Ianina Zanazzi, la piloto argentina que le dijo que no las luces de la Fórmula 1: “No me deslumbró esa vida, sos un producto”

Hizo historia en la Argentina al ser la primera piloto en ganarle a los hombres sobre la pista. Cuando llegó a Europa no la quisieron probar por ser mujer. Pero brilló y hasta tuvo una propuesta de Red Bull en Fórmula 3

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Ianina es la primera mujer en ganarles a los hombres en el automovilismo nacional (@ianinazanazziok)
Ianina es la primera mujer en ganarles a los hombres en el automovilismo nacional (@ianinazanazziok)

Irrumpió a fines de los noventa en el automovilismo nacional y fue una sensación al ser la primera mujer en ganarles una carrera a los hombres. Ianina Zanazzi se probó en Europa y pudo seguir el camino hacia la Fórmula 1, pero entendió que no iba a ser feliz. A sus 39 años y como le gustan los desafíos saldrá de su zona de confort y debutará en las TC Pick Up (TCPK), que es una categoría de camionetas de la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC). Allí se medirá con algunos de los corredores más fuertes del TC.

Ianina nació en Chacabuco y empezó a correr en karting a sus 14 años. Desde sus inicios la tuvo complicada ya que le tocó una época de eximios kartistas y que luego brillaron en sus campañas como José María “Pechito” López, Matías Rossi, Matías Milla y Esteban Guerrieri. Pasó a los autos y en la Fórmula Súper Renault logró aquel recordado triunfo en Río Cuarto en 1999. Sin embargo, no se quedó en la nota de color e intentó llegar a la Fórmula 1. En Europa también fue la más rápida en una selección para reemplazar a Fernando Alonso donde el primer día no la quisieron probar porque era mujer.

En el primer lustro de los años 2000 tuvo chances de poder continuar en el exterior a pesar ciertos problemas presupuestarios, pero se focalizó en sus sueños personales ya que decidió dejar de correr por ser madre. Se focalizó en su familia y estuvo 15 años sin correr. Cuando volvió en 2018 lo hizo con éxito y fue campeona en la categoría más potente de la Argentina en ese momento, la Porsche GT3 Cup.

Ahora quiere llegar al TC y el primer paso lo hará en la divisional de camionetas que usan los mismos motores de la popular categoría (más de 400 caballos) y suele tener carreras entretenidas porque su manejo es muy difícil ya que tienen pocas cargas aerodinámicas. A bordo de una Toyota Hilux (es embajadora de la marca) se medirá contra el actual campeón del TC, Mariano Werner y otros que fueron reyes como Christian Ledesma y Omar “Gurí” Martínez. Sobre su historia rica historia y esta nueva aventura Infobae habló con ella.

Zanazzi en su época de la F-3 Sudamericana (@ianinazanazziok)
Zanazzi en su época de la F-3 Sudamericana (@ianinazanazziok)

-Volviste a correr luego de quince años y fuiste campeona, ¿cuál fue el secreto?

-Los autos tenían 450 caballos y les tuvieron que poner una brida en el motor porque hacían mejores tiempo que los autos del TC. Tenía esas ganas de volver, pero también el miedo porque habían pasado quince años sin correr, el miedo al fracaso por si no iba a estar en los puestos de adelante y capaz que no iba a gustar. Pero empecé a entrenar mucho en el centro de alto rendimiento que está en el Autódromo de Buenos Aires, fui evolucionando y pude quedarme con el título. En ese momento estaba pasando por un momento en lo personal difícil porque me estaba divorciando, cambiando a los chicos del colegio y fue algo muy triste, pero fui creciendo como piloto y la frutilla del postre fue que me invitaron de Alemania para darme un premio porque era la primera mujer en el mundo en ganar el campeonato en la monomarca Porsche.

-¿Por qué encarás esta etapa en las TC Pick Up?

-Siempre busqué desafíos y el estar en una categoría cómoda no es lo mío. Hoy estoy bien en el Top Race Series, pero la TCPK es una buena alternativa porque están los mejores pilotos. Hoy está esta posibilidad, casi cumpliendo 40 años y no voy a tener mucho tiempo más en el automovilismo.

-¿Con qué resultado te vas cuando arranques?

-Primero, mantenerme en pista la mayor cantidad de tiempo posible, ya que al ser una categoría donde casi no se puede probar, quiero sentir que dejé el ciento por ciento cuando me baje de la camioneta. A partir de ese parámetro, saber qué me falta y poder mejorarlo en las carreras siguientes. Me gustaría laburar mucho en la previa para poder estar lo más adelante posible.

