Carta abierta a mis amigos hinchas del PSG

Silbaron, insultaron, ofendieron y humillaron al mejor jugador del mundo, al tipo que, con tiempo, les pudo dar la gloria que tanto ansían

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Messi jugó su último partido en el PSG y por los silbidos no se quedó al festejo tras la coronación del equipo en el campeonato de Francia (Foto: Reuters)
Messi jugó su último partido en el PSG y por los silbidos no se quedó al festejo tras la coronación del equipo en el campeonato de Francia (Foto: Reuters)

Mis queridos tarados, ¡qué oportunidad dejaron escapar! Silbaron, insultaron, ofendieron y humillaron al mejor jugador del mundo, al tipo que, con tiempo, les pudo dar la gloria que tanto ansían, porque Lionel Messi trabaja de eso, de dar gloria a los equipos donde juega, y en cambio lo rajaron como a un perrito lanudo, lo despreciaron hasta en el partido final, después de que Messi y sus compañeros les dieran el campeonato de Francia. ¿Qué más querían además del campeonato?

Muchachos, lo de ustedes es tener menos calle que un monje de clausura. Tuvieron en un mismo equipo a Messi, a Mbappe y a Neymar, por citar a los tres más famosos, y siempre se quejaron, siempre se mostraron enculados, enfurruñados, críticos de los jugadores, de los técnicos y de la vida en general. Nada les vino bien.

Boicotearon desde la tribuna a un equipo que pudo ser campeón de todo con un poco más de tiempo. Por lo pronto, fue campeón de la temporada 2021-22 y de la 2022-23. ¿Ustedes qué más querían? Ah, la Copa UEFA. Pero, ¿vos qué te pensás que es la Copa UEFA? ¿Vos creés que alineás a un equipazo en la cancha y ya está, la copa es tuya? Nooo, tontitos míos. No es así. La Copa UEFA es un torneo chivo, donde te jugás la vida minuto a minuto; un torneo en el que, una mala tarde, el equipo “Sudor y crochet” de la isla de Malta, te clavó uno a los diez minutos, se metió atrás los ochenta minutos restantes y te echó del torneo, campeón. Ganar una copa es tarea de titanes. Y las copas no se ganan desde las tribunas. La tribuna ayuda, ya lo sé: el aliento, el aguante, los cantitos épicos y todo lo demás. Pero a no confundir: los partidos los ganan los jugadores.

Ustedes, ¿qué esperaban, tontos de capirote? ¿No podían esperar un poco más por la “orejona, después de esperarla toda la vida? ¿La querían ya?

¿De verdad pensaban que Messi, Mbappe y Neymar iban a hacer magia, pim, pam, pum y ya está? El deporte no es eso, muchachos; el trabajo en equipo no es eso. Miren, en estos días, la cancha central de Roland Garros luce una leyenda que dice: “La victoria pertenece a los tenaces”. Y ustedes, de tenacidad, nada. O aprenden eso, o mañana mismo van y arrancan ese cartelón inútil.

El hincha de fútbol es un tipo sufrido. Clama por su equipo, lo sigue, lo sufre, lo ama por encima de sus errores; celebra sus victorias y llora sus derrotas. Pero nada más. Ustedes, como tantos otros hinchas en todo el mundo, creyeron, o les hicieron creer, que eran decisivos en la vida profesional de un club. No muchachos, ustedes no son ni técnicos ni directivos del PSG, ni les asiste ningún derecho especial por ser seguidores fieles del club y aguantar cada partido en el sector más duro de la hinchada, donde no se jode. Cada cual baja las escaleras como quiere. Sus opiniones son valoradas, no se quejen, pero de ahí a limpiar un equipo porque no alcanza los logros que sueña la tribuna, del entusiasmo popular vecino al delirio, tan simpático a veces, a diezmar a un equipazo porque en dos años no alcanzaron la copa europea… Muchachos, maduren. Y sepan, por las dudas, que ni siquiera los grandes capitales, ni siquiera los millones del petrodólar, el dolarsoja, el orodolar o el bitcoindolar del mundo te garantizan un campeonato, una copa por modesta que sea.

