que es un sector que con respuestas y políticas públicas adecuadas para revertir la situación que atraviesa, puede de modo ágil y dinámico, contribuir a poner a nuestra Argentina de pie”.

Actividades en crisis, suba de costos y falta de acceso al crédito

La grave crisis que las economías regionales venían acarreando durante años, en 2020 continuó y, en algunos casos, se profundizó. No solamente los problemas del sector se deben a una falta de políticas públicas (con las que tampoco cuenta el resto del agro y la ganadería argentina), sino también a una suba de costos, bajos precios pagados al productor y la imposibilidad de poder acceder a créditos para financiarse.

“Los precios de los costos de producción están atados al dólar, por lo que suben sin parar, mientras que la venta de nuestras materias primas es en pesos y con precios de hace dos años, en un mercado interno cada vez más deprimido. No hay forma de que una economía productiva resista con estas complejas variables. Y lo que más indigna es el silencio cómplice de quienes nos gobiernan”, destacaron los federados.

Según datos aportados por FAA a este medio, las economías regionales más complicadas durante este 2020 fueron la olivícola, frutícola, el algodón, la vitivinícola y la caña de azúcar, siempre tratándose de explotaciones de pequeños y medianos productores. En ellas se puede apreciar la suba de costos y los bajos precios pagados a los productores.

La vitivinicultura es otra de las economías regionales afectadas por la crisis
La vitivinicultura es otra de las economías regionales afectadas por la crisis

En lo que respecta a la actividad vitivinícola, explicaron que “la uva se pagó en promedio entre $7 y $8 para uvas mezclas y $9 y $12 dependiendo la variedad de blanca y tinta fina”, mientras que “los precios actuales de vinos tintos se pagaron en promedio en $20 y blancos en promedio $16. Con esos precios un pequeño productor se le hace imposible seguir produciendo”.

Por el lado de la caña de azúcar marcaron que “con los ingenios los productores de azúcar trabajan por maquila: cada mil kilos de caña el productor recibe 57 kilos, donde éste tiene que salir a venderlos al mejor postor o se lo puede comprar el mismo ingenio. La bolsa de 50 kilos esta $1800 con IVA. Los altos costos de producción dejan márgenes de ganancias ínfimos”.

Para el caso frutícola es muy amplio el rango de precios pagados al productor, ya que son muchas las diferentes especies cultivadas y diversos los mercados, pero “en general a los productores primarios les están pagando precios por debajo de los costos de producción. A excepción de algunas, como es el caso de la ciruela, que si bien el precio puede parecer bueno, la realidad es que no hay producción producto de las heladas tardías”.

En aceitunas, al productor le pagaron $33 el kilo, apunta FAA, y con este precio “los productores no cubren los costos de producción para llegar a la próxima cosecha. Los costos de energía, aunque estén subsidiados, en el caso de la Rioja siguen siendo altos, sumado a todos los costos de insumos atados al dólar”.

Por último, respecto al algodón marcaron que “en Chaco pagaron $12.000 la tonelada en bruto aproximadamente y eso hizo que la intención de siembra actual sea un 50% menor al año pasado” y que “el retraso en la siembra ocasionará graves consecuencias con el picudo”. Cabe mencionar que esta actividad fue fuertemente afectada por la pandemia de coronavirus, ya que la industria textil se paralizó, quedando la Argentina sin mercados externos a los cuales venderles.

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