Zoe Puente, la futbolista de 10 años que creó una campaña para donar botines: “Se siente como meter un gol afuera de la cancha”

La jugadora de la categoría Sub 10 de Platense lidera una iniciativa para llevar calzados a niños y jóvenes de barrios populares. Ya juntó más de 120 pares que fueron entregados en La Cava y en un hogar de menores

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Zoe Puente, con los botines que juntó para donar a chicos y chicas de barrios populares
Zoe Puente, con los botines que juntó para donar a chicos y chicas de barrios populares

“¿Cómo pueden jugar si están descalzos?”. La pregunta de Zoe Puente sorprendió a Daniela, su mamá. Con solo diez años, la pequeña se dio cuenta de que había otros chicos de su edad que no podían disfrutar del fútbol como ella porque no tenían botines o zapatillas para hacerlo. Lejos de quedarse de brazos cruzados, se decidió a hacer algo para transformar esa realidad e ideó una campaña para juntar calzados deportivos y donarlos a los niños, niñas y jóvenes que más los necesiten.

Desde esa sensibilidad y empatía, Zoe les pidió a sus papás que la ayudaran a publicar su pedido en las redes sociales. Ella misma se encargó de pensar el slogan “Todos pueden jugar” (con una pelota en forma de corazón en la segunda letra O). La idea era apelar a la solidaridad de algunos familiares y amigos, pero el pedido logró una difusión tal que, en menos de dos semanas, la jugadora de la categoría Sub 10 de Platense juntó más de 120 pares de botines y zapatillas.

“Es como meter un gol, pero afuera de la cancha”, aseguró Zoe en diálogo con Infobae. Ella, con los cuidados correspondientes por la situación sanitaria en relación al coronavirus, fue junto a su familia a entregar las donaciones a las autoridades del Hogar de Familias Esperanza para niños en tránsito (Boulogne) y a La Cava. “La idea era ir también con las personas que nos ayudaron y darles los botines en las manos a los chicos de esos lugares, pero por la pandemia no pudimos”, se lamentó la pequeña.

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Daniela es la mamá de Zoe y quien la ayuda con la organización y la logística de las donaciones. Sobre esta idea que tuvo si hija, destacó: “Estamos más que orgullosos de ella. Más allá de las condiciones que tiene como jugadora, nosotros priorizamos que sea una buena persona. Fue ella la que me dijo que todos tienen que poder jugar y la que me preguntaba cómo hacían otros chicos si estaban descalzos”.

Al enterarse de esta campaña, profesores, compañeros y compañeras de fútbol de Zoe le empezaron a mandar mensajes para felicitarla. “Me decían ‘Sos re crack’”, contó la pequeña con una enorme sonrisa. Acostumbrada a recibir elogios por sus actuaciones dentro de la cancha, esta vez le tocó tener reconocimiento por una gran acción fuera de ella.

Zoe juega al fútbol desde muy chiquita y la pelota siempre fue su juguete preferido. Su primer compañero de ‘picados’ fue Tomás, su hermano mayor, que hoy tiene 14 años. Ella lo acompañaba a las clases en la escuela del ex futbolista Claudio Marangoni en San Isidro y un día uno de los coordinadores la invitó a sumarse a los partidos junto a los varones. “Yo era la única nena y les insistía para que abrieran fútbol femenino. Cuando lo hicieron, me quedé un año más”, recordó.

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Ir a una escuelita de fútbol es algo muy simple para los varones, sin embargo las nenas se topan con más y mayores obstáculos. A los papás de Zoe les costó mucho encontrar un lugar para que ella pudiera desarrollarse en el deporte junto a otras nenas. La pequeña se sentía bien con los varones, pero aún así debía enfrentarse a situaciones incómodas como el día que le pidieron que jugara con su larga trenza rubia -una marca personal que la caracteriza- dentro de la camiseta para que no le tiraran del pelo y para que pudiera “camuflarse” con los nenes. También sufrió la discriminación de un árbitro que no quiso aceptarla en un partido solo porque era mujer. “Los amigos de ella dijeron que si ella no jugaba, no jugaba nadie y al final la dejaron”, recuerda Daniela.

Con el tiempo, Zoe pasó a jugar en el club Roma, una institución de la localidad de Tigre, y en octubre de 2019 la llamó un profesor que había tenido en la escuela de Marangoni para ir a jugar un Mundialito a Chacabuco con la categoría de Sub 10 de Platense. Zoe estaba feliz, pero solo había un problema: la fecha del torneo coincidía con su cumpleaños y su familia ya le había organizado un pijama party con sus amigas. Lejos de angustiarse, la pequeña futbolista hizo el bolso y, tras obtener la autorización de su mamá y de su papá, se fue a jugar con el equipo Calamar. A pesar de que era la primera vez que compartía dentro de una cancha con sus compañeras, se lució en el torneo y terminó como goleadora.

Hoy, Zoe juega en Roma y en la Sub 10 de Platense. Por su físico (mide 1.60) y su gran técnica, muchas veces la invitan a jugar en categorías mayores. Incluso, en algunos torneos informales, llegó a tener problemas porque los equipos rivales aseguraban que no podía tener menos de diez años. Más de una vez tuvo que mostrar su DNI para que le creyeran.

Fanática del fútbol masculino y femenino, esta hincha de Boca tiene una gran debilidad: Alex Morgan. Mientras sus compañeras se disputan la camiseta número 10, ella siempre elige la 13, que es la que usa la delantera de Estados Unidos. Durante el Mundial de Francia 2019 su atención se dividía entre los partidos de la selección argentina y los del combinado que luego saldría campeón.

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Entre sus ídolas también se encuentran futbolistas argentinas como Fanny Rodríguez, Camila Gómez Ares, Estefanía Banini, Dalila Ippólito y Florencia Quiñones, además de la estadounidense Megan Rapinoe. “Mi sueño es jugar en la Selección y conocer a Alex Morgan y a Lionel Messi”, sostiene la pequeña crack.

La disciplina es otra de las virtudes que caracteriza a Zoe, que pidió tener en su habitación césped sintético en lugar de alfombra. Esto se refleja en la escuela (donde recibió la medalla de honor) y también en el deporte. Durante la cuarentena, sus papás han tenido que pedirle en varias ocasiones que bajara la intensidad del entrenamiento. “Quiero que todos los días de mi vida sean así”, les responde ella respecto de su fanatismo por practicar y jugar.

La pandemia la obligó a alejarse de las canchas, por eso en estas semanas Zoe decidió enfocarse en su campaña solidaria. Entregados los primeros 120 pares que logró juntar, ahora piensa en recibir pelotas y juguetes para entregar el Día del Niño. Hace algunos días, los chicos que recibieron sus primeras donaciones le mandaron un video emocionados por el gesto e invitándola a jugar con ellos en la villa La Cava. “Todos se merecen un par de calzados para jugar y para ser lo que quieran ser en la vida”, recalcó la pequeña futbolista de Platense, que está ansiosa por poder ir pronto a disfrutar de ese ‘picadito’.

Contacto para donar: 11-4083-5476 / Zoe13football (Instagram).

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