En cuanto al fútbol, queridos tontos míos, ¿piensan que el fútbol es eso que juegan en los campos de la banlieue o en las canchas del Sportif Didot? No, muchachos. Lo de ustedes, nuestro “fulbito”, es una aproximación al fútbol. Dura y peleada, no te lo niego, pero una aproximación. En el fútbol profesional te jugás la vida, te parten los tobillos, te apuntan a la tibia, te chirrían las rodillas, te pisan los talones, te dan de codazos en el hígado; dejás sangre, sudor, lágrimas y algo más en las canchas, todo para que un zángano te putee desde la tribuna y abra un juicio supuestamente sesudo sobre tu estado físico, tu capacidad deportiva, tu moral y tu intelecto. Cuando el partido termina, después del hielo y los masajes, llegás a casa y te duelen hasta los pensamientos; según haya sido el resultado, no dormís en la noche; el partido vuelve a jugarse en la almohada, te ataca el insomnio, la acidez de estómago, la frustración. Y mañana a entrenar porque el tipo quiere ganar, tanto como vos querés que tu equipo gane ¿O qué pensaban? Ya sé lo que vas a decir: ganan fortunas. Ganan lo que les pagan, campeón: vos harías lo mismo.

Además, pónganse una mano en el corazón, con Messi ustedes tuvieron un encono especial. Nunca lo quisieron, nunca le dieron una chance; digan la verdad, está todo bien, pero digan la verdad. El tipo hizo maravillas en el equipo aquel que apuntaba tan alto y al que bajaron a hondazos: Messi vivió dos años con la lupa de ustedes metida en el hombro, para no ser groseros. ¿Qué pretendían? ¿El Messi de hace diez años, que hacía goles con el aliento? No, Flaco; el PSG no compró a aquel jugador, compró al Messi de 2021 y de 2022 y de 2023, al iba a salir, y salió, campeón del mundo en Qatar con la batuta del equipo en la mano. Pero a ustedes, el muchacho siempre les cayó gordo, sean sinceros.

Los ultras del PSG manifestándose en contra de Lionel Messi  (Photo by Bertrand GUAY / AFP)
Los ultras del PSG manifestándose en contra de Lionel Messi (Photo by Bertrand GUAY / AFP)

A nosotros también nos caía “masso”. El molde del hincha es universal. Aquí también le dijimos de todo, pecho frío para empezar, entre otras cosas graves, cargadas de irresponsabilidad, lo ninguneamos; lo comparamos con otros jugadores, con otros ídolos, hasta dijimos que en el Barca jugaba de una forma y en la Selección Argentina, de otra. Lo tratamos bastante mal, mirá que tarados, nosotros también.

Por eso te aseguro que lo de ustedes con el pobre Lionel también viene de lejos. De la remontada del 2017, ¿se acuerdan? Era por la Champions League, nada menos. En París, el PSG le metió cuatro al Barca de Messi y sus muchachos que no encajó ni uno. Había que jugar la revancha en el Camp Nou. ¿Cómo remontás un cuatro a cero contra el poderoso PSG? Bueno, lo remontás con Messi.

El 8 de marzo de 2017, el Barca les ganó seis a uno y los dejó afuera de la copa. Messi hizo uno solo, de penal, pero el Barca estaba en sus manos y aquella noche fue la de su gloria la del Barca, y una tragedia para ustedes. Esos golpes duelen mucho; tanto que Edinson Cavani, que jugaba entonces para el PSG, dijo que buscó ayuda en un terapista. Pero aquello ya fue, ya pasó; en 2021 Messi era de ustedes muchachos. Es cierto que, en 2022 llegó la final del Mundial de Qatar. Messi, ya en el PSG, se puso la selección al hombro y movió los hilos en aquel partido final chivísimo que pudo ser para Francia y fue para nosotros. Listo, ya está, también pasó. Es un Mundial de Fútbol, nada más. Es verdad que lo llegábamos a perder nosotros y nos tirábamos todos de cabeza por las Cataratas del Iguazú. Pero ya está, ya pasó. ¿Qué querían ustedes como franceses? ¿Qué el Messi del PSG pensara en Napoleón, en el general Charles De Gaulle y en Baudelaire en medio de aquella batalla de gladiadores? No jodan, muchachos, maduren.

Ahora ya se fue Messi y ustedes tienen un problema menos, pero el club perdió un millón de seguidores cuando Leo se marchó. También se fue Sergio Ramos, quién sabe si vuelve Neymar y la directiva rajó al técnico Christophe Galtier. El último que apague la luz. Cuiden a Mbappe: ese chico mira hacia las fronteras. Ustedes muchachos a alentar como siempre: traten de no hacer desbarrancar a otro equipo, porque ahora hay que empezar todo de nuevo. Arrancan con ventaja: son bicampeones del fútbol de Francia, en los dos torneos en los que jugó Messi. Pero el regreso va a ser duro. Ojalá se les dé alguna vez lo de la UEFA. Que sigan los éxitos. Así es el fútbol.