Ianina sobre su camioneta en los boxes del Autódromo Roberto Mouras de La Plata
Ianina sobre su camioneta en los boxes del Autódromo Roberto Mouras de La Plata

-¿Cómo te ves corriendo con los pesos pesados?

- No quiero mentalizarme que voy a correr contra Werner, el Gurí Martínez o Ledesma porque sé que de entrada empiezo perdiendo. Es un método que tengo, que no estudio los nombres contra quiénes compito. Me enfoco mucho en lo mío antes que poner atención en mis competidores. Yo sé que debo dar mi ciento por ciento, porque sé que si Werner está en un 80 por ciento, es posible que al principio pueda darle pelea. Mi expectativa es aprender y poder hacerlo de ellos. Analicé mucho las cámaras a bordo donde veo que están todo el tiempo corrigiendo el auto y atajándolo con el volante y eso hace que en lo físico me tenga que entrenar, no tanto con fuerza si no con resistencia. Tendré que medirme y ser autocrítica y saber cuáles son los déficit que tengo como deportista para poder mejorarlos. Laburando de esa manera es como logré avanzar como piloto.

Ianina sueña con llegar al TC, pero no será la primera mujer que lo haya logrado. La precedieron Delia Borges (1951 a 1953), Dora Bavio (1970 a 1972), quien fue la que mejor resultado consiguió, un 8º puesto en la Vuelta de Salto de 1970; y Marisa Panagopulo (1996).

“Me encantaría poder llegar al TC, pero quiero hacerlo para poder estar de la mitad del pelotón para adelante, no para atrás. Quiero llegar si sé que puedo adaptar mi manejo, porque yo vengo de la escuela del auto de fórmula, donde vas muy finito, a diferencia de un coche como el TC o la TCPK y yo también tengo que cambiar de chip para este tipo de manejo. Si veo que logro encaminarme, obviamente me gustaría llegar al TC y correr con una cupé Chevy ya que con mi familia somos hinchas de Chevrolet”, afirma.

Ella fue pionera en cambiar la “nota de color” de ver una mujer corriendo a destacarse sobre los hombres. Pero desde ese momento, con apenas 17 años, siempre respetó al ambiente plagado de hombres. Abrió un camino y luego otras pilotos la emularon como Julia Ballario, que venció en el Top Race Series y peleó por el título en 2016.

Superando a Cristian Kissling en la histórica carrera de Río Cuarto en 1999. Saltó a la punta y ganó. Ese día hizo historia (Archivo CORSA)
Superando a Cristian Kissling en la histórica carrera de Río Cuarto en 1999. Saltó a la punta y ganó. Ese día hizo historia (Archivo CORSA)

-¿Sufriste discriminación en el automovilismo?

-Siempre fue difícil, hace veintipico de años atrás y hoy también lo sigue siendo, pero yo nunca lo tomé como algo personal ni decidí victimizarme. Lo tomé como parte de un proceso. El automovilismo es un ambiente donde el hombre lo hizo todo. La mujer aportó muy poco porque somos pocas y hace poco que estamos en esto. Entonces hay cosas que se ganan con el tiempo, con el esfuerzo y con la dedicación. Yo la tuve clara y dije ‘tengo que ser fuerte porque van a pasar cosas que no son justas’. Que son lógicas al querer meterme en un ambiente de hombres. Me ayudó mi papel de no querer ser una víctima, sino querer ser una más y no salir a provocar a los hombres. Que quise estar ahí porque era lo que realmente me apasionaba y desde ese lado me gané el respeto. Nunca fui con el autito rosa, o con el número 15 (la niña bonita), o creerme superior porque le ganaba a los hombres. Si quiero ser una más, tengo que comportarme como tal. Por eso disiento con que hagan estos equipos de todas mujeres y quieren que les abran las puertas y cuando una categoría y el ambiente se los permite ‘el hombre no entra’. No creo que esas cosas hoy sumen. Yo siempre fui por la línea del agradecimiento, porque todo lo que conseguí fue gracias a los hombres. Abrir el camino siempre es más difícil y lo asumí desde el día uno. Si no tendría que haberme bajado.

-¿Hablaste con tus colegas del equipo de mujeres del Top Race Junior?

-Hablo con las chicas y si bien estoy de acuerdo con que la mujer tenga cada vez más lugar en el automovilismo, como mecánicas, ingenieras, les planteé mi postura y les dije “ustedes están pidiendo un lugar que una vez que están adentro no se lo dan al hombre. Me parece que se van enriquecer mucho más si tienen la posibilidad de aprender de los hombres porque están en una etapa de aprendizaje”. Como cualquier piloto que a lo largo de su vida están aprendiendo. Lo que pasa es que hay cosas que se hacen más como marketing que como una buena finalidad. Son cosas que con el tiempo no las podés sostener.

