Los Juegos Olímpicos siempre dejan pequeñas historias dentro del impacto que genera un enorme evento de estas características y uno de los protagonistas en este caso es Andrew Macdonald. El experimentado deportista de 51 años decidió competir en París 2024 tras una carrera llena de éxitos y se ganó una ovación de su amigo, el legendario Tony Hawk, luego de su actuación.
Macdonald, que representó a Gran Bretaña aunque nació en Estados Unidos, quedó 18° sobre 22 competidores en la etapa clasificatoria de la categoría skate park masculino y no pudo acceder a la final, pero eso no impidió que su nombre se ganara un espacio singular en la cita deportiva. A pesar del accidente que tuvo sobre el cierre, Andrew hizo levantar a todos los presentes en la pista de La Concorde 4.
Entre sus tres pasadas Macdonald firmó un 72.07, 76.61 y 77.66, la cifra más alta que se tomó para su numeración final aunque quedó lejos de 88.98 que obtuvo el brasileño de 24 años Augusto Akio, el último que sacó el boleto a la definición por medallas en el 8° lugar.
La cita, que terminó horas más tarde con el triunfo del australiano de 21 años Keegan Palmer (93.11), finalmente dejó al legendario skater de 51 años en el centro de las miradas. Días antes, su amigo Tony Hawk le había dedicado un posteo muy especial en redes sociales.
“He sido amigo de este tipo durante los últimos 30 años y es uno de los patinadores más talentosos y duros que jamás conocerás. Y en 2016 se propuso un objetivo audaz y extravagante: clasificarse para los Juegos Olímpicos cuando se acercaba a los 50 años. Lo vi desde lejos modificar (comprometer) su conjunto de habilidades verticales para las transiciones y paredes más pequeñas de los eventos de park, luchando por conseguir la altura suficiente para los trucos de flip y los giros adecuados”, describió el hombre que grabó a fuego su nombre en la historia del skate.
“Perseveró con su amplia bolsa de trucos e hizo que funcionara, volando a todos los eventos, recogiendo tranquilamente puntos con la esperanza de llegar al crucial corte para París. Todo se redujo a las últimas carreras de la última prueba de clasificación en Budapest, y las estrellas se alinearon. En parte fue suerte, pero sobre todo se debió a su determinación, su trabajo duro, sus habilidades y una devoción por el patinaje como ninguna otra. Andy tiene 51 años y ahora puede añadir “olímpico” a su larga lista de galardones. No es que ninguno de nosotros esperara -o quisiera- estar aquí en sus años de formación. Pero no podríamos pedir un mejor representante de nuestra generación de marginados en la escena mundial”, agregó Hawk en ese emotivo posteo.
El skate, que se sumó a la cartilla olímpica para Tokio 2020, tuvo como campeona en el ámbito femenino a la australiana de 14 años Arisa Trew. Aunque la mayoría de los participantes son jóvenes, Macdonald compartió entre los caballeros con otros de su generación como el sudafricano de 49 años Dallas Oberholzer (último en el clasificatorio con 33.83) y detrás de ellos recién aparecía el español Leon Danny con 29 años.
Es para destacar que la gran mayoría de los competidores oscilaban entre los 16 y los 23 años: 14 entre los 22 de la clasificación, en total. El danés Victor Solmunde, con 16 años, fue el más joven de la tanda. Palmer (21 años), el norteamericano Tom Schaar (24) y el brasileño Akio (23) se quedaron con los tres primeros lugares del podio, respectivamente. Palmer, con 18 años, había ganado también la dorada en Tokio.
El nacido el 31 de julio de 1973 en Massachusetts, que eligió representar a Gran Bretaña por la nacionalidad de su padre, ganó ocho veces la Copa del Mundo de skateboarding entre 1996 y 2012, además de acumular ocho medallas doradas en los reconocidos X Games entre 1996 y 2002, un evento en el que también se colgó otras 14 preseas entre plata y bronce. Su nombre quedó inmortalizado en el videojuego del 2000 “Skateboarding Featuring Andy Macdonald”.