El dólar retomó este jueves la tendencia de las últimas horas de cotización del miércoles y operó en alza, con una suba de 70 centavos en el Banco Nación, para ofrecerse a $44,40 en la punta vendedora. En el promedio de bancos del microcentro porteño concluyó a $44,41 para la venta.
En el plano mayorista, la divisa se pactó al cierre a 43,41 pesos.
El Banco Central estableció para la rueda una zona de "no intervención" con un piso de $39,48 y un techo de 51,092 pesos.
La divisa de EEUU acumula un alza de 15,1% en el transcurso de 2019. El dólar anotó un máximo histórico de $44,92 en el promedio al público, y $43,87 mayorista el pasado 27 de marzo.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, buscó tranquilizar el mercado con sus últimas declaraciones públicas. Dijo que la volatilidad de la moneda norteamericana es baja teniendo en cuenta que se encuentra en los mismos niveles de octubre del año pasado.
A la par, el Banco Central dictó una serie de medidas técnicas con el objetivo de seducir a los ahorristas para que apuesten a herramientas que brindan altos rendimientos en pesos. Además, en el Gobierno son optimistas porque esperan para las próximas semanas dos elementos que podrían ayudar a calmar el mercado: la liquidación del grueso de la cosecha y la disponibilidad de fondos del FMI para intervenir en el mercado.
El dólar encontró un techo de corto plazo en torno a las $43,50 mayorista, aunque en un contexto inestable de negocios, luego de que el Banco Central tomara medidas para inducir a los bancos a incrementar la tasa abonada por las entidades a los depositantes.
El dólar mayorista cerró marzo con su aumento de precios más pronunciado en el último semestre, en medio de una profunda dolarización de carteras por la alta inflación, la recesión económica y la tensión que genera el año electoral.
Una mayor liquidaciones de divisas por parte de exportadores de granos daría un respiro al mercado
"Los operadores estarán atentos no sólo al abastecimiento de divisas del Tesoro y la cosecha, sino también a la respuesta de la demanda tras las últimas medidas del BCRA que apuntan a elevar a la Badlar para despertar un mayor apetito por los plazos fijos, aún cuando como contrapartida se expandiría la 'bola de LELIQ' y con ella los desafíos monetarios a futuro", aportó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
Para Portfolio Personal Inversiones, "la probabilidad de que el spread entre Badlar y LELIQ se reduzca –presionando las tasas de interés que ofrecen los bancos al alza- y la inflación comience a ceder, podrían llevar a un mayor apetito por la tasa real y a un menor apetito por la dolarización".
"En consecuencia, las expectativas de corto plazo permiten proyectar cierto alivio, aunque siempre teniendo en cuenta que hay variables que exceden el análisis de fundamentals", añadió.
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