-¿Te perjudicó el haber sido la primera que le ganó a los hombres?

-Hay hombres que lo tienen más naturalizado y otros que prefieren terminar afuera para evitar que les gane una mujer. Nunca salí a decir “les gané a los hombres”. Tiene que ver con el entorno de ellos, el equipo, en su trabajo que los carguen porque les ganó una mujer. Hoy se cuidan igual porque está todo muy a flor de piel. El hombre se tiene que cuidar de qué comentario dice porque después viene la consecuencia. En las generaciones más jóvenes lo tienen más incorporado. No me gusta el término “machista y feminista”. Soy más de defender al hombre que defender a la mujer porque a veces veo que la mujer entró en esto de la igualdad, pero pará, porque en la igualdad está todo genial porque somos todos seres humanos y está bueno que tengamos todos los mismos derechos o las mismas posibilidades. Pero hay cosas que se consiguen con el tiempo, vos no le vas a ganar a un Matías Rossi porque está de moda la igualdad. Vos le vas a ganar a un Matías Rossi en la medida que arranques a correr en la edad que arrancó él y que hagas toda su trayectoria de esfuerzo, de sacrificio, de entrenamiento. Ya cuando la mujer se pasa de rosca digo, “no, pará, el hombre logró esto con mucho trabajo, sacrificio y si queremos, podemos porque tenemos la posibilidad y no estamos limitadas en nada, en lo físico, en nada”, pero tenemos que hacer lo mismo.

-¿Hay muchos prejuicios en el ambiente?

-Yo teniendo un viejo mecánico no tenía en la cabeza de correr. Son prejuicios eso de decir que “el automovilismo es un ambiente machista”. Sí, está lleno de hombres, pero es un ambiente que te está abriendo las puertas como mujer. Hagamos la autocrítica como mujeres de decir “¿por qué no nos subimos al karting?” Es cierto que siempre es más fácil para la mujer que tiene a alguien cercano que corre, un hermano, o un padre mecánico, o alguien trabajando en una categoría. Si miro para atrás mis resultados veo que fui despertando en muchas mujeres y en muchos hombres esto de “si ella puede, siendo madre, trabajando, después de muchos años sin correr, ¿por qué yo no?” O haciendo que muchas cosas se vuelvan a pensar.

Zanazzi sobre Europa y que no la deslumbró la vida de la F1

Luego de aquel inicio fue subcampeona de la división menor de la Fórmula 3 Sudamericana en 2000 y en 2001 emigró a Europa con la mira de poder llegar a la F1. Corrió en la Fórmula Renault Italiana y en 2002 quiso pegar el salto a la Fórmula Nissan, que en ese entonces era una alternativa para llegar a la Máxima. Allí se dio una situación particular donde el dueño del equipo, el recordado Adrián Campos (ex piloto de F1 y mentor de Fernando Alonso) no la quiso probar por ser mujer.

-¿Cómo fue tu llegada a Europa?

-Me acuerdo que Adrián no me quería probar porque era mujer y él quería probar a un hombre. Cuando llegó puso una cara de fastidio tremenda. Le digo “mirá Adrián, la prueba está paga. Vengo de correr en fórmula. Y si no te gusto, ya está, no me devolvés la plata y listo”. Ellos buscaban el piloto que reemplazara a Fernando Alonso, que se estaba yendo como tester en el equipo Renault de la F1. Si quedabas seleccionado, (en el equipo Campos Racing) corrías sin presupuesto. Bueno, me dan una tanda y en la primera salgo a girar más rápida que los otros pilotos. Paro y en las otras tandas seguí siendo más rápida. Fernando (Alonso) estaba ahí y al principio era tensa la situación y después se convirtió en algo gracioso. Llegué con mi viejo desde la Argentina y nadie daba dos mangos por nosotros. Era un Fórmula Nissan que era un auto de mucha potencia y de ahí podías saltar a la F1 y ese día llovía. Quedé seleccionada y Adrián Campos pasó de no querer probarme a sacar al otro día una nota en el diario Marca donde dijo que “había probado a la mujer más rápida del mundo”. Fue increíble lo que logramos sin recursos.

-¿Y cómo siguió la historia?

-Aparte de lo de Campos me fui a correr a la Fórmula Renault Italiana con el equipo Junior de Minardi, que no era bueno. Llegué a Estoril, en Portugal, un circuito que no conocía y estuve como 20 minutos con la pole positions y nadie entendía nada porque no sabían de dónde veníamos. En esa época corría ahí Robert Kubica y había muy buenos pilotos. Ahí me llamaron del equipo Junior de Prost para hacer un campeonato completo con ellos, como lo había hecho Felipe Massa, pero les dije que ya estaba comprometida con el equipo de Campos. Pero después ese proyecto se cayó por un tema entre la Argentina y España, porque el equipo era de la Comunidad Valenciana que tenía como sponsors a dos empresas españolas (Repsol y Telefónica) que estaban en la Argentina, que desde acá les estaban haciendo una campaña en contra, entonces no les pareció ético apoyar a un piloto argentino cuando a ellos les estaban haciendo la vida imposible.

