La crisis de Garbarino: quién es el nuevo interesado en comprar la mayor cadena de electrodomésticos y cuál es su plan

El Grupo Asegurador Prof, del empresario Carlos Rosales, presentó una propuesta y negocia con los bancos acreedores y proveedores. Compite con el dueño de Covelia, la empresa de recolección de residuos con la que se vincula a Moyano

Compartir
Compartir articulo
Uno de los 200 locales de la cadena, antes de la cuarentena (Gustavo Gavotti)
Uno de los 200 locales de la cadena, antes de la cuarentena (Gustavo Gavotti)

Un nuevo interesado se sumó a la negociación con bancos y proveedores para quedarse con Garbarino, la primera cadena en venta de electrodomésticos del país, en la que también está interesado el dueño de Covelia, la empresa de recolección de residuos a la que se le atribuyen vínculos con el líder del gremio de los camioneros, Hugo Moyano.

El plan implicaría transformar los 200 locales en puntos de entrega y sumar servicios financieros, incluso una billetera virtual. La propuesta de Rosales prevé un desembolso de $2.000 millones, según trascendió de fuentes cercanas a las tratativas

El ahora competidor es el presidente del Grupo Asegurador Prof, Carlos Rosales, un “tapado” quien desde hace 15 días está en negociaciones bajo acuerdo de confidencialidad en las ya presentó una propuesta que además de sostener la operación habitual apuntará a dotarla de una fuerte impronta digital. El plan implicaría transformar los 200 locales en puntos de entrega y sumar servicios financieros, incluso una billetera virtual. La propuesta de Rosales prevé un desembolso de $2.000 millones, según trascendió de fuentes cercanas a las tratativas, además de la renegociación de una deuda bancaria por $4.000 millones, al que se le agrega un pasivo por otros $7.000 millones con los proveedores.

Carlos Rosales
Carlos Rosales

Garbarino tiene el cartel de venta desde principios de año cuando los bancos acreedores –el Santander y el Galicia, principalmente– se hicieron cargo de la empresa y decidieron buscar un nuevo dueño para cobrar la deuda. El primer interesado fue el fondo Inverlat, dueño de Havanna y Reef entre otras marcas, integrado por los ex Citi Carlos Giovanelli y Guillermo Stanley, además de Damián Pozzoli, ex Deustche. El fondo había logrado en un acuerdo con los bancos por una quita del 70% pero las negociaciones se estancaron a la hora de resolver el conflicto con los proveedores. El 27 de marzo venció el acuerdo de exclusividad para negociar y la operación no avanzó. Fue cuando aparecieron los dos nuevos interesados: Ricardo Depresbiteris, el dueño de Covelia, y Rosales.

Los términos alcanzados con los bancos, aseguran ahora entre los nuevos potenciales inversores, se mantendrían mientras que la llave, otra vez, la tienen los proveedores. Entre los principales se cuentan Newsan, BGH y Mirgor, de origen nacional, que serían los más flexibles a la hora de discutir una quita. Pero la larga lista de más de 20 empresas incluye también a empresas más chicas, que no tienen sus acreencias aseguradas y a grandes compañías extranjeras como Samsung o Carrier, con las que la discusión está más trabada. En cualquier caso, se espera que antes de fin de mayo se llegue a una resolución ya que la situación actual de la cadena es crítica, agravada por el cierre de todas sus sucursales en el contexto de la cuarentena por la pandemia del coronavirus.

Los dueños de la cadena de cafés Havanna estuvieron interesados en Garbarino, pero se bajaron de la negociación (Gentileza Havanna)
Los dueños de la cadena de cafés Havanna estuvieron interesados en Garbarino, pero se bajaron de la negociación (Gentileza Havanna)

La empresa no pudo, a principios de mes, afrontar el pago de sueldos de sus más de 4.000 empleados y sólo depositó el 32% de los haberes, aduciendo la grave situación financiera. Pese a la crisis y hasta antes del cierre de sus actividades, Garbarino se mantenía como la principal compañía del rubro, con una participación de 22% del mercado de venta de electrodomésticos. Esa posición líder, previsiblemente, se encuentra seriamente amenazada pero quienes analizan el negocio y también el valor de la marca aseguran que “deberían pasar entre cuatro y cinco años antes de que todos los competidores se quedaran con el market share de Garbarino”.

Lo cierto es que entre las deudas, las persianas bajas por el coronavirus y la falta de stock, la empresa está cada día más cerca de la convocatoria de acreedores si no logra resolver la venta.

Seguí leyendo: