Afectadas por las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio en medio de la pandemia de coronavirus COVID-19 y la merma en el nivel de actividad, la recaudación de IVA cayó en abril 27% en términos reales, mientras que la de Ganancias lo hizo en 31% real interanual, según datos oficiales a los que accedió Infobae y que esta tarde confirmó la AFIP.
El impacto es muy fuerte: se trata de los dos tributos que se llevan el 70% del total de todo lo recaudado en el país. Así, cada $10 que se pagan de impuestos, sin considerar comercio exterior ni seguridad social, $7 se recaudan por IVA y Ganancias.
Fuentes oficiales afirmaron que la recaudación de IVA de mayo, que da cuenta de las operaciones de abril, reflejará “una situación aún más compleja”. Asimismo, indicaron que desde que arrancó el ejercicio fiscal 2020, ningún mes generó una variación positiva en la recaudación real del Impuesto al Valor Agregado, de modo que la pandemia agudizó la recesión, antes que generarla.
Desde que arrancó el ejercicio fiscal 2020, ningún mes generó una variación positiva en la recaudación real del Impuesto al Valor Agregado, de modo que la pandemia agudizó la recesión, antes que generarla
No hay que perder de vista que en enero de 2020 la caída en términos reales (ajustado por inflación) de dicho impuesto fue 1%; en febrero se acentuó la baja a 8%; en marzo, ya con un tercio del mes en cuarentena, se intensificó el derrumbe a a 15% y en abril, ya todo el período con aislamiento generalizado, la retracción alcanzó el récord de 27%, en todos los casos en comparación con igual mes del año previo. Mientras que la recaudación de abril del Impuesto a las Ganancias fue inferior en términos real en 31 por ciento.
Semejante retracción del cobro de los principales impuestos en términos reales surge de desafectar el efecto de la inflación que en los últimos 12 meses fue del 48%. Así, en el caso de IVA por cada $100 que ingresaron en abril de 2019 la AFIP percibió ahora 108,3%, cuando para equiparar la inflación acumulada desde entonces debían haber entrado $148. De ahí que si se dividen los 108,3 por 148, surge una relación de 73,2%, representativa de una contracción de 27% en números redondos.
Del mismo modo, en el caso de Ganancias, por cada $100 que el organismo recaudador registró un año antes, ahora apenas obtuvo $101, de ahí que dividido por el factor 1,48 determinado por la inflación desde entonces, significó la pérdida real de $31,8 por cada 100 de aquel momento.
Lo percibido por la Anses también se debilitó severamente, apenas subió 10% en valores corrientes, por efecto de la postergación de vencimientos, suspensiones de personal que percibieron un 75% de sus haberes habituales, y la agudización de los despidos en sectores que arrastraban una severa recesión y no pudieron resistir a un escenario depresivo.
Asimismo, cayeron fuertemente los recursos captados por la Aduana, pero se vieron atenuados por la inercia del comercio exterior, en particular de productos esenciales para el mundo, como el complejo sojero, y los derechos de importación. Aumentaron 24,8% en valores nominales.
Datos del sector privado
“Se apreció en el cuarto mes del año un descenso importante de la recaudación, claramente un escalón por debajo de lo que venía mostrando en el primer trimestre de 2020”, destacó un informe del Instituto Argentina de Análisis Fiscal (IARAF), al tiempo que advirtió que una merma en la recaudación “puede aumentar de forma considerable el déficit fiscal”. Los números del estudio privado coincidieron con los oficiales a los que accedió este medio.
“La situación actual es negativa para la actividad económica y para los ingresos fiscales. La baja de ingresos puede aumentar de manera considerable el déficit fiscal”, advirtió el IARAF que destacó que al momento de llevar a cabo la comparación, se tiene en cuenta que abril de 2020, con 20 días hábiles, contó con un día más en comparación con los 19 días hábiles del cuarto mes de 2019.
La estructura de recaudación tributaria nacional descansa en dos impuestos clave: el IVA y el impuesto a las Ganancias, que representan el 39,1% y el 28,5% del Total de recaudación nacional (sin considerar los recursos de la Seguridad Social).
Ambos tributos son al mismo tiempo los principales componentes de la masa a repartir entre Nación y Provincias en virtud de la Ley de Coparticipación y sus modificatorias y complementarias. En las provincias, la obtención de recursos descansa fuertemente en el Impuesto a los Ingresos Brutos, que representa $75 de cada $100 que se recaudan en ese nivel de gobierno.
En las provincias, la obtención de recursos descansa fuertemente en el Impuesto a los Ingresos Brutos, que representa $75 de cada $100 que se recaudan en ese nivel de gobierno
Cabe recordar que el ente recaudador informó que en marzo los ingresos tributarios crecieron 35,3% respecto del mismo mes del año pasado, lo que implicó una caída de unos 12 puntos frente a la inflación.
Una vez más, en abril quedó de manifiesto la resiliencia del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, registró una suba nominal de 24,3%, porque pudo contrarrestar el efecto del derrumbe de las ventas minoristas con el mayor uso de la bancarización que fomentó el aislamiento forzoso, porque redujo las transacciones marginales en efectivo y potenció el crecimiento del dinero electrónico.
De acuerdo con la planilla a la que accedió Infobae, los ingresos tributarios alcanzaron a $398.659 millones. Por lo tanto, en el primer cuatrimestre la recaudación ascendió a $1,84 billones, que implica un incremento nominal del 33,4%, equivalente a una contracción de 11% en términos reales, porque la inflación promedio del período se estima se ubicó próxima a 50 por ciento.
La caída fue atenuada por el cobro en el último mes de $4.564 millones por el Impuesto País que rige desde enero del corriente año, monto que representó poco más del 10% del incremento nominal del total de los recursos tributarios que fue de $41.300 millones.
Las expectativas para el corriente mes se estiman aún más contractivas, como consecuencia del efecto combinado de la agudización de la caída del consumo de bienes durables, como automotores, motos, electrónicos y artefactos para el hogar, escrituras de inmuebles y hasta el consumo de combustibles, y del efecto combinado de la postergación de los vencimientos de las contribuciones patronales y recorte de la nómina salarial por suspensiones de personal en varias ramas de actividad.
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