Igual surgieron varias opciones porque Adrián me dio una mano ir al equipo Red Bull de la F3 Alemana que después terminó siendo el equipo que llegó a la F1. En ese proceso empiezo a ver: ‘yo me desespero por subirme a un auto de F1 ¿Quién no?’ Pero estando ahí no me deslumbró la vida del piloto de F1. Compartí mucho tiempo con Fernando Alonso y no me veía feliz viviendo esa vida. Lo quise hacer a mi manera y fue muy difícil. Tuve ofertas, porque desde muchos lados quisieron que hubiera una mujer en la F1, pero yo no tenía el apoyo económico y para manejarlo a mi manera necesitaba plata desde la Argentina y el país estaba en plena crisis, y por eso decidí volverme y no me arrepiento. En lo deportivo hubiese sido muy bueno, pero en lo personal me hubiese equivocado.

-¿A qué te referís?

-La vida de un piloto de F1 es complicada. Desde que te acostás hasta que te levantás tenés toda la agenda marcada con una serie de cosas, tenés pautado lo que tenés que decir y lo que no tenés que decir, el auto que tenés que manejar, tenés un ratito libre y querés volver a la Argentina, ¡no, olvidate! Sos un producto donde ellos (manager/equipos) deben tener un retorno por la inversión que hicieron por vos. Hay un montón de gente alrededor tuyo que toma decisiones por vos y entrás a despersonalizarte y ahí es donde se complica. Uno idealiza cuando ve a un piloto, o a un artista en la tele, pero la realidad es que hay un sacrificio detrás y hay gente que no tiene otra cosa y eso les sirve y les hace bien. En mi caso yo vengo de una familia unida, tengo relaciones muy sanas. Cuando estás adelante todo el mundo está con vos y cuando no sos noticia todo el mundo desaparece, y prioricé otras cosas.

Zanazzi sobre vida de pilotos de F1

-¿Entre esas prioridades estuvo tu decisión de ser madre?

-Se dio en el mismo momento en el que yo podía firmar un contrato para quedarme en Europa o volverme a la Argentina, pero dije ‘no, pará, yo quiero estudiar, tener mi familia’ y ahí sí es un momento que a la mujer la complica cuando vos dependés de tu físico como un deportista, en el momento que decidís ser madre te tenés que bajar y esa era una de las cláusulas que me ponían: si yo firmaba contrato iba a tener que dejar la idea de ser mamá por quince años, mínimo y entregarles mi vida a ellos. Fue un momento en el que tenés que decidir qué querés hacer y le di prioridad a ese proyecto de vida.

-¿Hoy cómo acomodás tus tiempos entre tus hijos, tu trabajo y el automovilismo?

-Es muy difícil, soy divorciada, y mis tres hijos viven prácticamente conmigo. Cuando no fueron a clase y estuvieron con los Zoom, tengo dos que son muy chiquitos y les tenés que estar atrás. No vivo del automovilismo y tengo mi trabajo en el que nos dedicamos a la restauración de los Porsche clásicos, soy miembro de la Asociación Argentina de Volantes (mutual que cubre la asistencia médica de los pilotos), tengo un programa de motos y hago el entrenamiento para el auto de carrera. La clave es que son todas cosas que no me pesan porque me apasionan.

-¿Y qué se puede hacer para ayudar a los pilotos en el exterior?

- Es algo que me interesa y quiero dejar algo más. Estoy trabajando con la Secretaría de Deportes de la CABA porque creo que el automovilismo no se ve como un deporte, y en este ambiente si no tenés los medios económicos no podés destacarte más allá de que tengas las mejores condiciones. La idea es llegar al Ministerio de Turismo y Deporte de la Nación con sugerencias para darle al automovilismo la entidad que se merece. Por ejemplo, un piloto no puede ir a entrenarse al CENARD. Entonces quiero cambiar ese chip y que se regule un poco más para darles posibilidades a otros chicos y chicas, porque hoy a las empresas les conviene más hacer una inversión menor con publicidad en redes sociales que apoyar a un piloto y busco cambiar esa idea.

 Con Fernando Alonso, en una visita del español a la Argentina en noviembre de 2019 (@ianinazanazziok)
Con Fernando Alonso, en una visita del español a la Argentina en noviembre de 2019 (@ianinazanazziok)

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