La selección argentina cosechó en Qatar su tercera estrella en un Mundial con algunos lineamientos que marcaron desde el principio el ciclo encabezado por Lionel Scaloni, y que le permitieron antes ganar la Copa América 2021 y la Finalissima en Wembley ante Italia. El entrenador buscó primero formar un grupo antes que un equipo, para sembrar mística y compromiso. Que la formación no dependiera estrictamente de las individualidades, sino que ellas representaran un plus; por eso Messi se convirtió en la “cereza del postre”. Y el cuerpo técnico siempre se mantuvo en un segundo y hasta tercer plano, incluso escapándole a las cámaras en el clímax de los festejos.
Todos estos detalles ya integraban el discurso de Scaloni en 2014, ocho años antes de la gesta en el estadio Lusail de Doha. Salieron a la luz en una entrevista que le realizaron en el programa español El Chiringuito, con el siempre polémico Loco Gatti en el estudio. En ese momento, el Gringo estaba en el umbral del retiro con la casaca del Atalanta. Y había regresado a España para presenciar un encuentro del Deportivo La Coruña, institución en la que se transformó en ídolo y ganó cuatro títulos (incluida una Liga).
“Me gusta el fútbol, todo lo que sea la táctica. En Italia aprendí mucho en cuanto a táctica, las cosas que se viven dentro de un campo, cómo parar a un equipo”, describió. “Hice el curso de técnico, así que ahora me falta hacer el final para ya poder dirigir”, anticipó su nuevo rol. Hasta insinuó que la determinación del salto al banco de suplentes era cercana, dado que cuando le consultaron si se veía regresando al Súper Depor dijo “algún día volveré seguramente. Tengo mi casa ahí todavía. Si no es jugando, siendo entrenador”.
Fue en ese juego entre el futbolista a punto de colgar los botines y el técnico incipiente que surgieron los dardos del siempre zumbón Gatti. Cuando el conductor Josep Pedrerol reconoció “cómo te quiere la gente”, el ex arquero le lanzó “no saben mucho”. Scaloni lo tomó con humor: “No entienden mucho de fútbol, ¿no?”.
Pero hubo más. Ya en modo analítico, por caso, hizo una radiografía de España en el Mundial de Brasil, certamen en el que Argentina fue finalista (llegó a la definición y cayó ante Alemania en tiempo extra), mientras que la Roja, que venía de dar la vuelta olímpica en Sudáfrica 2010, quedó eliminada en fase de grupos (en su zona avanzaron Países Bajos y Chile).
“Uno de los errores que España cometió es no haber intentado un sistema, una forma de jugar diferente. Jugó siempre igual. Y creo que podría haber intentado hacer otra cosa, porque los rivales ya lo conocían”, planteó. En ese sentido, su pensamiento se tradujo en hechos en Qatar. Tras la caída ante Arabia Saudita en el debut, varió nombres y se repuso. Y jornada a jornada también hizo modificaciones tácticas y estratégicas que le permitieron levantar la Copa.
“Si llegas a ser técnico, ¿qué vas a decir? ¿Lo gané yo el partido, o lo ganan ustedes?”, volvió a pincharlo Gatti sobre el epílogo de la charla. Scaloni no dio vueltas. “Los jugadores, siempre”, rubricó. Idéntico discurso aplicó en sus cuatro años y medio de gestión. Los futbolistas le creyeron. Y acariciaron la gloria.
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